¿Qué es?
La gonorrea o blenorragia es una ITS provocada por la Neisseria gonorrhoeae, una bacteria que puede crecer y multiplicarse fácilmente en áreas húmedas y tibias del tracto reproductivo, incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz), el útero y las trompas de Falopio (también llamadas oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la mujer y en el hombre. Esta bacteria también puede crecer en la boca, la garganta, los ojos y el ano.
¿Cómo se trasmite?
La gonorrea se transmite por contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano. No es necesario que se dé la eyaculación para transmitir o contraer la gonorrea. También puede transmitirse de madre a hijo durante el parto. Las personas que han tenido gonorrea y han sido tratadas pueden infectarse nuevamente si tienen relaciones sexuales con una persona que tiene la enfermedad. Toda persona sexualmente activa puede infectarse.
¿Cuáles son los síntomas?
Aún cuando es probable que muchos hombres con gonorrea no tengan ningún síntoma, en algunos aparecerán algunos signos y síntomas de dos a cinco días después de contraer la infección. Algunos síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer.
- Dolor y ardor al orinar
- Aumento de la frecuencia o urgencia urinaria
- Secreción del pene (de color blanco, amarillo o verde)
- Abertura del pene (uretra) roja o inflamada
- Testículos sensibles o inflamados
- Irritación de la garganta
La mayoría de las mujeres con gonorrea no tienen síntomas, y si los tienen, éstos son leves. Incluso cuando tienen síntomas, pueden ser tan poco específicos que se confunden con los síntomas de una infección vaginal o de cistitis.
- Secreción vaginal
- Dolor y ardor al orinar
- Aumento de la micción
- Irritación de la garganta
- Relaciones sexuales dolorosas
- Dolor intenso en la parte baja del abdomen (si la infección se disemina a las trompas de Falopio y al área del estómago)
- Fiebre (si la infección se disemina a las trompas de Falopio y al área del estómago)
Las mujeres con gonorrea están expuestas al riesgo de tener graves complicaciones de la infección, independientemente de la presencia o gravedad de los síntomas.
Entre los síntomas de infección rectal tanto en hombres como en mujeres, puede haber secreción, picazón, dolor y sangrado en el ano y dolor al defecar. También es probable que la infección rectal no esté acompañada de síntomas. Las infecciones de la garganta puede que provoquen dolor de garganta, pero por lo general no se presenta ningún síntoma.
Cuando la gonorrea no es tratada, puede provocar problemas graves y permanentes de salud tanto en hombres como en mujeres.
En las mujeres, la gonorrea es una causa frecuente de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Las mujeres con EIP no tienen necesariamente síntomas. Pero cuando sí se presentan, pueden ser muy graves e incluir dolor abdominal y fiebre. La EIP puede provocar abscesos internos (pústulas llenas de pus difíciles de curar) y dolor pélvico crónico prolongado. También puede causar daños a las trompas de Falopio y producir infertilidad o aumentar el riesgo de un embarazo ectópico. El embarazo ectópico es una afección potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero, usualmente en una trompa de Falopio.
En los hombres, la gonorrea puede provocar epididimitis, una afección dolorosa de los testículos que puede provocar infertilidad si no es tratada.
La gonorrea puede propagarse a la sangre y a las articulaciones. Esta afección puede ser potencialmente mortal. Además, las personas con gonorrea pueden fácilmente infectarse con el VIH, el virus que causa el sida. Las personas infectadas con VIH que tienen gonorrea tienen más probabilidad de transmitir el VIH a otra persona.
