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La OMS insta a los países a construir un mundo más justo y saludable tras la pandemia de COVID-19

Día Mundial de la Salud 2021

6 de abril de 2021

Comunicado de prensa

Ginebra

 

En los países, la enfermedad y la muerte causadas por la COVID-19 han afectado en mayor medida a los grupos que sufren discriminación, pobreza y exclusión social, y han de hacer frente a diario a unas condiciones de vida y de trabajo sumamente adversas, en particular, en las crisis humanitarias. Se estima que el año pasado entre 119 y 124 millones de personas más se vieron arrastradas a la pobreza extrema a causa de la pandemia. Además, existen pruebas convincentes de que esta situación ha hecho que aumenten las diferencias entre hombres y mujeres en lo que respecta al empleo, ya que las mujeres han abandonado la población activa en mayor número que los hombres en los últimos 12 meses.

Esas desigualdades en las condiciones de vida de la población, los servicios de salud y el acceso al poder, el dinero y los recursos vienen de largo. A resultas de ello, las tasas de mortalidad de los niños menores de 5 años de las familias más pobres duplican las de los niños de las familias más ricas. La esperanza de vida de la población de los países de ingresos bajos es 16 años inferior a la de la población de los países de ingresos altos. Por ejemplo, nueve de cada diez muertes registradas en el mundo por cáncer cervicouterino se producen en países de ingresos bajos y medianos.

Ahora bien, la lucha que los países están librando contra la pandemia ofrece una oportunidad única con miras a reconstruir para mejorar y crear un mundo más justo y saludable, cumpliendo los compromisos adquiridos, aplicando las resoluciones y los acuerdos existentes y asumiendo otros compromisos nuevos y más audaces.

«La pandemia de COVID-19 se ha propagado favorecida por las desigualdades de nuestras sociedades y las deficiencias de nuestros sistemas de salud», dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Es fundamental que los Gobiernos inviertan en el fortalecimiento de sus servicios de salud y eliminen los obstáculos que impiden a tantas personas utilizarlos, a fin de que una mayor parte de la población tenga la oportunidad de disfrutar de una vida sana».

Por consiguiente, la OMS hace cinco llamamientos a la acción: 

Agilizar el acceso equitativo a las tecnologías contra la COVID-19 entre los países y dentro de ellos

Se han creado y aprobado vacunas seguras y eficaces a una velocidad sin precedentes. Ahora el reto reside en garantizar que estén disponibles para todos los que las necesiten. Para ello, será clave el respaldo adicional que reciba el mecanismo COVAX, el pilar de las vacunas del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT), que se espera que en los próximos días haya llegado a 100 países y economías.

No obstante, las vacunas por sí solas no permitirán superar la crisis provocada por la COVID-19. Es imprescindible contar con productos básicos como el oxígeno médico y los equipos de protección personal, así como con pruebas de diagnóstico y medicamentos fiables. También es preciso disponer de mecanismos sólidos que permitan distribuir equitativamente todos esos productos dentro de las fronteras nacionales. Mediante el Acelerador ACT se pretende realizar pruebas diagnósticas y administrar tratamiento a cientos de millones de personas en los países de ingresos bajos y medianos que, de otro modo, se quedarían sin ellos. Con todo, todavía se necesitan US$ 22 100 millones para que esos instrumentos vitales se distribuyan allí donde se necesitan tan desesperadamente.

Invertir en atención primaria 

Al menos la mitad de la población mundial sigue sin tener acceso a servicios de salud esenciales; más de 800 millones de personas emplean al menos el 10% de sus ingresos familiares en atención sanitaria, y los gastos por cuenta propia hunden en la pobreza a casi 100 millones de personas cada año.

A medida que los países vayan superando la crisis de la COVID-19, será fundamental evitar todo recorte en el gasto público destinado a la salud y a otros servicios sociales. Esos recortes podrían aumentar las dificultades a que se enfrentan los grupos desfavorecidos, socavar el buen funcionamiento del sistema sanitario, acrecentar los riesgos para la salud, agravar la presión fiscal en el futuro y poner en peligro los logros alcanzados en materia de desarrollo.

