Para algunos, una colonoscopia virtual podría ser igual de buena.

Expertos señalan que una prueba menos invasiva podría fomentar que más personas se evalúen.

La colonografía por TC, una opción menos invasiva a la colonoscopia, es una manera eficaz de detectar cáncer de colon en las personas que tienen un riesgo elevado de la enfermedad debidos a antecedentes familiares o cualquier antecedente personal de pólipos de colon, según encuentra una investigación reciente.
Sin embargo, el estudio que aparece en la edición del 17 de junio de la revista Journal of the American Medical Association, informa que la colonografía por TC (conocida como “colonoscopia virtual”) es menos eficaz para identificar correctamente los cánceres de colon entre personas que han recibido una prueba positiva de sangre oculta en heces (SOH)n. Una prueba SOH positiva es un fuerte indicador de que podría haber cáncer.
“La gente debe tener en cuenta que el cáncer colorrectal es una enfermedad prevenible”, apuntó una de las autoras del estudio, la Dra. Cristiana Laudi, investigadora clínica principal de los departamentos de gastroenterología y radiología del Instituto de Investigación y Tratamiento del Cáncer en Candiolo, Turín, Italia. “Nuestros datos sugieren que la colonografía por TC pudiera proveer un examen de exploración válido en sujetos que tienen un mayor riesgo de cáncer colorrectal”.
Laudi afirmó que los hallazgos tienen particular importancia porque las evaluaciones de colonoscopia tienden a tener unos índices de cumplimiento bajos y una prueba menos invasiva podría mejorar el cumplimiento de la prueba.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer ya recomienda la colonografía por TC como opción para las personas que tienen un riesgo promedio de cáncer colorrectal, según el Dr. Durado Brooks, director de cáncer colorrectal de la sociedad. Afirmó que el estudio provee cierta evidencia de que la colonografía por TC podría también ser útil en poblaciones de alto riesgo.
“La sensibilidad para el cáncer fue extremadamente alta”, aseguró Brooks. Pero la prueba obvió algunos pólipos, añadió. Y advirtió que los hallazgos deben ser confirmados por otros antes de que se pueda hacer cualquier recomendación definitiva.
El estudio incluyó a 937 personas que se consideraban en alto riesgo de cáncer colorrectal debido a antecedentes familiares de la enfermedad (373 personas), antecedentes personales de pólipos de colon (343 personas) o un resultado positivo en la SOH (221 personas). Los participantes fueron reclutados de once centros médicos en Italia, y uno en Bélgica. Tenían una edad promedio de 60 años.
Cada participante se sometió a una colonografía por TC seguida de una colonoscopia el mismo día. La preparación para la colonografía por TC es por lo general la misma utilizada para una colonoscopia, aunque Laudi apuntó que a veces se usa un laxante menos potente. Pero el colon necesita ser vaciado y limpiado antes de la prueba con TC. La colonoscopia puede usarse para explorar, diagnosticar y tratar los cánceres colorrectales, pero sigue siendo considerablemente más invasiva, conlleva un mayor riesgo de complicaciones y con frecuencia requiere sedación.
En general, la prueba virtual encontró el 85 por ciento de los cánceres colorrectales detectados por la colonoscopia. Los índices de falsos positivos fueron de cuatro por ciento para los cánceres avanzados, y de quince por ciento para las personas con una prueba de SOH positiva.
“La colonoscopia virtual es una prueba de exploración válida para el cáncer de colon, compensando con una mejor aceptación y ser menos invasiva en comparación con la colonoscopia, con la posibilidad de obviar pólipos pequeños que, sin embargo, tal vez no sean tan relevantes en términos de desarrollarse en cáncer”, apuntó Laudi.
Debido a que una prueba SOH positiva indica altas probabilidades de cáncer y una necesidad de tratamiento, Brooks señaló que no recomendaría una colonografía por TC a las personas con una prueba positiva a menos que haya alguna circunstancia individual extraordinaria que excluyese el uso de una colonoscopia.
“Queda la pregunta de si los profesionales clínicos están dispuestos a aceptar un estudio con una menor sensibilidad por el potencial de una mayor adherencia a las directrices recomendadas de exploración y vigilancia”, escribió la Dra. Emily Finlayson de la Universidad de Michigan, en un editorial acompañante que aparece en la misma edición de la revista. “Debido a que la mayoría de las personas de los EE. UU. que cumplen los criterios para la exploración y vigilancia del cáncer colorrectal no se someten a los procedimientos recomendados, una prueba imperfecta que conlleva un perfil de riesgo más bajo y una mayor aceptación entre los pacientes parece ser una solución atractiva”.
Sin embargo, las personas que cuentan con Medicare o Medicaid actualmente no tienen la opción de la colonografía por TC a menos que estén dispuestos a pagarse la prueba ellos mismos. En mayo, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de los EE. UU. afirmaron que no había evidencia suficiente para respaldar el uso de la prueba.

