Estudios in vitro han investigado el aislamiento de algunas bacterias de la leche humana para emplearlas como tratamiento en infecciones como la mastitis o para evitar la infectividad del VIH. Han descubierto que a partir del tercer trimestre de gestación, la microbiota intestinal de la madre coloniza las glándulas mamarias, proporcionando una gran riqueza bacteriana a la leche materna.
Juan Miguel Rodríguez, de la Universidad complutense de Madrid y experto en lactancia, ha participado en el XVI Congreso Nacional de Matronas celebrado en Zaragoza, y afirma que estas bacterias ejercen un papel relevante en la protección del bebé y su madre, “puede contribuir a reducir la incidencia y severidad de una amplia gama de infecciones, participar en la correcta maduración del sistema inmunitario infantil e incluso las caries dentales y las enfermedades periodontales”, ha dicho.
Los investigadores estudian el aislamiento de algunas de las bacterias de la leche materna para emplearlas como probióticos,para tratar la mastitis o para inhibir la transferencia del VIH.
Actualmente se sostiene la evidencia científica de que las glándulas mamarias de la madre actúan como fuente de bacterias beneficiosas para el neonato. “Ninguna de las vías clásicas puede explicar la diversidad bacteriana que existe en la leche humana”, ha dicho Rodríguez.
Algunas bacterias del intestino materno podrían colonizar las glándulas mamarias durante la última etapa del embarazo y la lactancia a través de la ruta entero-mamaria, de ahí la riqueza bacteriana de la leche.
Fuente: Diario Médico.