Causas/Síntomas

Causas

En la etapa neonatal la causa más frecuente es la llamada ictericia fisiológica (normal). Se ve en el 60 % de los recién nacidos y no se acompaña de ningún otro síntoma. Aparece después de las primeras 24 horas de vida, es de poca intensidad y tiene su máximo nivel de expresión al 4º día de vida. Desaparece espontáneamente entre los 7 y 10 días en los niños a término. En los prematuros puede durar hasta dos semanas.

Entre los factores que la producen está el mayor número de hematíes que tiene el recién nacido y un acortamiento de la vida media de estas células de la sangre, en relación con lo que acontece a otras edades. A esto se adiciona un cierto grado de inmadurez hepática y una disminución de la excreción de la bilirrubina por las heces fecales del neonato.

Existen muchos factores que pueden incrementarla o agravar la ictericia fisiológica. Entre otros están, la prematuridad, la desnutrición al nacer, la hipotermia, la hipoglicemia y la deficiente oxigenación de la sangre al momento de nacer o por una insuficiencia respiratoria, el ser hijo de madre diabética y las infecciones.

La lactancia materna también puede intensificarla en la primera semana cuando la alimentación del recién nacido es insuficiente. Posteriormente, puede deberse a la forma en la que algunas sustancias de la leche materna afectan la eliminación de la bilirrubina por el hígado.

Se considera ictericia no fisiológica, o patológica, la que aparece en las primeras 24 horas de vida. Las causas más frecuentes son: algunas incompatibilidades entre grupos sanguíneos de la madre y el recién nacido y varias infecciones adquiridas antes del momento del nacimiento.

También se considera patológica si persiste después de la primera semana. Cuando se acompaña de heces blanquecinas entonces la causa puede ser una hepatitis (inflamación del hígado) o una imposibilidad de este órgano para excretar la bilirrubina hacia el intestino del recién nacido.

Signos y síntomas