abril 2007 Archives

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La biblioteca para pacientes surge por la necesidad de atender de forma especial a aquellas personas que sufren una enfermedad que los obliga a permanecer durante largos periodos de tiempo internados en un hospital.

La idea de las bibliotecas de hospital para pacientes y el valor terapéutico de los libros y de la lectura, fue tratado por primera vez en los Estados Unidos, entre los bibliotecarios, durante la I Guerra Mundial. En Finlandia esta idea se retomo durante la II Guerra mundial por la biblioteca de Helsinki.

La biblioteca para pacientes tiene como propósito alcanzar la recuperación y el bienestar del individuo dándole la oportunidad de leer literatura de su interés y en un momento determinado incluirle información médica adecuada al nivel del paciente sobre la enfermedad que padece.

El comité de IFLA, Library Serving Disadvantaged Persons, publico en el año 2002 unas Directrices sobre bibliotecas para pacientes de hospital, basadas en la edición de 1984. Este documento sirve como base para crear una biblioteca para pacientes de hospital, sea de la propia institución o con ayuda de otras entidades externas como podría ser la biblioteca pública. La parte central del documento son Recomendaciones Generales de niveles ideales de servicio, que pueden usarse selectivamente en función de las necesidades y recursos de cada institución.

En nuestro sistema existen algunas experiencias aisladas de la implementación de este servicio, destacándose el trabajo realizado en la sala de niños en el Instituto de Oncología. El Proyecto “ Libros para la Vida”, realizado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Comunicaciones, con el objetivo de incentivar el amor por los libros y la lectura en niños que padecen enfermedades oncológicas y pasan gran parte del tiempo en un régimen interno recibiendo tratamiento ,constituye un ejemplo de los que pueden hacer los bibliotecarios para ayudar a los pacientes

Consideramos que esta es una práctica con un alto valor humano que debe ser sistematizada en nuestras bibliotecas.  Lograr que los pacientes sientan que leer siempre será una fuente de conocimiento y placer, que nos engrandece hasta en las situaciones más difíciles, es responsabilidad de nosotros como gestores del conocimiento y constructores de una Sociedad más perfecta

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Durante mucho tiempo los profesionales de la información fueron vistos como entes pasivos atados a la recepción de la biblioteca y alejados del análisis e interpretación de la información. Sin embargo el desarrollo de la Gestión del Conocimiento (GI) ha situado en un lugar importante a bibliotecarios y documentalistas, los cuáles deben asumir nuevos y atractivos roles en los Centros de gestión del Conocimiento.

La Gestión del Conocimiento requiere de una combinación de habilidades técnicas, personales y organizativas de aquellos que se van a involucrar en el proceso. Todo el que vaya a participar debe ser capaz de entender la organización, comunicarse eficazmente y manejar la información y las tecnologías de la información y la comunicación.

Crear una cultura de trabajo en equipo que estimule la confianza y el intercambio entre los profesionales, desarrollar una organización segura y consecuente , muchas veces resultan condiciones necesarias para garantizar el éxito.

La Gestión del Conocimiento se puede definir como la gestión explicita y sistemática del conocimiento vital y de sus procesos asociados a la creación, recolección, organización, difusión, uso y explotación. Este concepto implica una nueva visión de la información, que requiere centrarse estratégicamente en el conocimiento valioso y concentrarse en el conocimiento que contribuirá al mejoramiento del desempeño organizativo.

En este nuevo entorno el bibliotecario deberá desarrollar habilidades no sólo para diseminar rápidamente la información en las organizaciones, sino que debe desarrollar a la vez bases del conocimiento con información contextualizada.

Recuerdo haber leído en algún momento una definición donde se decía que la bibliotecología es la organización del conocimiento registrado, es entonces el momento de que bibliotecarios y documentalistas se conviertan en líderes de la Gestión del Conocimiento, impulsando el desarrollo de la Sociedad de la Información en el siglo XXI.