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Los riesgos de la colonoscopia aumentan con la edad y las enfermedades.

Investigadores señalan que otros métodos de evaluación para el cáncer de colon podrían ser más seguros para los pacientes mayores.

Las colonoscopias exploratorias para el cáncer de colon tal vez sean demasiado arriesgadas para los pacientes mayores, según encuentra un estudio reciente.
De todos los métodos de evaluación para el cáncer, se considera a la colonoscopia como el estándar por excelencia porque no sólo encuentra, sino que también extirpa, las lesiones cancerosas y precancerosas. Sin embargo, riesgos como sangrado, perforación del colon y problemas cardiacos, aunque son reducidos, podrían ser mayores que los beneficios para algunos pacientes mayores.
“En general, los riesgos de una colonoscopia son bastante bajos”, apuntó la autora principal Joan L. Warren, del Programa de Investigación Aplicada del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. “Sin embargo, en algunos grupos de personas el riesgo se eleva significativamente”.
Se trata de personas mayores y los que tienen antecedentes de accidente cerebrovascular, diabetes, insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular, advirtió Warren. “Para las personas a partir de los 85, el riesgo es superior al doble que para las personas que tienen entre 66 y 69. Para las personas mayores de 80, el riesgo es alrededor de 50 por ciento mayor”, aseguró.
Los adultos mayores que tienen esos factores de riesgo deben evaluar el riesgo de una colonoscopia de exploración contra su esperanza de vida, aconsejó Warren.
La exploración para el cáncer de colon es importante para identificar la enfermedad en sus etapas más tempranas y tratables. Para las personas que tienen factores de riesgo en una colonoscopia, Warren sugiere pruebas menos invasivas como una prueba de sangre oculta en las heces.
“Alguien de más edad que no tenga tan buena salud podría beneficiarse de una prueba de sangre oculta en las heces. Si el resultado es positivo, entonces quizá necesite una colonoscopia”, apuntó.
El informe aparece en la edición del 16 de junio de la revista Annals of Internal Medicine.
Para el estudio, el equipo de Warren recolectó datos sobre 53,200 beneficiarios de Medicare que se hicieron colonoscopias entre julio de 2001 y octubre de 2005. Los investigadores compararon a estos pacientes y los emparejaron con un grupo de beneficiarios de Medicare que no se hicieron colonoscopias.
Los investigadores buscaron reclamaciones sobre Medicare por sangrado, perforación del colon y problemas cardiacos por el procedimiento.
El grupo de Warren encontró que los que se sometieron a colonoscopia tenían un mayor riesgo de eventos adversos que los que no. Los índices de tales problemas aumentaron con la edad, anotaron los investigadores.
Además, los pacientes a quienes se había extirpado un pólipo durante el procedimiento tenían un mayor riesgo de eventos adversos que los que no se hicieron una polipectomía.

