Hoiander es un joven especial, tiene 23 años y comparte su sueño con todos: quiere ser actor. Conocí a Hoiander en el 2014, durante la premiación de la segunda edición del concurso de plástica Infantil: “Disfrutemos del sol con responsabilidad”, él estaba entre los 50 concursantes premiados. Se me acercó y me preguntó: «¿Conoces a alguien en el cine?», pensé un momento y le respondí: «No, no conozco a nadie en el cine», me miró desilusionado y comentó: «Es que quiero trabajar en una película» Me acerqué a su obra “La fiesta del Sol”, colgada en la pared, y le dije: «Tus soles son muy bonitos», conté el número de soles en voz alta y añadí: «¿Por qué pintaste cuatro?» , su respuesta fue rápida y directa: «Para salvar al sol», impresionada con sus palabras asentí: «Sí, todos debemos salvar al sol», su sonrisa se abrió con evidente satisfacción, «Eso es», me dijo, mientras corría a reunirse con sus nuevos amigos, concursantes otras provincias. La obra de Hoiander me hizo reflexionar… ¿Qué estamos haciendo con nuestro planeta?, ¿Hacemos lo suficiente para disminuir la contaminación ambiental y reparar el daño que provocamos a la naturaleza? Nuestro propio futuro, como especie, está comprometido. Es triste, pero no todo está perdido, mientras que existan jóvenes como Hoiander, que buscan soluciones a los problemas, hay esperanzas; si tuviéramos cuatro soles, las posibilidades de sobrevivencia de la especie humana se incrementarían en un 400%. El futuro también pudiera sonreírnos si todos plantamos un árbol, reciclamos materia prima, evitamos la emisión de sustancias contaminantes y tomamos otras iniciativas para salvar al mundo en que vivimos.
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