Rehabilitación y artroplastia total de rodilla
La prótesis de rodilla se perfecciona desde hace más de cien años y en la actualidad es parte de una intervención quirúrgica confiable cuyos beneficios para el paciente son inexistencia de dolor, movilidad y estabilidad. El reemplazo protésico puede ocupar uno o más compartimientos de la rodilla: prótesis femorotibial unicompartimental, femoropatelar y total.
Las complicaciones postoperatorias precoces son: sepsis, dehiscencias o necrosis de las cicatrices y alteraciones tromboembólicas. De manera más tardía pueden aparecer complicaciones rotulianas en forma de fractura, inestabilidad, rotura del tendón rotuliano o Clunk syndrome (síndrome del «clunk» patelar); inestabilidad frontal o sagital residual; aflojamiento aséptico; desgaste del polietileno.
El objetivo de la rehabilitación es la recuperación funcional, lo cual implica alcanzar una movilidad suficiente (de 0 a 110º) y un control muscular que facilite el apoyo monopodálico estable. Los trastornos tróficos postoperatorios necesitan tratamiento y vigilancia médica atenta para detectar sepsis, algodistrofia o flebitis. La fisioterapia se debe fraccionar durante el día. No se debe utilizar ninguna técnica agresiva y los métodos de fortalecimiento muscular deben otorgar privilegio a la cadena cerrada. Por último, los ejercicios propioceptivos en carga son fundamentales para garantizar la función de marcha y la longevidad del implante protésico.
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