Un trabajo multicéntrico internacional en fase II sobre pacientes coinfectados avala la seguridad de las nuevas terapias frente al VHC.
La infección por el virus del sida (VIH) no es un obstáculo para recibir los nuevos fármacos contra el virus de la hepatitis C (VHC), según muestra un estudio en fase II, que se presenta en la XVIII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), que se celebra esta semana en Boston.
En el trabajo, un multicéntrico internacional, ha participado el grupo de Vicente Soriano, del Servicio de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Carlos III, de Madrid. Mark Sulkowski, de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore), es el primer autor.
La inminente llegada de los nuevos fármacos frente al VHC ha planteado unos temores sobre el impacto en pacientes infectados por el VIH; la coinfección es bastante frecuente en estos enfermos en nuestro medio, por lo que resulta de vital interés clínico conocer las posibles interacciones farmacológicas entre los nuevos tratamientos contra el VHC y los antirretrovirales, así como la existencia de toxicidades y de resistencias.
Con este objetivo, el estudio ha incluido a 59 pacientes coinfectados; las dos terceras partes recibían tratamiento antirretroviral. Los enfermos se dividieron en dos grupos: a uno se le administró el inhibidor de la proteasa del virus C telaprevir, en combinación con ribavirina e interferón pegilado; el otro grupo recibió ribavirina e interferón pegilado más placebo.
Soriano explica que en principio no se confirma ninguno de los temores (resistencias, interacciones, toxicidad), y en cambio, sí se observa que en la cuarta semana de tratamiento un 70 por ciento del grupo que recibió telaprevir registra una viremia indetectable, mientras que en el otro grupo ningún paciente registró ese nivel.
“En realidad, el efecto es muy parecido al alcanzado con los monoinfectados, lo que nos indica que el VIH no contraindica las nuevas terapias contra el VHC”.El estudio ha observado las interacciones con efavirenz y atazanavir, aunque se conoce, por otros trabajos, que tampoco se producen interacciones con raltegravir. Otro dato a tener en cuenta es que hay que aumentar las dosis de telaprevir en los pacientes tratados con efavirenz, y que se potencia la anemia asociada a la ribavirina, aunque ninguno de los pacientes tuvo que suspender el tratamiento por ese motivo.
Fuente: Diario Médico
