Entre sorprendida y asustada, Vivian, tapándose torpemente el ojo derecho con una de sus manos, acaba de ¡VER! el rojo de mi pantalón, las teclas del teléfono y mi cara atónita y emocionada.
Entre sorprendida y asustada, Vivian, tapándose torpemente el ojo derecho con una de sus manos, acaba de ¡VER! el rojo de mi pantalón, las teclas del teléfono y mi cara atónita y emocionada.
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