Riesgo/Prevención

Existen evidencias científicas de que el consumo de tabaco es causa de enfermedad y muerte. Se conoce además que afecta tanto a la persona que consume activamente como a los que aspiran el humo del tabaco o fumadores pasivos.
El tabaquismo es una enfermedad y a la vez un riesgo para el desarrollo de enfermedades en todos los sistemas del organismo. La población lo asocia más al daño del aparato respiratorio pero su repercusión va mucho más allá.
Haciendo un resumen de los principales daños a la salud tenemos:
Sistema cardiovascular: Angina de pecho, infarto del miocardio, Hipertensión arterial, oclusión de vasos periféricos.
Sistema Nervioso: Accidentes cerebrovasculares tanto infarto como hemorragia cerebral.
Sistema Respiratorio: Bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, aumento del riesgo de infecciones respiratorias incluyendo neumonías.
También encontramos daños a nivel de piel, sistema digestivo así como influye en el desarrollo de osteoporosis, cataratas, menopausia y envejecimiento precoz.
Queremos hacer énfasis en la relación del tabaco y el cáncer pues no solo es el cáncer de pulmón, este eleva la incidencia de cáncer de laringe, estómago, cavidad bucal, esófago entre otros.
A lo largo de los años se ha comprobado la influencia negativa del tabaco en la esfera reproductiva elevando la incidencia de infertilidad, abortos espontáneos, embarazo ectópico, prematuridad, bajo peso al nacer así como otras comorbilidades en la embarazada.
¿Cómo prevenir el consumo de cigarro?
Trabajar en la prevención forma parte de las políticas públicas del estado cubano. Esta es una tarea que involucra a diferentes ministerios. Las acciones de prevención deben empezar desde edades tempranas pues cada vez es menor la edad de inicio del consumo de tabaco. De hecho para muchos profesionales, el tabaco se ha convertido en una epidemia pediátrica. Entre las acciones preventivas fundamentales están el concientizar a familiares y adultos las consecuencias que trae el fumar delante de niños y adolescentes, la explicación por parte de los padres, familiares y maestros del daño que este produce a la salud, sociedad y economía haciendo hincapié en que te lleva a una adicción de la cual es difícil salir. Es importante brindarle al adolescente las herramientas que necesita para rechazar los cigarrillos con un simple, gracias, no quiero.
La práctica de ejercicios físicos y la ingestión de abundante líquido es importante. Un elemento que suele ser útil es recordarle a los jóvenes aspectos que les interesan y los llevan a rechazar el consumo como que el tabaco mancha los dientes, da mal aliento, hace que la ropa y el cabello huelan mal, entre otros.
Es importante crear espacios libres de humo. Recuerda que fumar no solo te acorta la vida sino que le quita calidad a la misma.