Los pacientes que tenían antecedentes de accidente cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, fibrilación auricular o insuficiencia cardiaca (o afecciones crónicas múltiples) tenían un mayor riesgo de sangrado y perforación del colon, según encontraron los investigadores.
El Dr. Thomas Imperiale, profesor de medicina del Centro médico de la Universidad de Indiana en Indianápolis, dijo que estos hallazgos ayudarán a los profesionales clínicos a personalizar más los riesgos de una colonoscopia para sus pacientes.
“Además de describir un riesgo promedio general a los pacientes, podemos ser más precisos al explicar el riesgo de perforación, según la edad del paciente, sus afecciones médicas, la indicación para la colonoscopia y si se extirpa un pólipo”, apuntó.
“Los proveedores deben tener cuidado al evaluar los beneficios y riesgos de una colonoscopia para cada paciente y para cualquier indicación, pero sobre todo para la exploración, cuando hay discutiblemente menos potencial de un beneficio que para una colonoscopia diagnóstica o terapéutica”, apuntó Imperiale.
Otro experto apunta que el estudio demuestra que la colonoscopia, entre los muy mayores, es por lo general segura y no debe descartarse sólo por la edad.
“Hay que tener cuidado al interpretar estos datos sin colocarlos en el contexto de los beneficios potenciales para el paciente”, enfatizó el Dr. George Chang, profesor asistente de oncología quirúrgica del Centro Oncológico M.D. Anderson de la Universidad de Texas.
La salud general y esperanza de vida del paciente debe realmente determinar si una colonoscopia es apropiada entre los mayores, aconsejó Chang. “No debe usarse solamente la edad para determinar la adecuación de una exploración de cáncer colorrectal”, apuntó.
El Dr. Durado Brooks, director de los programas de prevención del cáncer de próstata y colorrectal de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, opina que el estudio plantea preguntas sobre la decisión reciente de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de EE. UU. de no pagar por las llamadas colonoscopias virtuales.
“Dada la posibilidad [de que una colonoscopia] cause daños a los pacientes, parece mala idea denegar el acceso a otro método potencial de evaluación que permitiría a los médicos tener un panorama completo del colon del paciente”, señaló Brooks.

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Mejora de la supervivencia del cáncer renal y de hígado con inhibidores de la angiogénesis tumoral

El diagnóstico precoz de la enfermedad continúa resultando fundamental para posibilitar la curación de los pacientes.

De manera tradicional, las opciones de tratamiento en las fases avanzadas de cáncer de células renales (RCC) y de cáncer de células hepáticas (HCC) –dos de los procesos oncológicos más comunes y letales en el seno de la UE, sumando entre ambos en torno a los 40.000 muertes anuales–, han sido ciertamente limitadas. Una situación que, sin embargo, ha cambiado significativamente en los últimos años con la llegada de las nuevas terapias dirigidas a la inhibición de la angiogénesis tumoral. Es el caso de la administración de sorafenib (Nexavar®, Bayer Schering Pharma), primer y único agente que ha demostrado un beneficio significativo en la supervivencia en ambos tipos de cáncer, todo ello además con un muy buen perfil de tolerabilidad.

En este contexto, y bajo el título “¿Cuál es el sentido de la vida? Las terapias dirigidas mejoran los resultados de los pacientes en el tratamiento del cáncer”, se ha celebrado recientemente en Berlín (Alemania) una conferencia con expertos en cáncer de células renales y de células hepáticas para analizar y discutir acerca de las estrategias diseñadas para mejorar los resultados en ambos grupos de pacientes.

Cáncer hepático
En palabras del Dr. Massimo Colombo, del IRCCS-Ospedale Maggiore Policlinico Mangiagalli y Regina Elena de la Universidad de Milán (Italia), “la incidencia del HCC en Europa es cada vez mayor, impulsada en parte por la epidemia del virus de la hepatitis B (VHB) en los últimos decenios. Además, los niveles crecientes de obesidad y diabetes también incrementan el riesgo de este tipo de cáncer, por lo que se espera que su incidencia siga aumentando en el futuro”.

