En general, la anemia por déficit de hierro tiene un cuadro variable. Puede ir desde un cuadro ligero hasta una anemia grave. El comienzo es insidioso con palidez, debilidad, fatiga, insomnio, taquicardia, cansancio al caminar y al realizar ejercicios y cefalea. Además, se pueden encontrar otros síntomas y signos como son inflamación de la lengua, dificultad para tragar, pelo fino, uñas hundidas, así como deseo de comer hielo, arroz crudo y tierra en ocasiones.

En el caso de las anemias megaloblásticas los síntomas son fáciles de detectar, pero son muy comunes y pueden confundirse con síntomas similares de otras enfermedades. Entre los síntomas se encuentran: cansancio, palidez de la piel, lengua sensible, debilidad muscular, diarrea, irritabilidad, problemas respiratorios, náuseas y vómitos, taquicardia, hormigueo en las extremidades, confusión mental. Algo característico en esta entidad son las alteraciones neurológicas por la alteración de la síntesis de mielina, que es la capa que protege los nervios.