Estamos hundiéndonos en una edad de hierro planetaria. Los bárbaros enemigos de la humanidad, están hoy en plena actividad eruptiva cuando se oponen entre sí, su antagonismo contribuye a acrecentar un maniqueísmo ciego y henchido de odio. El capitalismo desenfrenado de hoy no es la única amenaza a la humanidad: hay fanatismos desenfrenados, dictaduras implacables; existe la posibilidad de que aparezcan nuevos totalitarismos y hasta de que comiencen guerras de exterminio.
Edgar Morin
Todo indica que estamos en un punto en el que cambiamos o perecemos, y es que nunca la humanidad ha enfrentado tantos riesgos como ahora. Nick Bostrom los defines como riesgos existenciales, en Los riesgos del futuro, menciono los siguientes:
1. Mal uso de las tecnologías.
2. Guerras nucleares.
3. Pandemias.
4. Aristocracia posthumana.
5. Mala programación de una superinteligencia.
6. Superintenligencia autónoma que asume los valores de poder.
7. Criogenización y superpoblación.
8. Control del estado, de instituciones, ONG, movimientos religiosos, etc. Que no permitan ciertas aplicaciones para el mejoramiento humano (transhumanidad).
9. Dificultades tecnológicas. Que la transhumanidad no se pueda llevar a la practica
10. Agotamiento de los recursos naturales antes de que puedan ser creados artificialmente.
Nos referimos a los riesgos que son provocados por la acción humana y son riegos que se acrecientan según nos acercamos al futuro: el planeta se sigue deteriorando, las tecnologías cada vez son más inteligentes y autónomas, las pandemias se incrementan, la paz cada vez se ve más amenazada, las tecnologías son más potentes y fáciles de adquirir. Y las amenazas no terminan aquí, siguen surgiendo nuevas y nuevas amenazas. Como dice Godet, los problemas siguen siendo los mismos, solo que en otro contexto. En el fondo la base es la misma: la competencia y la lucha por el poder.
Estamos en un momento en que el progreso tecnológico parece representar un peligro para la humanidad, cuando en realidad no es un enfrentamiento entre progreso tecnológico y progreso humano sino entre el progreso tal como lo hemos concebido hasta ahora y nos conduce a un futuro posthumano, y el progreso alternativo (colaboración, relaciones profundas, empatía, fuerza interior, perfección espiritual, amor a la naturaleza, etc.) el cual ha sido subordinado al anterior, este progreso alternativo sería el que nos permitiría alcanzar un progreso humano trascendente y es la vía para un futuro sostenible. Y es que históricamente se ha vista separado el progreso humano del progreso tecnológico, al igual que ha visto separado el desarrollo social (crecimiento económico) de la evolución natural (ecosistema). Hoy comenzamos a entender la relación que existe entre ambos y la simbiosis que se está produciendo entre humanos y tecnologías. El ser humano de forma inconsciente apostó por un futuro posthumano (al igual que apostó por el crecimiento económico a expensa del deterioro del planeta) y es necesario que se tome consciencia sobre los pro y los contra así como de las alternativas que tiene.
El progreso tecnológico está muy bien definido en los trabajos de Kurzweil sobre la singularidad tecnológica (Inteligencia aritificial, el futuro del hombre) en cambio a pesar de las corrientes filosóficas, que han existido durante siglos y de las investigaciones en psicología y sociología; el concepto de progreso humano se encuentra desactualizado y desfasado con respecto a los acontecimientos del mundo actual y su creciente complejidad, y demás está decir que el futuro a penas se toca y siempre se le ha dejado a la ciencia ficción, y esto se debe a que se pensaba que el mundo siempre sería igual, hoy sabemos que el planeta se está deteriorando y cada vez son más las especies que desaparecen y de seguir así, la extinción de la especie humana es cuestión de tiempo, tampoco se conocía el poder que alcanzarían las tecnologías y que hoy se ven como la sucesora de la raza humana. En este nuevo contexto hay que repensar, urgentemente, el concepto de progreso humano, se necesita de un nuevo enfoque que nos diga hacia qué futuro vamos, que no necesariamente es el de una posthumanidad, sino que, más bien, vamos a ciegas al futuro y nos acercamos a una crisis tecnológica (Crisis en el siglo XXI).
Hoy, aunque muchos no lo quieran aceptar, estamos bajo el predominio de la ideología tecnológica, incluso el economicismo imperante cada vez se subordina más a las tecnologías, incluso, y de seguir como vamos, el escenario más probable será el de un tecno-liberalismo.