En su lugar, los Gobiernos deberían cumplir el objetivo recomendado por la OMS de destinar un 1% adicional del PIB a la atención primaria de salud. Los datos disponibles indican que los sistemas de salud centrados en la atención primaria de salud obtienen mejores resultados sanitarios de forma sistemática, aumentan la equidad y mejoran la eficiencia. La expansión de las intervenciones de atención primaria en los países de ingresos bajos y medianos podría contribuir a salvar 60 millones de vidas e incrementar la esperanza de vida media en 3,7 años de aquí a 2030.

Los Gobiernos también deben reducir el déficit mundial de profesionales sanitarios necesarios para alcanzar la cobertura sanitaria universal antes de 2030, que asciende a 18 millones de trabajadores. Ello implica crear al menos 10 millones de puestos de trabajo adicionales a jornada completa en todo el mundo y redoblar los esfuerzos en materia de igualdad de género. Las mujeres prestan la mayor parte de la asistencia sanitaria y social en todo el mundo, y representan hasta el 70% del personal sanitario y asistencial, si bien se les niega la igualdad de oportunidades a la hora de dirigir esa asistencia. Entre las principales soluciones figuran alcanzar una igualdad salarial que reduzca las diferencias salariales entre hombres y mujeres y el reconocimiento de las labores sanitarias no remuneradas que realizan las mujeres.

Priorizar la salud y la protección social 

En muchos países, las repercusiones socioeconómicas de la COVID-19 derivadas de la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de la pobreza, las alteraciones sufridas en el ámbito educativo y las amenazas a la alimentación son mayores que los efectos del virus en la salud pública. Algunos países ya han puesto en marcha planes de protección social de mayor alcance destinados a mitigar los efectos negativos generados por las dificultades sociales, y han iniciado un diálogo sobre cómo seguir prestando apoyo a las comunidades y a la población en el futuro. Sin embargo, son muchos los que se enfrentan a la dificultad de encontrar los recursos necesarios para llevar a cabo actuaciones concretas. Es fundamental garantizar que esas valiosas inversiones beneficien al máximo a los más necesitados y que las comunidades desfavorecidas participen en la planificación y ejecución de los programas.

Crear barrios seguros, saludables e inclusivos 

Los dirigentes municipales han sido con frecuencia grandes promotores de la mejora de la salud, por ejemplo, mediante el mejoramiento de los sistemas de transporte y los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento. Sin embargo, muy a menudo la falta de servicios sociales básicos en algunas comunidades hace que estas se vean atrapadas en una espiral de enfermedad e inseguridad. El acceso a una vivienda salubre, en barrios seguros, con servicios educativos y recreativos adecuados es esencial para lograr la salud para todos.

Por otra parte, el 80% de la población mundial que vive en condiciones de extrema pobreza se encuentra en zonas rurales. En la actualidad, ocho de cada diez personas que carecen de servicios básicos de agua potable viven en zonas rurales, al igual que siete de cada diez personas que carecen de servicios básicos de saneamiento. Es importante intensificar los esfuerzos para hacer llegar a las comunidades rurales los servicios de salud y otros servicios sociales básicos (en particular, el abastecimiento de agua y el saneamiento). Esas comunidades también necesitan urgentemente una mayor inversión económica en medios de vida sostenibles y un mayor acceso a las tecnologías digitales.

Fortalecer los datos y los sistemas de información sanitaria 

Aumentar la disponibilidad de datos actualizados y de alta calidad, desglosados por sexo, riqueza, nivel educativo, origen étnico, raza, género y lugar de residencia, es fundamental para determinar dónde hay desigualdades y atajarlas. El seguimiento de las desigualdades en materia de salud debería formar parte de todos los sistemas nacionales de información sanitaria.

Según una evaluación de ámbito mundial realizada recientemente por la OMS, solo el 51% de los países prevén un desglose de los datos que publican en sus informes de estadísticas sanitarias nacionales. El estado de salud de los distintos grupos suele quedar desdibujado cuando se aplican las medias nacionales. Es más, a menudo son las personas vulnerables, pobres o discriminadas las que tiene más probabilidad de no aparecer en los datos.

