Aseo e higiene personal

Es importante comprender los sentimientos y necesidad de privacidad de las personas que no pueden cuidar de sí mismas. Facilite la tarea de bañarse y vestirse por ejemplo: saque solamente la ropa que el paciente ha de usar ese día y conserve tantas de las costumbres antiguas del paciente como le sea posible.

Por motivos de seguridad, revise la temperatura del agua de baño y recuerde que una persona en estado de confusión no puede quedar sola en la bañadera o ducha.

Al inicio de la enfermedad de Alzheimer, su familiar podrá todavía cuidarse el mismo. Pero poco a poco, manifestara un descuido progresivo y tendrá, día tras día, mas dificultades para realizar estas actividades necesarias a si aseo personal:

– Pierde el deseo de estar presentable.

– Es más fácil no lavarse que hacer frente al conjunto de operaciones y de elecciones que presenta un baño o una ducha.

– Ha perdido la noción del tiempo y para el una semana equivale a un día.

El papel del cuidador es fundamental para que el familiar pueda desarrollar las tareas de aseo personal con el objeto de:

– Conservar su dignidad y su autoestima.

– Prevenir la aparición de enfermedades, en particular infecciones que puedan empeorar su estado.