Campos electromagnéticos I. Telefonía móvil y salud pública

Campos electromagnéticos I. Telefonía móvil y salud pública

Entre las diversas formas de contaminación, la contaminación física por radiaciones no ionizantes es una cuestión de vigente actualidad, debido a la importante evolución que la telefonía móvil ha experimentado en el campo de las telecomunicaciones.
El teléfono móvil, que hace pocos años era un aparato sofisticado y reservado a un uso restringido, se ha convertido en un instrumento sin el que es difícil concebir algunos aspectos rutinarios de la vida cotidiana. La definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), además de la ausencia de enfermedad, también contempla el bienestar psicológico y social, y es evidente que hoy por hoy en algunos grupos de ciudadanos existe una percepción negativa sobre los posibles efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos ambientales. Esta percepción de riesgo puede incluso llegar a desencadenar en algunas personas molestias de origen indeterminado como insomnio, dolor de cabeza o tensión nerviosa que han sido agrupadas dentro del llamado “síndrome de hipersensibilidad electromagnética”.

Es importante señalar que no pueden considerarse iguales todos los campos electromagnéticos a la hora de evaluar su posible influencia en la salud, ya que la naturaleza de la interacción entre los distintos campos y el material biológico depende de las características de la emisión, sobre todo de la frecuencia y de la intensidad. Por tanto, los distintos tipos de radiaciones deben ser evaluadas de forma individual. Las radiofrecuencias pueden originar sobre nuestro organismo efectos biológicos, considerando tales, como aquellos que producen algún tipo de modificación en el organismo, sin que ello implique que estos efectos tengan que ser necesariamente negativos.