Un gran número de casos son diagnosticados cuando el HCC se encuentra en fases avanzadas, un factor muy a tener en cuenta dado que las opciones de tratamiento, estrechamente ligadas al estadio de la enfermedad, son fundamentales para mejorar la supervivencia de estos pacientes. Así, como recordó el Dr. Colombo, “está demostrado que la vigilancia regular de los pacientes en situación de cirrosis hepática debida bien a la infección por el VHB o el virus de la hepatitis C (VHC), bien por el abuso del alcohol, resulta determinante. Los esfuerzos continuados para mejorar esta vigilancia y la concienciación de la sociedad son importantes para permitir el diagnóstico precoz del HCC, teniendo en cuenta que existe tratamiento para prolongar la supervivencia de los pacientes”.

Factores de riesgo
Los tumores primarios hepáticos se asientan fundamentalmente sobre la cirrosis hepática, una condición cuyos factores de riesgo son compartidos por una parte importante de la población. Por ello, y dado el desconocimiento de la ciudadanía sobre la presentación de los referidos factores, únicamente los programas de screening posibilitan que los tumores puedan ser detectados en los estadios en los que son ampliamente curables.

En opinión del Dr. Bruno Sangro, de la Unidad de Hepatología de la Clínica Universitaria de Navarra, “la conclusión es que hay que hacer algo para que los pacientes que están en riesgo de contraer HCC conozcan ese riesgo y sean sometidos a monitorización. Y es que seguimos diagnosticando la enfermedad en etapas en las que no hay nada eficaz en términos de cura. Todo ello a pesar de que sorafenib ha demostrado de manera concluyente y sin ninguna duda que es capaz de mejorar la supervivencia en una proporción muy importante, de hasta el 40%. Un dato que resulta muy importante dado que podemos ofertar a los pacientes un aumento de la esperanza de vida, que es en definitiva lo que quieren”.

Cáncer renal
Por lo que hace referencia al RCC, el número de productos es superior, así como la experiencia, lo que supone un cambio significativo frente a las alternativas anteriores, mucho menos eficaces y notablemente más tóxicas. A este respecto, recuerda el Dr. Sangro, “ahora tenemos sorafenib, el fármaco sobre el que hay que construir los tratamientos que consigan curar a más personas. Vamos a diseñar combinaciones de fármacos en base a lo que ya tenemos que sean aún más eficaces. Y aunque sabemos que tienen una actividad en fases avanzadas, si los aplicamos en estadios más precoces, al igual que ocurre en el cáncer de mama, probablemente logren curar a un mayor porcentaje de pacientes”.

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La acupuntura podría aliviar la acidez gástrica durante el embarazo.

Aún así, una experto señala que no es mejor que el tratamiento estándar.

