Tratamiento

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y evitar la progresión del daño bronquial y pulmonar.

Tratamiento de la inflamación bronquial.   

Deben de recibirlo los pacientes con síntomas y /o que demuestren un deterioro progresivo de la función pulmonar.

Broncodilatadores y antiinflamatorios de las vías aéreas (bronquios) utilizando medicamentos por vía inhalatoria (spray). El broncodilatador más empleado es el salbutamol y antiinflamatorios la fluticasona o beclometasona.

Es muy importante que el paciente aprenda correctamente  la técnica inhalatoria para el aprovechamiento óptimo de estos medicamentos en spray.

Tratamiento con antibióticos.

El objetivo fundamental es combatir la infección aguda e intentar mantener libre de gérmenes las vías aéreas o en su defecto, disminuir al máximo el número de colonias de microorganismos y reducir la respuesta inflamatoria.

Los antibióticos serán administrados por vía oral o intravenosa según la gravedad  de la infección. El tipo de antibiótico se escogerá según el resultado del cultivo de las secreciones respiratorias.

En la infección bronquial persistente o crónica la administración prolongada de antibióticos por vía oral, mejora los síntomas clínicos, disminuye la mortalidad y el deterioro progresivo de la función pulmonar. Cuando no es posible el control de la enfermedad de esta  forma, el tratamiento antibiótico por vía inhalatoria es una alternativa válida, muy ventajosa, pues ha demostrado una reducción en el número de agudizaciones infecciosas y de ingresos hospitalarios