El contenido de medios sociales puede contener claves sobre información importante para la salud

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El lenguaje utilizado en las publicaciones cotidianas en medios sociales puede tener una fuerte conexión con la salud de un individuo, según la nueva investigación de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. En el primer estudio de su clase, los nuevos resultados indican que no sólo muchos usuarios adultos de Facebook y Twitter están dispuestos a compartir sus datos en medios sociales y datos médicos para fines de investigación, sino que al acumular un banco de datos de lenguaje, es posible vincular el contenido de medios sociales con los desenlaces en la salud. Los resultados del estudio son publicados en línea en la revista BMJ Quality & Safety.

“A menudo no pensamos que el contenido de nuestros medios sociales contengan datos, pero el lenguaje que utilizamos y la información que damos a conocer puede esclarecer aspectos importantes de la relación entre nuestras vidas cotidianas y nuestra salud”, dijo la autora principal del estudio, Dra. Raina M. Merchant, MSHP, Directora del Laboratorio de Medios Sociales e Innovación en la Salud y profesor asistente de medicina de urgencias en la Escuela de Medicina Perelman en Penn. “Descubrir maneras de efectivamente aprovechar y profundizar en estos datos podría ser una fuente valiosa de información en relación a cómo y por qué los pacientes se comunican en torno a su salud. Hay un rico potencial para identificar las tendencias en la salud, tanto en el público general como a nivel individual, crear campañas de educación e intervenciones y mucho más. Uno de los aspectos singulares de estos datos es la capacidad para vincular los datos de medios sociales con información validada de un registro de salud”.

En el estudio, los pacientes que acudieron a un servicio de urgencias se les preguntó si utilizaban medios sociales y si estarían dispuestos a compartir sus datos en medios sociales y datos médicos electrónicos con investigadores de la salud, a fin de construir una base de datos de investigación. De un modo similar a los bancos existentes de bancos genómicos, la base de datos de investigación del lenguaje y otros datos de medios sociales, permite a los investigadores establecer correlaciones entre el contenido en línea de los participantes y su salud. Más de 1000 participantes consintieron compartir sus datos en medios sociales y médicos en el curso de siete meses. Analizando el contenido hasta 2009, los datos de medios sociales compartidos consistieron en casi 1,4 millones de comunicados y textos de Twitter en Facebook y Twitter, comprendiendo casi 12 millones de palabras.

“Los medios sociales y el banco de datos de salud, que continuamente estamos construyendo, tienen un propósito valioso de ayudarnos a pensar en torno a la salud de nuevas maneras, algunas de las cuales ni siquiera hemos comenzado a considerar”, dijo Merchant. Así como la información genética está registrada en bancos para efectuar seguimiento de la potencial salud futura, las publicaciones en medios sociales previamente no observables, constituidas por palabras, lenguaje y conversaciones, también pueden registrarse en un banco de individuos que den su consentimiento y evaluarse para determinar posibles correlaciones con la salud y los resultados en la salud”.

Parte de la información es explícita, por ejemplo, “Olvidé tomar mi diurético hoy día para mi insuficiencia cardiaca ” y otras son más sutiles, como una serie de fotos con alimentos salados. Las variaciones en la complejidad de las palabras podrían indicar disfunción cognitiva, o un cambio en el número de palabras por mensaje o tamaño de la red podría ser indicativo de un estado mental deprimido. El contenido de los mensajes también podría revelar información sobre el cumplimiento de medicación prescrita, nuevos trastornos médicos o conductas relacionadas con la salud como el ejercicio y las dietas.

Los investigadores también descubrieron que los individuos con un determinado diagnóstico en su registro médico electrónico tenían significativamente más probabilidades de emplear términos relacionados con ese diagnóstico en Facebook, que los pacientes sin ese diagnóstico en su registro médico electrónico. Por ejemplo, entre los individuos con diagnóstico de dolor abdominal, 21 por ciento utilizaron términos como “dolor de estómago” y “dolor del vientre” en Facebook, en comparación con ocho por ciento de los individuos sin ese diagnóstico que utilizaron esos términos.

“Estos hallazgos parecen indicar que los medios sociales representan una vía promisoria para explorar cómo los pacientes conceptúan y se comunican en torno a sus problemas de salud específicos”, dijo Lyle Ungar, PhD, profesor de Ciencia de Computadoras e Información, en la Universidad de Pensilvania, y coautor en el estudio. “Vemos esto como apenas el primero de muchos estudios que en un futuro analizarán la relación entre la salud y los medios sociales”.

Merchant hizo hincapié en que la atención a la confidencialidad del paciente era decisivamente importante para el proyecto de investigación. “Todos los participantes consintieron en que se compartieran sus datos, y se cumplieron políticas estrictas para proteger los datos de registro de salud. La oportunidad para estudiar nuevas conexiones y medios sociales y la salud es importante, ya que pudimos recabar las ‘huellas digitales’ de los pacientes en una forma que es transparente y que respeta cuestiones de su privacidad”.

Otros coautores de Penn son Kevin A. Padrez (también del departamento de Medicina de Urgencias de la Universidad de California en San Francisco); H. Andrew Schwartz, PhD; Robert J. Smith; Shawndra Hill, PhD; Tadas Antanavicius; Dana M. Brown; Patrick Crutchley, y David A. Asch, MBA.

El estudio fue financiado a través de una Beca para la Innovación del Instituto Leonard Davis de Economía Sanitaria de la Universidad de Pensilvania.

La Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania es uno de los principales centros médicos académicos en el mundo, dedicados a las misiones relacionadas de la educación médica, la investigación biomédica y la excelencia en la atención a los pacientes. La Escuela de Medicina de Pensilvania está integrada por la Escuela de Medicina Raymond and Ruth Perelman, de la Universidad de Pensilvania (fundada en 1765 como la primera escuela médica del país) y el Sistema de Salud de la Universidad de Pensilvania, que en conjunto forman una empresa de 4.900 millones de dólares.

La Escuela de Medicina Perelman ha figurado entre las primeras cinco escuelas de medicina de Estados Unidos durante los últimos 17 años, según la encuesta de U.S. News & World Report de escuelas médicas orientadas a la investigación. La escuela constantemente figura entre las principales receptoras de financiamiento del National Institutes of Health en Estados Unidos y en el año fiscal de 2014 se le otorgó un premio por 409 millones de dólares.

Referencias

Kevin A Padrez et al. Linking social media and medical record data: a study of adults presenting to an academic, urban emergency department. BMJ Quality & Safety, October 2015 DOI: 10.1136/bmjqs-2015-004489

Fuente: Science Daily

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