Dengue: no por conocido, menos peligroso

En medio de la pandemia de covid-19 que todavía no llega a su fin, los habitantes de este archipiélago tenemos que lidiar además en estos meses con otra amenaza que no por conocida deja de ser peligrosa: el incremento del índice de infestación del Aedes aegypti, vector que transmite el dengue y otras arbovirosis, lo cual torna más complejo el escenario epidemiológico del país.

Si bien en los últimos años los niveles de infestación del mosquito han sido muy elevados, según reconocen autoridades sanitarias nacionales, 2022 ha sido hasta este momento el periodo que más focos ha aportado en los últimos quince años. De acuerdo con el ciclo natural del Aedes aegypti, esta especie tiende a proliferar entre mayo y septiembre, por lo que meses como octubre e incluso noviembre se han caracterizado históricamente en Cuba por un alza en la transmisión de dengue.

La marcada presencia de esta arbovirosis en la región de las Américas incrementa el peligro para nuestro país, máxime cuando los expertos pronostican que el dengue seguirá aumentando debido a los efectos del cambio climático.

Acerca de esto último, la reconocida viróloga María Guadalupe Guzmán Tirado, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), explicó en una entrevista concedida a BOHEMIA en 2018 que “cuando el mosquito pica a un individuo infectado, el insecto se infecta pero eso no ocurre inmediatamente, por el solo hecho de una ingesta de sangre con el virus. Este último sufre un proceso de replicación en el mosquito y vuelve a sus glándulas salivales luego de un período llamado de incubación extrínseca (dura de 10 a 12 días), a partir del cual el insecto sí puede, cada vez que pique, contagiar al humano.

“Existen evidencias —continuaba la experta— de que el aumento de la temperatura y la humedad puede acortar este período de incubación y provocar que el mosquito se haga infectivo en cuatro o cinco días. Además, las altas temperaturas aceleran el proceso de vida del insecto y, junto con la humedad y las precipitaciones, favorecen los sitios de cría, pues el mosquito hembra necesita agua limpia para poner los huevos”.

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud Pública,  el 83 % de los focos de Aedes aegypti se detecta en los depósitos de almacenamiento de agua en las viviendas, por lo que las autoridades sanitarias y gubernamentales convocan a la población a participar activamente en la eliminación de potenciales criaderos de mosquitos tanto en las casas como en los centros de trabajo.

Ver más en: Revista Bohemia – 25 julio 2022