Tomás Girbés, de la Universidad de Valladolid, ha desarrollado un modelo de intestino de ratón que permite estudiar las propiedades de los alimentos funcionales, puesto que reproduce un intestino dañado y posibilita analizar de forma secuencial el intestino delgado, el grueso y las vellosidades intestinales.
Los investigadores trabajan desde hace 20 años con una proteína con actividad enzimática, la nigrina b, con gran potencial de aplicación en el tratamiento del cáncer, la obesidad o el estudio del envejecimiento, han observado que la posibilidad de aplicación se encuentra en el análisis de alimentos funcionales.
“Tanto el estómago, como el intestino delgado tienen vellosidades y hendiduras denominadas criptas. Las células madre están en la base de la cripta y producen continuamente células que se diferencian y migran, o bien hacia abajo, o bien hacia arriba para reconstruir todo el intestino. La vida media de estas células es de 24 a 36 horas de manera que el tubo digestivo de una persona se renueva aproximadamente en una semana”, explica Girbés.
La nigrina b es capaz de destruir selectivamente células madre intestinales sin afectar al resto del cuerpo. Transcurridas 24 horas, la proteína produce una degradación de las criptas del intestino delgado, sin perturbar las vellosidades y a los tres días origina daño también en el intestino grueso.
La principal virtud del sistema es la capacidad de regeneración, lo que diferencia a este modelo de otros con efectos similares, que emplean sustancias químicas más agresivas. “Estos compuestos producen colitis ulcerosa y provocan efectos irreversibles. Además hay que añadírselos in situ al animal”, apunta Girbés.
El objetivo es comprobar los beneficios que aportan los alimentos prebióticos o probióticos, que deberían acelerar la recuperación del tubo digestivo. Como ejemplo Girbés expone que “las fibras provocan el aumento en la consistencia de las heces y un efecto de arrastre. Si el intestino está dañado, una de dos, o te aumenta el prejuicio o alternativamente previene la apoptosis y mantiene las vellosidades intactas”.
Fuente: Diariomedico.com