«Ha llegado el momento de invertir en la salud como motor de desarrollo», declaró el Dr. Tedros. «No tenemos que elegir entre mejorar la salud pública, crear sociedades sostenibles, garantizar la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada, hacer frente al cambio climático y generar economías locales prósperas. Todos esos resultados esenciales están estrechamente relacionados».

 

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha criticado este jueves la “inaceptable”…

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha criticado este jueves la “inaceptable” lentitud en la vacunación en Europa, en un momento en que la pandemia de covid-19 también se agrava en América Latina, sobre todo en Brasil, que registró en marzo su mes más letal.

“Actualmente la situación regional es la más preocupante desde hace varios meses”, ha indicado el director de la división Europa de la OMS, Hans Kluge, urgiendo a acelerar las campañas de vacunación en este continente.

“Debemos acelerar el proceso reforzando la producción, reduciendo los obstáculos a [su] administración (…) y utilizando todas las dosis” almacenadas, ha agregado Kluge.

Europa alberga un 12% de la población mundial y ha administrado hasta ahora más de 152 millones de dosis de vacuna anticovid, es decir una cuarta parte de las inyectadas en el mundo. En Europa, un 10% de la población recibió una dosis de la vacuna y un 4% recibió las dos, según la organización.

Europa endurece las restricciones

En este contexto grave, numerosos países europeos recrudecen sus medidas para intentar frenar la propagación del virus, especialmente limitando los viajes.

Alemania reforzará durante los próximos “8 a 14 días” los controles en sus fronteras terrestres, mientras que Italia decidió prolongar sus medidas hasta el 30 de abril. En Austria, la región de Viena se confinará en Pascua.

En Francia, donde la situación sanitaria se degrada desde hace varias semanas y ya se rozan los 100.000 muertos, se cerrarán las escuelas al menos tres semanas y se extenderán las restricciones a todo el territorio.

El consumo de alcohol en la calle estará prohibido durante las próximas semanas y también se podrá limitar el acceso a lugares propicios para las reuniones al aire libre, anunció el primer ministro francés, Jean Castex, este jueves.

Europa suma el mayor número

De los 2,8 millones de muertos registrados en el mundo desde diciembre de 2019, Europa suma el mayor número con unos 958.000 decesos, seguida de América Latina y el Caribe (unos 783.500) y Estados Unidos y Canadá (575.000), según un balance de la AFP el jueves.

En la zona Europa, –que incluye medio centenar de países, incluidos Rusia y varios Estados de Asia central–, los decesos fueron más de 24.000 la semana pasada y se acercan “rápidamente” al millón en total, según la organización.

Tomado de: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud

 

 

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Detectan el primer caso de un recién nacido con anticuerpos al virus SARS-CoV-2

El lactante nació con inmunoglobulinas IgG, uno de los cinco anticuerpos que el organismo fabrica para las defensas.

Recien nacidoUn grupo de científicos de la Universidad Atlántica de Florida ha informado el primer caso de un recién nacido con inmunidad a la COVID-19, tras la administración de la madre de la vacuna Moderna a las 36 semanas de gestación, sin previa infección del virus, según consta el estudio publicado en medRxiv. El lactante nació con inmunoglobulinas IgG, uno de los cinco anticuerpos que el organismo fabrica para defenderse de patógenos.

Los investigadores explican que tomaron una muestra de sangre del cordón umbilical inmediatamente después del nacimiento y antes de la salida de la placenta con 0,5 ml extraídos para el suero, el cual lo enviaron para la prueba de anticuerpos contra la proteína Spike del SARS-CoV-2.

Luego, “la madre que ha estado amamantando exclusivamente, recibió la segunda dosis de la vacuna de Moderna durante el período posparto, según el cronograma del protocolo de vacunación de 28 días”, detalla la publicación.

El resultado fue la detección de anticuerpos de sangre inmunoglobulina G a un nivel de 1,31 unidades por mililitro. “Este inmunoensayo de electroquimioluminiscencia (Eclia) utiliza una proteína recombinante que representa el RBD (dominio de unión al receptor) del antígeno S para la determinación cuantitativa de anticuerpos contra el SARS-CoV-21″, argumentan los expertos.

