Factor de riesgo: condición que incrementa la posibilidad de adquirir una enfermedad.
Fibrosis: crecimiento de tejido cicatrizal que puede ser el resultado de una lesión, enfermedad, pancreatitis, infección o cálculos biliares.
Fibra: es un carbohidrato complejo que nuestro cuerpo no puede digerir pero que cumple importantes funciones a su paso por el tracto gastrointestinal: provee mayor sensación de saciedad en el estómago, absorbe el colesterol de la bilis para impedir su reabsorción al torrente sanguíneo, da consistencia a las heces para facilitar su salida, etc. Se encuentra en verduras, frutas, frijoles y cereales.
Fístula: conexión anormal entre dos órganos o entre un órgano y el exterior del cuerpo.
Fístula traqueoesofágica: causada por el desarrollo incorrecto de la tráquea y el esófago del bebé durante el embarazo. El esófago no se conecta con el estómago y la conexión entre el esófago y la tráquea también es anormal. Los alimentos no pueden llegar hasta el estómago y posiblemente pasen a la tráquea y luego a los pulmones, causando problemas respiratorios.
Fisura anal: desgarro pequeño en el ano que puede causar hemorragia, comezón o dolor.
Flora intestinal: bacterias y hongos normales que se encuentran en los intestinos y que ayudan en la digestión.
Fosfatasa alcalina: enzima producida por células hepáticas, óseas y células tumorales; los niveles altos de esta sustancia en sangre son una indicación de una función anormal del hígado u otro órgano.
Fundoplicación de Nissen: intervención quirúrgica que ayuda a tratar la enfermedad del reflujo gastroesofágico (su sigla en inglés es GERD). El fundus (parte superior del estómago) se coloca alrededor del esófago y se sutura. Esto ayuda a evitar que los alimentos vuelvan desde el estómago hacia el esófago mediante la creación de una banda muscular en la parte superior del estómago, que se va contrayendo a medida que se llena el estómago.
Funciones vitales: son las funciones que nos permiten vivir, como el latido cardiaco y la respiración.