Un estudio brasileño reciente señala que la acupuntura alivia la indigestión y la acidez gástrica que aqueja a muchas mujeres a lo largo del embarazo.
La indigestión es común durante el embarazo y hasta el 80 por ciento de las futuras madres que sufren de acidez gástrica, dolor o malestar estomacal, reflujo, eructos y distensión abdominal. Los síntomas tienden a empeorar con el tiempo y las mujeres que evitan tomar medicamentos por temor a que el feto en desarrollo resulte perjudicado recibirían con beneplácito un tratamiento alternativo.
“Aunque pequeño, este estudio sugiere que la acupuntura puede aliviar los síntomas de la indigestión que son bastante comunes durante el embarazo y podría provocar la pérdida de la calidad de vida en los últimos días, alterando no solo la alimentación sino el sueño”, señaló el Dr. Joao Bosco Guerreiro da Silva, del departamento de medicina interna del Colegio médico de Rio Preto.
Para el estudio, los investigadores asignaron de manera aleatoria a 42 mujeres embarazadas con indigestión a asesoría dietética más antiácidos o a asesoría dietética con antiácidos junto con acupuntura dos veces a la semana. Los investigadores evaluaron los síntomas de las mujeres al comienzo del estudio y cada dos semanas después de eso durante ocho semanas.
La acidez gástrica, el síntoma principal, se redujo a la mitad en el 75 por ciento de las mujeres tratadas con acupuntura. Las mujeres que recibieron acupuntura también durmieron y comieron mejor, dijo.
El estudio aparece en la edición de junio de Acupuncture in Medicine.
Los investigadores hallaron que las veinte mujeres que se sometieron a acupuntura y terminaron el estudio informaron sobre síntomas más leves y tomaron menos medicamentos que las 16 que recibieron terapia convencional.
Menos de la mitad de las mujeres que recibieron tratamiento tradicional aseguraron que la acidez se hubiera reducido a la mitad.
Entre las catorce mujeres que tomaron antiácidos, siete de cada grupo, las que recibieron acupuntura tomaron 6.3 dosis menos, mientras que las que recibieron tratamiento tradicional aumentaron la cantidad de medicamento que tomaron a 4.4 dosis, según hallaron los investigadores.
Además, quince mujeres del grupo de acupuntura aseguraron que sus hábitos alimenticios mejoraron en cincuenta por ciento, en comparación con menos de una de cada tres en el otro grupo. Catorce mujeres que recibieron acupuntura señalaron que el sueño había mejorado en cincuenta por ciento, en comparación con apenas una de cada cuatro de las tratadas convencionalmente.
“La dispepsia es un problema muy común durante el embarazo”, señaló Guerreiro da Silva. “Los medicamentos siempre son motivo de preocupación. La acupuntura puede ser eficaz. Es segura y simple de aplicar. Además, todas las embarazadas pueden ser tratadas con ella”.
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo.
El Dr. Richard Frieder, ginecoobstetra del Centro Médico de la UCLA en Santa Mónica e instructor clínico de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, señaló que no cree que la acupuntura funcione mejor que un tratamiento convencional.
“Esta es una idea interesante, pero no alcanza a probar ningún beneficio, pues el grupo de control no se sometió a ningún tipo de tratamiento con un placebo, por ejemplo acupuntura simulada, para que los grupos de la prueba y de control fueran comparable”, aseguró Frieder.
La indigestión y la acidez gástrica son comunes en el embarazo y generalmente se trata exitosamente con dieta, posiciones para dormir y medicamentos que no tengan efectos perjudiciales conocidos, anotó Frieder.
“La acupuntura podría ser una alternativa bonita para las mujeres que prefieran esta opción, pero es dudoso que sea más efectiva que el tratamiento estándar si el estudio se hubiera hecho comparando manzanas con manzanas”, señaló.
Otro experto considera que la acupuntura sí alivia la indigestión, pero que no la practicaría en una mujer embarazadas por temor a una demanda.
“El estudio está bien hecho y se espera que habría resultados positivos”, señaló el Dr. Marshall H. Sager, ex presidente de la American Society of Medical Acupuncture y acupunturista de Bala Cynwyd, Pensilvania.
Sin embargo, le preocupa que lo demanden si algo sale mal con el embarazo. “Yo no tocaría a una mujer embarazada con agujas de acupuntura por todo el asunto de la negligencia médica. No es que no funcione, pero tengo ese problema con los aspectos médicos legales de eso”, puntualizó.

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Las tasas de cáncer colorrectal aumentan en personas menores de 50 años.

Un estudio halla que este incremento es particularmente marcado entre los veinteañeros.

A pesar del descenso sostenido en las tasas de cáncer colorrectal de Estados Unidos en las últimas dos décadas, una nueva investigación indica que la enfermedad está aumentando entre los menores de 50.

El análisis sugiere que este descenso establecido en los nuevos diagnósticos (que ahora representa el 2.8 y 2.2 por ciento al año entre hombres y mujeres estadounidenses, respectivamente), se limita principalmente a las personas mayores de 50. Esta es la edad a partir de la cual se recomienda el inicio de las pruebas de evaluación, como la colonoscopia, para identificar y extirpar los pólipos problemáticos.

“En los últimos años, creímos que habíamos hecho un excelente trabajo porque la incidencia de cáncer colorrectal había descendido en general”, señaló la autora principal del estudio Rebecca L. Siegel, gerente de información de vigilancia del departamento de investigación en vigilancia y políticas de salud de la American Cancer Society. “Pero encontramos que cuando estudiábamos a los adultos jóvenes, las tasas se incrementaban bastante rápido, un gran contraste con lo que está ocurriendo en la población de mayor edad”.

