Errores, mitos y realidad
Las diarreas solo existen cuando las deposiciones son líquidas. Es un error muy frecuente referido por los pacientes en consultas. Lamentablemente, una gran parte de los pacientes no identifica una diarrea excepto cuando las deposiciones son líquidas o semilíquidas, ignorando consistencias semipastosas, incluso pastosas. Toda deposición que no sea moldeada o formada en su consistencia, se debe considerar diarreica. Según la escala de Bristol, las heces 5,6 y 7 son diarreicas.
Padecer de un síndrome de malabsorción intestinal por intolerancia a la lactosa: Es un error considerar que ser intolerante a la lactosa significa estar enfermo. El ser humano es el único que mantiene el consumo natural de productos lácteos de por vida, el resto de los mamíferos se destetan con el crecimiento. En la superficie interna de nuestro intestino (mucosa) existen varias enzimas y entre ellas está la lactasa, encargada de actuar sobre la lactosa (azúcar de la leche).
La producción de esta enzima va disminuyendo según los años, y por lo tanto la tolerancia a esta azúcar. En ocasiones, luego de una afectación temporal del intestino, la producción de lactasa puede disminuir bruscamente y no recuperarse más. Es un mito popular y error considerar que luego de una afectación intestinal, el paciente padezca de un síndrome de malabsorción intestinal por esta intolerancia.
Ni es un síndrome de malabsorción cada vez que se tenga un cuadro diarreico, aunque sea crónico (mito), ni es una enfermedad tener diarreas por intolerancia a los lácteos en la adultez. El paciente realmente lo que no puede es consumir productos lácteos. Evitando estos hace una vida totalmente normal (realidad). En estos casos lo que se busca es a lo que llamamos dosis tolerable, que consiste en que el paciente vaya probando la cantidad de producto lácteo que puede consumir en 24 horas sin que le aparezcan síntomas digestivos asociados (ruido intestinal, distensión, diarreas, etc.).