Kurzweil

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La inteligencia artificial (IA)

La IA durante sus primeros años se mantuvo fiel al paradigma simbolista, el cual a su vez se dividía en dos grupo, los que se apoyaban en la lógica para la representación de los conocimientos, un ejemplo de ello el el lenguaje Prolog y los que se apoyaban en la semántica y buscaban representar los conocimientos a través de estructuras semánticas como guiones, marcos (frames), redes semánticas, etc. Pero ambos se basaban en la presentación de los estados mentales en forma de algoritmos. Con el tiempo surgió un nuevo paradigma: el conexionista el cual más que representar los estados mentales buscaba la representación de las conexiones que se establecen entre las diferentes de una organismo, ya sean neuronas (redes neuronales), agentes (agentes inteligentes), genes (algoritmos genéticos) y como de estas conexiones se genera un accionar inteligente.

Hoy en día el enfoque más prometedor parece ser en de las redes neuronales, el cual está siendo adoptado actualmente por Google, en su aspiración de crear una inteligencia artificial. Las redes neuronales a diferencia de los sistemas simbolistas que obligaba a describir todo el conocimiento humano en forma de reglas, lo cual obligaba a tener en cuenta toda la experiencia humana, tarea imposible. Las redes neuronales permiten crear un núcleo de conexiones, que esta puedan sobre su propia experiencia ir ampliándose, similar a como funciona el cerebro.

Otro de los problemas era el aprendizaje automático, como lograr que la maquina fuera aprendiendo por sí misma, si era un sistema que estaba aislado de la realidad y había que estar suministrándole los datos del mundo exterior, era necesario que las máquinas estuvieran interactuando con el mundo real, lo cual llevo a un retorno a la cibernética y sus ciberanimalitos. Hoy Rodney Brooks, investigador del MIT, tiene deambulando por su oficina pequeñas arañas cibernéticas, cuyo único objetivo es aprender a desplazarse por el laboratorio.

En estos tiempos se ha puesto de moda el concepto de aprendizaje profundo, el cual consiste en comprender y profundizar sobre los conocimientos propios y obtener nuevos conocimientos. Lo cual requiere de la ya mencionada interacción con el mundo, un sistema aislado como se pretendía con los sistemas expertos, es imposible que aprende por sí mismo. La forma más utilizada ha sido, desde la cibernética hasta nuestros tiempos, el uso de pequeños robots con uno conocimientos mininos, pero que sus “cerebro electrónico” sea capaz de crear nuevas conexiones y nuevas interpretaciones de la realidad, la otra seria un sistema (software) que este en interacción con el medio, el caso del buscador de Google, que esta interactuando con los usuarios y puede aprender de ello, por eso no es de extrañar que Google este apostando al aprendizaje profundo y realizan enormes inversiones. Lo interesante en Google, es que esta combinando las ideas de las redes neuronales con las del aprendizaje profundo y para ello ha contratado a varios expertos en las dos ramas los que tiene trabajando en la creación de un buscador inteligente, lo que justifica porque el desinterés de Google en la web semántica, evidentemente su proyecto es otro.

Actualmente Google está utilizando el aprendizaje profundo para mejorar el sistema de reconocimiento de voz en su sistema operativo Android. Ray Kurzweil, conocido por sus ideas una singularidad tecnológica y de la posibilidad de crear una mente superior a la humana, ha vaticinado el surgimiento en Google de un amigo cibernético basado en el aprendizaje profundo que escucha adentro en su conversación telefónica, lee sus mensajes de correo electrónico y realiza un seguimiento de todos tus movimientos para que pueda saber las cosas que usted quiere saber, incluso antes de preguntar.

El mundo está cambiando y la idea que teníamos de una inteligencia artificial surgida de los grandes centros de investigaciones y que luego comenzaría a aplicarse lentamente en las grandes empresas, hoy no se cumple y todo indica que las grandes transnacionales encabezadas por Google van a in construyendo y aplicando su propia inteligencia artificial. Ahora la pregunta es: ¿Qué consecuencias tendrá para la humanidad? De esto hablaremos en el próximo artículo.

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Podemos preguntarnos si es posible el surgimiento de una inteligencia superior a la humana, de lo cual hemos hablado en artículos anteriores. Comenzaremos por la definición de Singularidad tecnológica dada en Wikipedia: “Es un acontecimiento futuro en el que se predice que el progreso tecnológico y el cambio social se acelerarán debido al desarrollo de inteligencia sobrehumana, cambiando nuestro entorno de manera tal, que cualquier ser humano anterior a la Singularidad sería incapaz de comprender o predecir”. De lo que se desprende que para que se produzca ese progreso tecnológico acelerado que se nos escapa de las manos y somos incapaces de predecir una vez que se desencadeno, es el surgimiento de una inteligencia superior a la humana.

