Diagnóstico
Debe diferenciarse del dengue. En el hemograma suele haber bajo recuento de leucocitos (leucopenia) con bajos recuentos de linfocitos (linfocitopenia). Las plaquetas bajas (trombocitopenia) es muy infrecuente y este detalle constituye un elemento de gran peso para hacer el diagnóstico clínico diferencial con el dengue.
El diagnóstico confirmatorio es a través de pruebas virológicas y/o serológicas.
En los primeros 3 días de la enfermedad puede lograrse el cultivo viral y la PCR en tiempo real, en la que se pueden detectar las proteínas específicas virales, estructurales o no estructurales, y tienen excelente sensibilidad y especificidad.
Existen múltiples kits serológicos de diferentes métodos.
Las pruebas serológicas, como la inmunoadsorción enzimática (ELISA), pueden confirmar la presencia de anticuerpos IgM e IgG contra el virus Chikungunya. Las mayores concentraciones de anticuerpos Inmunoglobulina M (IgM) se registran entre 3 y 5 semanas después de la aparición de la enfermedad y persisten unos 2 meses.
Las muestras recogidas durante la primera semana tras la aparición de los síntomas deben analizarse con métodos serológicos y virológicos (RT-PCR). El virus puede aislarse en la sangre en los primeros días de la infección.
Los productos de RT–PCR de las muestras clínicas también pueden utilizarse en la genotipificación del virus.permitiendo comparar muestras de virus de diferentes procedencias geográficas.
Tratamiento
Hasta el momento no existe ninguna vacuna para el virus chikungunya, por lo que el tratamiento es paliativo, es decir aliviar los síntomas, entre ellos los dolores articulares y la fiebre, con antipiréticos, analgésicos y líquidos. El reposo es fundamental. No es aconsejado el uso de aspirina.
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