Control del riesgo químico de sustancias y preparados peligrosos. Manual de Buenas Prácticas

Control del riesgo químico de sustancias y preparados peligrosos. Manual de Buenas Prácticas

Los productos químicos han pasado a formar parte de nuestra vida cotidiana por su utilización en todos los ámbitos. Se estima que, en la actualidad, existen aproximadamente ocho millones de productos químicos diferentes, de los que unos setenta mil son de uso común. Este manual pretende contribuir a mejorar el conocimiento de los usuarios profesionales, agentes económicos, colectivos sociales y otros, sobre las directrices técnicas y legales para la comercialización, uso y aplicación de los productos químicos, con el objeto de favorecer al máximo el cumplimiento de la normativa de prevención del riesgo químico y por tanto, de protección de la salud pública. El consumo de las sustancias y preparados químicos es amplio y variado, no sólo en los sectores productivos, sino en los hogares y otros ámbitos de la vida pública y privada, siendo innegables los beneficios que aportan al desarrollo de la sociedad. Sin embargo, su utilización no siempre lleva asociada resultados beneficiosos, pudiendo desencadenar efectos indeseables que repercuten en nuestra salud y en el entorno. Esta situación es consecuencia no sólo del incremento de nuevas sustancias en el mercado, sino de la ubicuidad de las mismas, los elevados volúmenes comercializados, así como de manipulaciones inapropiadas.
Los productos químicos son, en cualquier caso, un elemento esencial para el avance de nuestra sociedad, por lo que es prioritario esforzarse en minimizar los riesgos potenciales asociados, si queremos alcanzar la meta del desarrollo sostenible y saludable.
La legislación española, armonizada a las normas emanadas de la Unión Europea, establece que todos los productos químicos peligrosos para su puesta en el mercado deben clasificarse según su peligrosidad y cumplir los requisitos de etiquetado, envasado, así como facilitar información a los usuarios profesionales, mediante las ficha de datos de seguridad. Asimismo introduce especificaciones y restricciones de uso en función del balance entre los riesgos intrínsecos y los beneficios para la sociedad.