Paso de anticuerpos de la COVID-19 por la placenta

Los investigadores señalan que la vacunación materna contra la influenza y la TDaP (tétanos, difteria, tos ferina) ha sido “bien” estudiada en términos de seguridad y eficacia para la protección del recién nacido mediante el paso de anticuerpos por la placenta y que esperan que contra la COVID-19 suceda lo mismo.

“Existe una necesidad importante y urgente de investigación con respecto a la seguridad y eficacia de la vacunación contra el SARS-CoV-2 durante el embarazo. Sin embargo, aún se desconoce la eficacia protectora en los recién nacidos y el momento ideal de la vacunación materna; se necesitan, por ejemplo, más estudios para cuantificar la cantidad y duración de anticuerpos neutralizantes virales presentes en los bebés”, sentencian los autores.

febrero 21/2021 (Redacción Médica)

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La OMS incluye en su lista de uso en emergencias dos vacunas adicionales contra la COVID-19 y aprueba su despliegue a través de COVAX

Las vacunas desarrolladas por AstraZeneca/Oxford llegarán a los países en las próximas semanas
15 de febrero de 2021

Comunicado de prensa
Ginebra
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido hoy en la lista de uso en emergencias dos versiones de la vacuna de AstraZeneca/Oxford contra la COVID-19 y ha dado luz verde para que estas vacunas se desplieguen mundialmente a través de COVAX. Las vacunas son producidas por AstraZeneca-SKBio (República de Corea) y el Serum Institute de la India.

La inclusión en la lista de uso en emergencias de la OMS permite evaluar la calidad, seguridad y eficacia de las vacunas contra la COVID-19 y es un requisito previo para el suministro de vacunas a través del Mecanismo COVAX. También permite a los países acelerar su propia aprobación regulatoria para importar y administrar las vacunas contra la COVID-19.

«Los países que hasta ahora no tenían acceso a las vacunas podrán por fin empezar a vacunar a sus trabajadores de la salud y a las poblaciones de riesgo, lo que contribuirá al objetivo de distribución equitativa de las vacunas del Mecanismo COVAX,» dijo la Dra. Mariângela Simão, Subdirectora General de la OMS para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios.

«Sin embargo, debemos mantener la presión para satisfacer las necesidades de las poblaciones prioritarias de todo el mundo y facilitar el acceso mundial. Para ello, necesitamos dos cosas: que se aumente la capacidad de fabricación y que los desarrolladores de las vacunas las presenten cuanto antes a la OMS para su evaluación.»

El proceso de inclusión en la lista de uso en emergencias de la OMS puede ser rápido si los desarrolladores de las vacunas presentan oportunamente todos los datos requeridos por la OMS. Una vez presentados esos datos, la OMS puede reunir rápidamente a su equipo de evaluación y a reguladores de todo el mundo para evaluar la información y, de ser necesario, llevar a cabo inspecciones de los centros de fabricación.

En el caso de las dos vacunas de AstraZeneca/Oxford, la OMS evaluó los datos sobre la calidad, la seguridad y la eficacia, los planes de gestión de riesgos y la viabilidad programática, como los requisitos relativos a la cadena de frío. El proceso duró menos de cuatro semanas.

La vacuna fue examinada el 8 de febrero por el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre inmunización (SAGE) de la OMS, que formula recomendaciones sobre el uso de las vacunas en las poblaciones (es decir, grupos de edad recomendados, intervalos entre las dosis, y consejos para grupos específicos como las mujeres embarazadas y lactantes). El SAGE recomendó la vacuna para todos los grupos de edad a partir de los 18 años.

El producto de AstraZeneca/Oxford es una vacuna de vector viral denominada ChAdOx1-S [recombinante]. Se está produciendo en varios centros de fabricación, así como en la República de Corea y la India. Se ha comprobado que ChAdOx1-S tiene una eficacia del 63,09% y es adecuada para los países de ingresos bajos y medios debido a su fácil almacenamiento.