Enfermedades hepáticas: Generalidades

Para diagnosticar una enfermedad hepática es indispensable la participación de un médico. En su diagnóstico este se vale de un adecuado interrogatorio donde se profundiza en los antecedentes de enfermedades o de otras condiciones, y la existencia de síntomas. El examen físico ayuda, asimismo, a identificar los signos presentes en los enfermos.

Con los datos recogidos se plantean los síndromes y se establece un posible diagnóstico que permite la realización (justificada) de estudios complementarios que ayudan a confirmar el diagnóstico realizado. A partir de este momento se establece el adecuado tratamiento y seguimiento de la afección diagnosticada.

Algunos de los síntomas más frecuentes asociados a las enfermedades hepáticas son

  • Íctero (coloración amarilla de la piel y las muchosas).

    Ítero. Fuente. Ecured

    Íctero. Fuente. Ecured

  • Coluria (coloración anormal de la orina, descrita muchas veces como de «color ladrillo»).
  • Acolia (pérdida de la coloración normal de las heces fecales, muchas veces se describen como de color blancuzco, como de «ceniza o de masilla»).
  • Hipocolia (cuando la pérdida de la coloración normal de las heces fecales son menos marcadas que las descritas en la acolia).
  • Edemas (aumento de volumen de algunas partes del cuerpo que son consecuencia de la presencia de líquido o plasma intersticial que ocupa los espacios intercelulares o intersticiales).
  • Ascitis (Aumento de volumen del abdomen como consecuencia de la acumulación anormal de líquido dentro de la cavidad abdominal).

Ascitis. Fuente: Dr.C. Julio César Hernández Perera

  • Ascitis. Fuente: Dr.C. Julio César Hernández Perera
  • Decamiento.
  • Pérdida de apetito.
  • Dolor abdominal.
  • Hematemesis (vómitos con sangre en su contenido).
  • Melena (heces muy oscuras, de color negra, muchas veces se describen como en forma de «borra de café»).