abril 2007 Archives

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Padre de la Cibernetica

Hoy en día están de moda los términos Ciberpunk, Ciberespacio, Ciberarte…, términos que encierran en sí todo un movimiento integracionista en los que se confunde la fantasía del arte con los descubrimientos más novedosos de la ciencia. Pero, ¿cuál es su origen?

En 1948, el matemático norteamericano Norbert Wiener, quien se encontraba en ese momento en una situación monetaria precaria, decide escribir un librito al que tituló: “Cybernetics, or control and communication in the animal and the machine”. El que, para asombro del propio autor, se convirtió pronto en un best seller e inició uno de los movimientos más espectaculares del mundo científico.

La Cibernética no debe verse ni como una ciencia, ni como una disciplina; sino como un movimiento de ideas que trató de romper con la estrechez de los conocimientos propios de cada disciplina. El movimiento cibernético demostró que las barreras que existían entre la matemática, la biología y la electrónica, por solo citar tres de las más beneficiadas, eran superables y encontró sorprendentes analogías entre ellas.

Wiener. quien eligió este término en homenaje al físico inglés Clarence Maxwell por haber definido en 1868 los mecanismos de retroacción, no podía imaginarse que mucho antes el filósofo griego Platón, se dio gusto utilizando el término Kybernetike para referirse al arte de la navegación como timonel, ni que muchos años después en 1834, otro brillante físico, el francés Andrés Ampere, utilizó el término Cibernética como el arte de gobernar en política.

Nada de esto resta mérito a la labor de Wiener como padre indiscutible de la Cibernética, aunque él mismo reconoce a Leibniz como su precursor por sus ideas, entre ellas la de descubrir un lenguaje del pensamiento basado  en el arte de la combinatoria que permite a través del lenguaje de los números expresar cualquier idea o concepto fórmula de la verdad. Sin embargo, Wiener ignoró al español Ramón Llull, quien nació en Mallorca en 1235 y falleció en 1315. Entre sus muchos inventos, propuso una máquina lógica que permitiera obtener demostraciones de modo mecánico. Este proyecto despertó el interés de muchos científicos, pero también las más violentas críticas; entre ellas la del sabio inglés Francis Bacon, así como de otro inglés Jonatan Swift, quien en su libro “Los viajes de Gulliver” ridiculiza tanto a las ideas de Llul como a todos los que la consideran técnicamente realizable. ¿En qué consistía la máquina de Ramón Llul? Veamos la explicación dada por Kondratov en su libro “El intelecto electrónico”.

“La máquina lógica era un sistema de círculos concéntricos giratorios que permitían obtener demostraciones de un modo mecánico. Al saber que de los axiomas se deducen teoremas, lemas y fórmulas, Llul comenzó por tomar como axiomas de conocimiento seis categorías, con nueve elementos cada una. Por ejemplo, él formuló los principios absolutos: bondad, grandeza, eternidad, sabiduría, etc., designando cada uno de éstos con una letra especial, y los principios relativos: diferencia, acuerdo, contrariedad, comienzo, medio, fin, etc. El axioma virtudes englobaba elementos como justicia, templanza, fe, caridad y esperanza, mientras que el axioma vicios, incluía avaricia, gula, lujuria, soberbia, pereza, envidia, ira, falsedad, traición… Los círculos se unían entre sí y, una vez puestos en giro, permitían obtener combinaciones de símbolos y colores, originales fórmula de la verdad”.

Para muchos Leibniz tuvo conocimiento de las ideas de don Ramón y las asimiló y les dio su propia interpretación matemática. Si nos seguimos remontando más atrás, vemos que la Cibernética persigue la integración entre las ciencias (el sueño del diletante) y su objetivo era desarrollar máquinas que simularan el comportamiento animal, al menos éste fue su aporte más espectacular; recuerden las tortugas de Grey Walter, el ratón de Shannon, los zorros de Ducrop y otros muchos ciberanimalitos más. Entonces, qué mejor padre que Leonardo Da Vincy, quien en su época trató de hallar la analogía entre todas las ciencias.

El movimiento cibernético tuvo su época de oro en los años 50, cuando se hablaba que las máquinas, algún día, dominarían al hombre; se especulaba sobre los robots y se soñaba con construir un modelo del cerebro humano. Sin embargo, en el último congreso cibernético se cuestiona la utilidad de la Cibernética como disciplina científica, ya que carece de bases sólidas que la sustenten por sí misma: la Cibernética toma ideas de la biología, de la electrónica, de la matemática y se dedica a construir juguetes para probar ciertas conductas. Incluso para sugerir el comportamiento de un mecanismo o un animal desconocido partiendo de sus funciones de forma general.

Para los nuevos cibernéticos esto es demasiado difuso y proponen una nueva ciencia: la inteligencia artificial que se dedicaría al desarrollo de programas que tuvieran aptitudes inteligentes, y a partir de entonces los congresos de Cibernética se convierten en congresos de Inteligencia Artificial. Esto unido a la consolidación de la robótica también como ciencia independiente, dejaría a la Cibernética sin soporte científico.

¿Murió el movimiento Cibernético?

En los umbrales del siglo XX surgen nuevos movimientos integracionistas (esta vez de la ciencia con el arte) tales como Ciberpunk, Ciberarte…, sobre todo el Ciberarte, que mezcla el arte con tecnologías de avanzada tales como multimedia, realidad virtual, etc. La pregunta es si estamos en presencia de un nuevo movimiento de cibernéticos que vuelvan a revivir a aquel antológico movimiento de los años 50, que aglutinó a destacados matemáticos, neurólogos, siquiatras, comunicadores…
Esperermos que sí.