Las complicaciones en las mujeres pueden abarcar:
- Salpingitis (cicatrización de las trompas de Falopio) que puede llevar a tener problemas para quedar en embarazo
- Enfermedad inflamatoria pélvica
- Vulvovaginitis
- Esterilidad (incapacidad para quedar en embarazo)
- Relaciones sexuales dolorosas (dispareunia)
Las complicaciones en los hombres pueden abarcar:
- Absceso periuretral (acumulación de pus alrededor de la uretra)
- Estrechamiento de la uretra causado por la cicatrización (estenosis uretral)
- Problemas con la micción
- Infección urinaria
- Insuficiencia renal
Las complicaciones tanto en hombres como en mujeres pueden abarcar:
- Infección diseminada que puede ser muy grave
- Infección o inflamación del sistema reproductivo
- Peritonitis
- Bacteriemia (gonococemia)
- Artritis gonocócica (infección articular)
- Faringitis gonocócica (infección de la garganta)
- Oftalmía neonatal (conjuntivitis gonocócica)
¿Cuáles son las pruebas para diagnosticar la gonorrea?
Existen varias pruebas de laboratorio para diagnosticar la gonorrea. Un médico o una enfermera puede tomar una muestra de las partes del cuerpo que pudieran estar infectadas (cuello uterino, uretra, recto o garganta) y enviarla a un laboratorio para que sea analizada. La gonorrea presente en el cuello uterino o en la uretra puede ser diagnosticada en el laboratorio con un sencillo análisis de una muestra de orina. Una prueba rápida de laboratorio que puede realizarse en algunas clínicas y consultorios médicos es la prueba de tinción de Gram. La tinción de Gram de una muestra de la uretra o del cuello del útero permite al médico visualizar la bacteria en el microscopio. Este examen funciona mejor en los hombres que en las mujeres.
El examen de Papanicolau no se utiliza para detectar gonorrea.
¿Cómo se trata la gonorrea?
Existen varios antibióticos con los cuales se puede tratar exitosamente la gonorrea en adolescentes y adultos. Sin embargo, ha estado aumentando el número de cepas de gonorrea resistentes a las medicinas en muchas partes del mundo, por lo que el tratamiento de la gonorrea se hace cada vez más difícil. Dado que muchas personas con gonorrea también tienen clamidia, otra enfermedad de transmisión sexual, se suelen recetar antibióticos para tratar ambas infecciones al mismo tiempo. Se recomienda que las personas con gonorrea también se hagan pruebas para detectar otras ITS.
La penicilina solía administrársele a pacientes con gonorrea, pero ya no se usa con tanta frecuencia, dado que algunos tipos de las bacterias de la gonorrea ya no responden a este fármaco. Lo mismo sucede con las fluoroquinolonas, que incluyen ciprofloxacina, ofloxacina o levofloxacina. Los antibióticos llamados cefalosporinas, incluyendo Ceftriaxona (Rocephin), se recomiendan para personas con gonorrea. Igualmente, un medicamento llamado Azitromicina (Zithromax) se puede administrar a personas con infecciones no complicadas.
Para curar la gonorrea, es necesario tomar toda la medicina recetada. Si bien la medicina detendrá la infección, no remediará ninguna lesión permanente provocada por la enfermedad. Las personas que han tenido gonorrea y se han curado, pueden contraer nuevamente la enfermedad si tienen relaciones sexuales con personas infectadas. Si los síntomas en una persona persisten después del tratamiento, debe regresar al médico para que sea evaluada nuevamente.
¿Cómo puedo protegerme?
La manera más segura de evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.
Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la gonorrea.
Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor al orinar, una úlcera poco usual o una irritación, debe ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar a un proveedor de atención médica de inmediato. Si a una persona se le ha diagnosticado gonorrea y ha recibido tratamiento contra esta enfermedad, debe informarle de esto a todas sus parejas sexuales recientes para que éstas vean a un proveedor de atención médica y reciban tratamiento. Esto reducirá el riesgo de que las parejas sexuales presenten complicaciones graves por la gonorrea y reducirá el riesgo de reinfección en una persona. La persona con gonorrea y todas sus parejas sexuales deben evitar tener relaciones sexuales hasta que hayan terminado su tratamiento contra la enfermedad.