Siguiendo a Vinge, el primero en usar el término singularidad tecnológica, esta inteligencia artificial superior a la humana se puede lograr por cuatro vías: superinteligencia artificial (cuando las máquinas se hacen más inteligentes que los humanos), superinteligencia hibrida (cuando los humanos y las máquinas se funden en un Cyborg), superinteligencia colectiva (cuando humanos y máquinas por medios de internet interactúan y crean una inteligencia colectiva o cerebro global) y la superinteligencia biológica (donde se mejora la inteligencia a través de la manipulación genética). Siendo la superinteligencia artificial la más defendida por los teóricos de la singularidad.

Aunque la superinteligencia artificial parecía la más lejana de las cuatro dado el estado del arte de las investigaciones en inteligencia artificial y el sueño de una inteligencia artificial parecía abandonado, los denodados esfuerzos de Ray Kurzweil, la han puesto de nuevo de moda y prueba de ello son la creación de la Universidad de la Singularidad por el propio Kurzweil y su ingreso en Google como directivo para el desarrollo de la IA. Ya el hecho de que Google se haya tomado en serio las ideas de Kurzweil, demuestra que la transnacional está convencida de la posibilidad de alcanzar una superinteligencia artificial (en otro artículo nos referiremos a los pasos que está dando Google) y por lo tanto la aceptación del surgimiento de una singularidad tecnológica y el ideal de una inteligencia artificial capaz de autoprogramarse, de aprender por sí misma y en un futuro ser autoconsciente. El cofundador de Google Sergey Brin dijo que sueña con un día construir el equivalente a HAL de 2001: Una odisea del espacio, excepto que su HAL no mataría a la gente.

Vamos algunas ideas de cómo se puede alcanzar una inteligencia artificial

1.- El test de Turing, idea del matemático inglés Alan Turing: Sostiene que un sistema se considera inteligente cuando se puede conversar con él sistema sin que se note que es una computadora, aquí estamos hablando de una maquina que iguala al razonamiento humano ya que es capaz de pensar y hablar como un humano (al menos no se hace la diferencia).

2.- El modelo emergente: La idea de lograr construir una mente siguiendo la idea de descifrar los algoritmos de la mente para luego reproducirlo en una maquina resulto demasiado ingenua y agotadora, influidos por la idea de una singularidad tecnológica que parte que la consciencia dada ciertas circunstancia puede emerger por sí misma, se abandono la idea de una IA totalmente reconstruida por otra donde solo se necesita desarrollar el núcleo de esa IA y que esta, luego, sea capaz de reproducirse a si misma hasta despertar como una inteligencia. Aquí se hace hincapié en computadoras cada vez más veloces, capaces de procesar una mayor cantidad de conocimientos o que se pueden representar una mayor cantidad de conexiones emulando el funcionamiento del cerebro (redes neuronales)

3.- La construcción de una mente. El sueño de la inteligencia artificial fuerte, de copiar la mente en una computadora. Se asume que el cerebro y la computadora son dos sistemas equivalentes ya que ambos se basan en el procesamiento de la información y la única diferencia está en el soporte que utilizan, los humanos el cerebro y las maquinas su hardware. Lo único que hay que hacer es encontrar la forma como el cerebro procesa la información (los programas que lo componen) y reproducirlos en una computadora. Como dije anteriormente, esta idea había sido abandonada pero recientemente ha recibido nueva fuerza y así como nuevas interpretaciones, pero el principio sigue siendo el mismo, la equivalencia entre uno y otro. En este caso si podemos hablar de maquinas con sentimientos con consciencia de sí misma, incluso de copias humanas viviendo en Internet, al estilo matriz.

4.- La simulación del pensamiento: Se acepta que la forma de pensar de los humanos es totalmente diferente a la de las maquinas (inteligencia artificial débil) y que el método es crear programas capaces de desarrollar actividades llamadas inteligentes sin imitar al pensamiento humano. Por supuesto, esto nos lleva a maquinas carentes de sentimientos (al menos como los humanos), tan inteligentes como los humanos o quizás más, pero dentro de su propia estructura.

