reproductores de música personal

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El lanzamiento al mercado del primer Reproductor de Música Personal (RMP), por la compañía japonesa Sony en 1979, el Walkman, que inicialmente utilizaba como soporte para almacenar la música el casete compacto de Philips que permitía almacenar hasta 60 minutos (30 minutos por cara) con una calidad aceptable y que posteriormente empleó el disco compacto como fuente, siendo conocido como Discman; marco el inicio del empleo extensivo de estos dispositivos.  En tres décadas los RMP se han masificado y evolucionado rápidamente. Destaca la introducción de la digitalización de la información sonora en el formato MP3 en 1981, desarrollado por el Moving Picture Experts Group (MPEG) para formar parte del estándar MPEG-1 y del posterior y más extendido MPEG-2, que permitió almacenar grandes cantidades de música en aparatos cada vez más pequeños.  En 2001 la tecnología Ipod revoluciona nuevamente los RMP con el formato AAC (del inglés Advanced Audio Coding) que enriquece el efecto psicoacústico de la reproducción, al permitir codificar un archivo de audio con un bitrate inferior al equivalente en MP3 manteniendo la misma calidad sonora.

Uno de los entretenimientos más comunes del ser humano es escuchar música, siendo a la vez una de las formas más habituales de exposición a ruido recreativo.  En la actualidad, el ruido recreativo al que se está expuesto con el uso de reproductores de audio en diferentes formatos digitales ha aumentado en la población mundial, especialmente entre personas jóvenes. En el artículo Reproductores de música personal y su influencia sobre la salud auditiva. Rev Cub Otorrinolaringol CCC. 2013; 1(2), se realiza un análisis de la influencia sobre la audición del empleo de reproductores de música personal como una de las formas más habituales de exposición a ruido recreativo.  Se evidencia  la importancia del uso responsable de los reproductores de música personal, la necesidad de cambiar las actitudes relacionadas con la preservación de la salud auditiva, así como de la intervención de las autoridades, fabricantes, medios de comunicación y usuarios en el desarrollo de estrategias para la prevención de la hipoacusia inducida por ruido de origen recreacional.