La carga genética tiene más peso que los factores ambientales en el desarrollo de la hepatitis C

Un estudio multicéntrico en el que han participado 14 centros hospitalarios del país revela que la carga genética es un factor predictivo y de riesgo que ostenta más peso a la hora de desarrollar hepatitis C que los condicionantes ambientales, como pueden ser el alcoholismo, el sedentarismo y la obesidad.
Manuel Romero, director de la Unidad Médico-Quirúrgica de Enfermedades Digestivas del Hospital Universitario de Valme (Sevilla), ha explicado que para llegar a esta conclusión se han analizado hasta 250.000 marcadores genéticos en cerca de 2.000 pacientes provenientes de estos 14 hospitales,y ha señalado que los factores ambientales tienen el peso suficiente como para poder desarrollar por sí mismos la enfermedad si no se controla.
En una primera fase de este trabajo se cotejaron los datos de 150 pacientes con hepatitis C y los datos de personas no infectadas que formaban parte del grupo control. Posteriormente, en una segunda fase se contó con la colaboración de 1.500 pacientes. El grupo de control, formado por personas no infectadas, estaba compuesto por 800 individuos.
La investigación consistió en conocer la información genética del paciente y del virus de la hepatitis C, con el fin de prever las posibilidades de infección de cada enfermo, hacer una selección de virus a través de sus genotipos, intervenir en la evolución de la enfermedad y posibilidad de curación, además de anticipar los efectos adversos del tratamiento.
Genes involucrados
Romero ha detallado que los genes relacionados son “el PNPLA3, también denominado adiponutrina, y que es el encargado de regular la grasa; el PTN3A2 o butirofilina, que se encarga de regular la infección; el RAF4, que también regula la infección; y el gen KLF12, que regula el desarrollo de la anemia”. “Cada uno de esos genes, junto a la interlucina 28B anteriormente descubierta, cuando sufren mutaciones provoca a la persona que prolifere el desarrollo de la hepatitis C”, explica el especialista.
“Como consecuencia de ello, podemos diseñar dianas terapéuticas que nos ayuden a luchar contra la enfermedad, cambiando el curso de su evolución o evitando, incluso, que se infecte el paciente”, afirma Romero.
Este proyecto ha contado con la financiación de la Consejería andaluza de Salud y Bienestar Social, del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) y del CIBEREHD (Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Hepáticas y Digestivas) del hospital sevillano.
Fuente: Diario Médico, 19/3/2013

Acerca de Dra. Mirtha

Doctora en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Gastroenterología. Profesora Auxiliar.
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