En los minutos finales de la Mesa Redonda del 14 de septiembre de 2022 titulada La producción nacional de medicamentos, hoy en la Mesa Redonda, el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez, se refirió a proyectos de investigación de la industria biofarmacéutica cubana, también importantes para dar respuesta a problemáticas de salud. “Ya aparecen las noticias sobre que es posible que la covid próximamente deje de ser pandemia, pero, de todas formas, va a seguir circulando el virus”, dijo.
“Nosotros concebimos en principio la estrategia de actualizar las vacunas para responder a las nuevas variantes que surgieran. Realmente, la velocidad en que aparecieron nuevas variantes fue más rápida que la capacidad, no solo nuestra, sino en el mundo, de actualizar las vacunas. Cuando íbamos a sacar la beta, apareció delta; cuando delta, apareció ómicron.
“Pero nosotros tenemos, como hemos informado en otros momentos, la variante ómicron y otras variantes de otras generaciones de vacunas, con la idea de que puedan servir para los coronavirus en general”, explicó.
Apuntó que las últimas epidemias que han existido en el mundo, y la actual pandemia, han sido por coronavirus, y en esto se ha avanzado bastante.
“Pensamos que vamos a poder tener en nuestro país una vacuna actualizada contra las nuevas cepas que están circulando. Las nuevas variantes que surjan, lo más probable es que se deriven de ómicron, que es la que se ha establecido, por lo cual nuestra idea es actualizar la vacuna. Y tenemos resultados positivos en este sentido”.
Recordó que la industria cubana lleva más de 10 años trabajando en una vacuna contra el dengue. “Es una vacuna muy compleja y hoy realmente no existe un inmunógeno efectivo y seguro, además de que existen cuatro serotipos de dengue”, dijo.
No obstante, subrayó, Cuba tiene personal científico con mucha experiencia y se ha aportado mucho conocimiento a la comunidad científica sobre este virus.
“Hemos decidido, de las variantes que tenemos, avanzar en una de ellas. Es una vacuna que está más enfocada en inducir una respuesta celular, porque en las vacunas que inducen respuesta humoral hay un fenómeno, conocido, de amplificación viral inducida por anticuerpos, que puede ser más dañino.
“Tenemos una posibilidad de vacuna con la que pensamos avanzar rápido, aunque todavía no tenemos un pronóstico de cuando pudiésemos estar evaluándola en humanos, pero se está avanzando rápido”, afirmó.
Agregó que también se trabaja en un sistema de diagnóstico –que puede estar listo en menor tiempo–, el cual puede ayudar a los protocolos de Salud Pública, porque el diagnóstico hoy disponible mediante la tecnología SUMA detecta el virus a los cinco días después de haber comenzado los síntomas porque mide la IgM.
“Estamos pensando en un sistema de diagnóstico rápido con la colaboración del Centro de Inmunoensayo, el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) y otras instituciones para poder determinar en los primeros momentos de iniciados los síntomas si es dengue o no, porque determina el antígeno del virus.
“Al mismo tiempo, se trabaja en un sistema que determine si el paciente está en presencia de una segunda infección, mediante la medición de la IgG, cuyos niveles se incrementan porque previamente se habían inducido con la primera infección”, explicó.
“Son sistemas que pudieran contribuir mucho a determinar las conductas a seguir, por ejemplo en presencia de pacientes con comorbilidades o una segunda infección, y evitar que pasen a la gravedad e incluso a la muerte”, concluyó.
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