5.- La reconstrucción del cerebro, Aunque se parece a la idea de reconstruir la mente, no es igual, mientras la anterior se basa en reproducir la mente por medio del software, aquí se quiere reproducir las funciones del cerebro neurona a neurona, hasta alcanzar la capacidad de procesamiento del mismo.

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En otros artículos he hablado sobre la singularidad tecnológica (la de Vinge, no confundirla con la de Kurzweil que tiene otras pretensiones) y de las superinteligencias que esta contempla.

Hoy quiero enfocar el problema desde una visión más realista, por lo que comenzaremos con la pregunta: ¿Surgirá una inteligencia superior a la humana?

Teníamos cuatro posibles superinteligencias (algunos le llaman inteligencias suprahumanas).

  • Superinteligencia artificial
  • Superinteligencia hibrida
  • Superinteligencia colectiva
  • Superinteligencia biológica

Comencemos por la artificial. ¿Estará el hombre dispuesto a construir una inteligencia no humana que lo supere? “Si no trabajamos en las tecnologías inteligentes alguien lo hará”. O sea que las necesidades del mercado y la competencia que esta genera, nos llevara inevitablemente a el desarrollo de inteligencias artificiales (IAs) superior a la humana. Y no hemos mencionado la carrera armamentista, que tampoco se detendrá.

La única preocupación de que estas ideas no se lleven a cabo, con la prontitud requerida, serian las acciones que puedan desplegar los llamados “luditas” o “bioluditas”. Que son aquellos que proponen la prohibición de aquellas tecnologías que puedan significar un riesgo para la humanidad. Sin dudas una IA superior a la humana es un peligro para los humanos, si aceptamos que vivimos en una sociedad basada en la competencia y en la lucha por el poder.

Otros afirman que las ventajas son tantas que vale la pena correr los riesgos, pero algunos piensan que nos adentraremos en una aventura cuyas consecuencias son impredecibles.

Una de las ventajas, que traeria el surgimiento de una superinteligencia artificial, seria la copia de la mente (recargar la mente en una computadora). De la que Hans Moravec es un defensor. Y destaca las siguientes:

  • Aumentar la velocidad de calculo
  • Extender la vida
  • Vivir en un espacio reducido; en una computadora
  • Viajar a la velocidad de la luz
  • Incrementar los conocimientos; podrían aumentar su memoria, agregar nuevos sentidos, etc.
  • Aprender y comunicarse directamente; comunicación directa mente a mente.

Aquí hay cierta confusión. ¿De qué estamos hablando? De un artefacto que se conecta al cerebro y es capaz de extraerle la mente al individuo o de reproducir la mente desarrollando sus programas (programar todos los estados mentales), por supuesto estos programas se irán introduciendo directamente en una computadora, lo que han estado haciendo durante años los investigadores de la IA, sin mucho éxito (al menos, no han cumplido con las expectativas). En este segundo caso estamos hablando de una copia de la mente (codificada en forma de algoritmos) que se ejecutaría en una computadora. En mi opinión no estamos hablando de la mente humana, en todo caso de un sistema inteligente que simula aspectos de la mente. El primer caso sigue, aun, perteneciendo a la ciencia ficción.

A la euforia de Moravec, su une una predicción, algo preocupante, de Nick Bostrom: La superinteligencia (SI) será quizás el último invento que la raza humana necesita hacer, ya que esta (luego) se ocupará de la civilización en todos sus aspectos. Como se cuestionara Bill Joy, el futuro no nos necesita.

Entre las críticas al surgimiento de una inteligencia artificial, está la de Roger Penrose quien establece diferencias entre el funcionamiento de un ordenador, que es capaz solamente de un razonamiento algorítmico basado en secuencias lógicas, y el funcionamiento del cerebro humano, que es capaz de estar abierto a la improvisación y a lo inesperado, a lo caótico, es decir, a lo creativo.

Los investigadores de IA, siguen creyendo que, aunque pueda tomar décadas para aclarar todos los detalles, no hay nada adicional subyacente en el pensamiento: es solo tratamiento de la información. Y siguen aferrados a la metáfora de que el cerebro es equivalente al hardware de una computadora, por lo que es totalmente factible transferir la mente de un soporte (el cerebro) a otro (la maquina).

En cambio, los expertos en computación tradicional no pueden creer que las computadoras relativamente simples, en las que se ejecutan sus programas, se almacenan sus bases de datos, sus gráficos; que requiere de un sistema operativo y opera sobre algoritmos numéricos; puedan ser también el sustrato donde se puedan ejecutar los complejos procesos de la mente humana.

 

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