Resucitación cardiopulmonar básica y avanzada pediátrica

Resucitación cardiopulmonar básica y avanzada pediátrica

El Servicio de Urgencias en Pediatría del Hospital Universitario de Cruces ha publicado estos protocolosy procedimientos de tratamiento en la resucitación cardiopulmonar básica y avanzada pediátrica

La parada cardiorrespiratoria (PCR) es la interrupción brusca y potencialmente reversible de la actividad mecánica del corazón y de la respiración espontánea. En los niños raramente se presenta como un acontecimiento súbito, sino que suele ser secundaria a alguna circunstancia previa. La habilidad de reconocer al paciente en riesgo de PCR y el conocimiento adecuado de las maniobras de resucitación no sólo puede salvar la vida del paciente, sino también evitar secuelas importantes. Es un acontecimiento poco frecuente en la infancia. En la mayoría de ocasiones lo que se ve es la apnea aislada junto a diferentes grados de bradicardia. Las causas más frecuentes de PCR en la infancia son: shock séptico, traumatismos, intoxicaciones, enfermedades metabólicas, convulsiones, cardiopatías congénitas e insuficiencia respiratoria.

En la infancia, la hipoxia juega un papel central, no sólo en el desarrollo de las lesiones orgánicas (cerebro, corazón, pulmón, hígado y riñón) secundarias a la PCR, sino también en el desencadenamiento de la misma. A diferencia del adulto, en el que la PCR suele ser repentina y la asistolia es el acontecimiento inicial, en el niño suelen existir una serie de cambios fisiopatológicos, en general fracaso respiratorio con hipoxia, que preceden a la parada cardiaca. Por este motivo, el pronóstico de la PCR en los niños es en general pobre. Es fundamental prevenir la PCR, actuando sobre los acontecimientos que llevan a la misma.

Existen una serie de signos de alarma que pueden alertarnos de la inminencia de una parada cardiorespiratoria:

  • SNC: letargia, irritabilidad, disminución del nivel de conciencia
  • Respiratorio: apnea, quejido, aleteo nasal, taquipnea, respiración superficial
  • Cardiovascular: arritmia, bradicardia, taquicardia, pulsos débiles, relleno capilar pobre, hipotensión
  • Piel y mucosas: piel moteada, palidez, cianosis, sudoración, piel y mucosas secas

El objetivo de la resucitación en el paciente pediátrico, es conseguir un adecuado gasto cardíaco que garantice una aceptable oxigenación de los tejidos. Esto puede ser conseguido usando el masaje cardiaco, la ventilación artificial y la juiciosa administración de fármacos.