La solución no está en negar el progreso tecnológico, incluso en aplicar la prudencia ante una investigación determinada, pienso que el problema está en saber manejarnos con las tecnologías, como dijo Potter, en saber manejarnos con los nuevos conocimientos, y es tiempo de aceptar nuestra dimensión tecnológica, en realidad somos seres tecno-bio-psico-sociales. El problema está en que entendemos por progreso humano y como pueden las tecnologías emergentes (como superinteligencias) integrarse de forma colaborativa (y no como un competidor más) en los objetivos del progreso humano y no al revés, como asumen los transhumanistas.
Hay que estar consciente que nuestra importancia real está en la formación de las nuevas generaciones basado en un verdadero humanismo y contrariamente a cómo piensan muchos, nosotros no somos los que tenemos la solución final a los problemas del mundo, el status actual basado en el poder y la filosofía del tener, no podemos cambiarlo de un día para otro, es una arrogancia querer imponer soluciones e ideologías sin tener en cuenta las necesidades futuras. Es necesario saber que nos toca a nosotros y hasta donde podemos llegar, porque en verdad nuestra función más importante es preparar a las próximas generaciones para que sepan tomar las decisiones correctas, que nos conduzca a generaciones cada vez mejores (evolución espiritual) y a un mundo, cada vez mejor.
Por lo que es necesario dotar a las nuevas generaciones no solo de herramientas sino también de alternativas (escenarios alternos) para que puedan decidir un futuro mejor. En nuestros días se hace cada vez más difícil la toma de decisiones, sobre todo elegir aquellas que son correctas, esta es una época de crisis, donde los valores espirituales, son sólo un adorno más, que se usa según convenga. Una época en la que el hombre parece haber perdido toda esperanza de ser y solo aspira a tener, a coleccionar cada vez más objetos.
Nos acercamos a un punto en que la tecnología dejará de ser una estructura (tecno-socio-económica) para pasar a ser una superestructura, capaz de participar en las decisiones del planeta y formar parte de una nueva consciencia colectiva, llámese social, cósmica, planetaria, etc. En mi opinión, este es uno de los problemas más importantes que enfrentaremos en el transcurso de este siglo: ¿Cómo relacionarnos con las tecnologías según estas se vayan haciendo cada vez más independientes, mientras, paradójicamente, el hombre se hará más dependiente?
La tecnología nos obligará a repensar nuestra condición humana, obligándonos a conocer nuestras posibilidades de crecer como seres creadores desde una nueva visión del mundo donde dejamos de ser los amos de la naturaleza para convertirnos en los protectores de la naturaleza en alianza con la tecnología. Hay que buscar alternativas viables para un desarrollo tecnológico que se integre al progreso social y espiritual del ser humano desde un enfoque cooperativo que nos permite alcanzar un futuro verdaderamente sostenible.
Los desafíos
Desafío 1: Llevar a cabo una valoración del camino que estamos transitando y hacia qué futuro nos dirigimos de seguir así y que consecuencia tendría de no hacer nada. Saber hacia dónde vamos y si eso es lo que queremos (hoy nos encaminamos hacia un futuro posthumano)
Desafío 2: Formación de las nuevas generaciones en los valores humanos para que sepan tomar las decisiones correctas en la era de las tecnologías y formen a su vez generaciones mejores.
Desafío 3: Empezar por cambiar nuestra propia mentalidad y alcanzar la manifestación plena del ser por medio del desarrollo de la fuerza interior.
Desafío 4: Cambiar la actual estructura social competitiva y desarrollar una estructura social colaborativa basada en relaciones profundas que busca el bien de todos.
Desafío 5: Aprender a manejarse con los nuevos conocimientos dado el acelerado crecimiento de las tecnologías emergentes (superinteligencias) y lograr una relación entre humanos y tecnologías que permita ampliar la inteligencia y la sabiduría humana.
Desafío 6: Actitud proactiva para lograr una sinergia entre humanos y tecnologías que favorezca una evolución trascendente donde los humanos no pierdan su propia condición humana (ectosimbiosis mutual). Definir un futuro sostenible donde la vida siga progresando (evolucionando) en la era de las tecnologías.
Desafío 7: Construir una supererestructura tecnológica sostenible y colaborativa. Necesidad de un enfoque transdisciplinar que abarque al ser humano en toda su dimensión tecno-bio-psico-social que nos proporcione una visión del futuro acorde con los verdaderos ideales humanos (los ideales con lo que han soñado los grandes humanistas).
En realidad estamos ante un único desafío: enfrentar los desafíos.
Imagen: Ciencia al día
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