La evaluación de los pacientes comienza con una historia y exploración física minuciosas, avanzando desde las pruebas más sencillas a las más complejas, desde las menos invasivas a las más invasivas y desde las evaluaciones extrahospitalarias más baratas a las que requieren hospitalización y procedimientos costosos, sofisticados y potencialmente arriesgados.
El interrogatorio tiene un valor extraordinario en el diagnóstico de las arritmias cardíacas.
Los pacientes que tienen alteraciones del ritmo cardíaco acuden con distintas molestias, pero son los síntomas habituales, como palpitaciones, síncope, presíncope o disnea, los que les obligan a buscar la ayuda del médico.
También es muy variable el grado en que se muestran las palpitaciones o las irregularidades del ritmo cardíaco. Algunos perciben pequeñas variaciones del ritmo cardíaco con una precisión inusual, mientras que otros se mantienen aparentemente impasibles ante episodios mantenidos de taquicardia ventricular (TV); otros, refieren palpitaciones cuando su ritmo sinusal es normal.
La exploración física de un paciente durante un episodio de arritmia puede resultar reveladora. Es necesario evaluar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, así como el grado de afectación del paciente.
El valor de la clínica en el diagnóstico de las arritmias cardiacas es indiscutible. Los antecedentes familiares de canalopatías, miocardiopatías, enfermedad arterial coronaria y muerte súbita en jóvenes son algunos de los que tienen valor. También se deben tener en cuenta antecedentes personales de estas mismas entidades y otros como el consumo de sustancias tóxicas y algunos fármacos proarrítmicos, síncope, taquicardia ventricular.
Medios de diagnóstico:
– Electrocardiograma (ECG)
Se trata de una prueba vital para determinar la presencia y la gravedad de diferentes enfermedades cardíacas como las arritmias, la isquemia aguda de miocardio y la insuficiencia cardíaca, así como para identificar y evaluar pacientes con enfermedades genéticas que predisponen a sufrir arritmias. Además, es un método fundamental para evaluar la actividad eléctrica del corazón.
El ECG obtenido durante un episodio de arritmia puede ser diagnóstico en sí mismo, evitando la necesidad de realizar otros estudios diagnósticos.
– Registro electrocardiográfico intrahospitalario
Los sistemas de monitorización electrocardiográfica se emplean de manera creciente en pacientes hospitalizados, con independencia de los antecedentes o de las sospechas de arritmias. Estos sistemas aportan una valiosa información sobre las anomalías del ritmo, incluyendo las formas de inicio y terminación, y permiten la realización rápida de un ECG completo de 12 derivaciones para conseguir una información más detallada.