Para comprender estas tendencias, Siegel y su equipo revisaron los datos de alrededor de 10,000 hombres y 9,800 mujeres menores de 50 recopilados a través de trece registros de cáncer de EE. UU. que controlaron esta información entre 1992 y 2005.

Durante este tiempo, los investigadores encontraron que las tasas de cáncer colorrectal aumentaron 1.5 por ciento al año entre los hombres menores de 50 y 1.6 por ciento al año entre las mujeres menores de 50.

Específicamente, entre los adultos blancos no hispanos, el equipo de investigación destacó que gran parte de ese incremento se atribuyó al crecimiento en las tasas de cáncer rectal. Durante el periodo de estudio, el cáncer rectal aumentó una media de 3.5 por ciento al año entre los hombres y 2.9 por ciento al año entre las mujeres, encontró el estudio.

Los investigadores también encontraron que la tasa de incidencia del cáncer colorrectal había aumentado para cada categoría de edad menor de 50, o sea entre los grupos de edad de 20 a 29, 30 a 39, y 40 a 49.

Pero el aumento más significativo ocurrió en el grupo de edad más joven, el de 20 a 29 años. La tasa de incidencia en este grupo de edad aumentó un 5.2 por ciento al año en los hombres y 5.6 por ciento al año en las mujeres.

Siegel apuntó que se necesitan más investigaciones para identificar la causa subyacente de la disparidad en la edad de las tasas del cáncer colorrectal.

“No sabemos exactamente qué ocurre”, planteó. “Sin embargo, creo que el aumento de las tasas entre adultos jóvenes, aunque es bajo, es sustancial y amerita atención. Por ahora, podemos afirmar que obviamente hay una epidemia de obesidad en EE. UU., y probablemente tenga algo que ver. También, en las últimas décadas se ha producido un cambio en los patrones alimenticios, reflejado en un aumento en el consumo de comida rápida y de carne roja entre la gente joven”.

“Pero cualquiera que sea la causa, los médicos deben estar más conscientes de los riesgos involucrados cuando la gente joven de entre 20 y 39 años acuda a consulta con síntomas que podrían apuntar al cáncer colorrectal”, agregó Siegel. “Este hallazgo actual sugiere que quizá los médicos necesiten combatir los riesgos de forma más agresiva”.

Los hallazgos aparecen en la edición de junio de Cancer Epidemiology Biomarkers and Prevention.

De acuerdo con los cálculos de American Cancer Society, se pronostican para este año 106,000 diagnósticos nuevos de cáncer de colon, junto con casi 41,000 casos nuevos de cáncer rectal. Las cifras incluirán a cerca de 15,000 personas menores de 50, apuntó Siegel.

Según los cálculos, 50,000 personas morirán a causa de estas dos enfermedades combinadas este año.

El Dr. Warren Enker, cirujano colorrectal y vicepresidente de cirugía del Centro Médico Beth Israel en la ciudad de Nueva York, dijo que el nuevo análisis “no me sorprende en lo absoluto”.

“La causa dietética tiene sentido”, dijo. “Los jóvenes de hoy día se mueven en un ambiente en el que la ingesta calórica general es mayor, el estilo de vida es más sedentario que 30 años atrás y el tipo de alimentos que se consume, en lo que concierne a la carne roja, también es mayor, y al combinar todos estos factores, no sorprende que se observe un incremento en la incidencia de cáncer de colon en la parte más joven de la población en comparación con el resto”.

Pero Enker, que también es director del G.I. Institute de Continuum Cancer Centers de Nueva York, advirtió que se necesitan más investigaciones sobre otros factores, como el historial de tabaquismo y el estatus socioeconómico, que podrían afectar las tasas de cáncer colorrectal.

Fuente: Noticias de salud MedlinePLus.

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