Hoy comenzaremos ha reflexionar sobre algo a lo que he dedicado mis años de profesión: la normalización.
Despúes de mucho tiempo rodeada de normas, metodologías, políticas, etc, ya forman parte de mi quehacer de todos los días y las he llegado a amar, como amamos la calle por la que caminamos cada mañana, o las flores que adornan nuestro jardin.
Se que muchas personas las encuentran tediosas, y muchas veces las rechazan al punto de no utilizarlas, pero lo cierto es que son muy importantes y en muchas ocasiones nos ayudan a resolver de forma sencilla procederes relacionados con nuestra actividad.
Desde los inicios del siglo XX muchas organizaciones y grupo de estudiosos comenzaron a comprender la importancia de establecer normas que orientaran el desarrollo de determinados procesos, productos o servicios.
Momento importante para el desarrollo de esta actividad fue en 1926, cuando se funda la Federación Internacional de Asociaciones Nacionales de Normalización (ISA), con la finalidad de promover el comercio internacional a través de la estandarización de los procesos de producción y los productos. La ISA puede considerarse el precedente inmediato del actual Organismo Internacional de Normalización (ISO)
La actividad de normalización en las bibliotecas de ciencias de la salud tiene sus primeros exponentes en la creación de la Asociación de bibliotecas Especializadas en 1909. En 1948, también en Estados Unidos el Hospital Libraries Group de la Medical Library Association (MLA) formó un comité para elaborar los estándares de bibliotecas médicas en hospitales y bibliotecas de escuelas de enfermería.
A a partir de los años 60 es cuando se empiezan a establecer estándares de servicios mínimos de bibliotecas hospitalarias en el ámbito internacional, principalmente en Estados Unidos ( 1984), Canadá (1975) y Australia (1986)
Considere necesario hacer un poco de historia, pues siempre que abordamos un tema debemos conocer sus origenes , para poder entender su desarrollo actual.
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