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Sumario: Si el hombre fue el producto de una larga evolución desde los organismos unicelulares hasta llegar al homo sapiens, por qué no aceptar que las máquinas puedan llegar a pensar. ¿Estaremos en la antesala de una era posthumana?

En los últimos años está de moda en los Estados Unidos el tema del fin de la humanidad, tal como la conocemos hoy, y el comienzo de una nueva evolución posthumana que afirman ocurrirá antes del 2030. Estas ideas tienen como máximos representantes a los norteamericanos Vernor Vingen, Hans Moravec, Rudy Rucker y Marvin Minsky, quienes abordan el tema desde un ángulo puramente científico solo toman en cuenta el desarrollo tecnológico, ignorando factores tan importantes como el social y el cultural. Sus teorías futuristas sobre el destino de la humanidad no dejan de ser sugerentes y sobre todo preocupantes. A estas ideas se opone otro grupo, que defienden las posibilidades humanas ante la maquina (o la imposibilidad de la maquina de ser humana), este otro grupo esta compuesto por John Searle, Hubert Dreyfus, Roger Penrose y Joseph Weizenbaum y será motivo de análisis en un próximo articulo.

MAQUINAS SUPERINTELIGENTES
No es un secreto para nadie que hoy en día las microcomputadoras alcanzan una velocidad de procesamiento de más de 100 mega hertzios (Hhz). Si lo comparamos con las primeras fabricadas en la década del 70 (que no alcanzaban los 10 Mhz), nos produce una sensación de asombro y surge una pregunta obligada: ¿hasta donde llegarán las máquinas? Si tenemos en cuenta que el cerebro humano trabaja tan solo a una frecuencia de 100 hertzios o ciclos por segundo y que para principios de este año se ha anunciando la salida de micros de 130 y 150 Mhz y no se vislumbra una cota que limite la velocidad de procesamiento de la computadora basada en hardware cada vez mas sofisticado, con mayor capacidad de memoria, varios procesadores centrales (la materia gris de la máquina), mayor velocidad de acceso a los periféricos, tales como pantalla, teclado, disco, etc.

Aunque es cierto que la máquina realiza más operaciones por segundo que el cerebro humano (velocidad cruda), no se ha tenido en cuenta la complejidad de la información, cómo tratarla de forma eficiente, donde, por suerte, los humanos somos mejores. No obstante, casi todos los expertos coinciden en que nos se vislumbra ningún límite para que la máquina procese cada vez información más compleja.

¿HASTA DONDE?
Veamos como los teóricos enfocan el problema.

Axioma: La máquina superinteligente (ultra inteligente) es una máquina que puede sobrepasar toda las actividades intelectuales de un hombre (si es que la construyen).

Teorema: Debido a que el diseño de máquinas es una de esas “actividades intelectuales”, una máquina ultra inteligente podrá diseñar máquinas aún mejores.
Hipótesis: Es incuestionable que habrá una “explosión de inteligencia”, y que la inteligencia del hombre puede ser dejada muy atrás. En consecuencia, la primera máquina ultra inteligente será la última invención que el hombre necesitará hacer, siempre y cuando la máquina sea suficientemente dócil como para permitirnos tenerla bajo control…

¿QUIEN CONTROLA A QUIEN?
Las grandes redes de computadoras con sus usuarios asociados, pueden despertar como entidades superinteligentes.

Si los humanos fueron el producto de una larga evolución desde los organismos unicelulares pasando por los mamíferos hasta llegar al homo sapiens. ¿A partir de que momento surgió la inteligencia? ¿Por qué no aceptar que las máquinas también son organismos en evolución que puedan llegar a “pensar”? Si aceptamos a la conciencia como la forma de la Materia altamente organizada, ¿quién puede negar que las máquinas sean una nueva forma de la Materia altamente organizada y que en su proceso evolutivo alcancen niveles de inteligencia incluso superiores a los del hombre?

Vean a las maquinas como inteligencias fragmentadas, que pueden estar conectadas a una red como sistema cooperativo, y que esta conexión las lleve a una forma de organización altamente eficiente, que le permita un “despertar” como una gran inteligencia. Me vienen a la mente las novelas de ciencia ficción en las cuales las computadoras se adueñan de las comunicaciones y controlan los bancos, los comercios o una nave espacial, ¿recuerdan la computadora Hal de la película Odisea 2001?

Para Vernor Vingen, el poder y la influencia de Internet están siendo muy poco considerados: La total anarquía de la red mundial es una evidencia de su potencial. A medida que crecen la conectividad, el ancho de banda, el tamaño de la capacidad de archivo y la velocidad de proceso (su habilidad para comunicarse en anchos de banda variables, incluyendo algunos mucho más elevados que la voz o los mensajes escritos). ¿Qué pasará cuando partes de un ego pueden ser copiadas y unidas a otras, cuando la autoconciencia puede aumentar o disminuir para aproximarse a la naturaleza del problema bajo consideración? Es algo parecido a una biosfera recapitulada como un procesador de datos, pero un millón de veces más rápida y con millones de humanos como agentes inteligentes (Nosotros mismos).

Muchos plantean una nueva forma de comunicación, tal vez la telepatía, o transmisión de mensajes a través de los olores, o por medio de esquemas virtuales, y hay quienes están experimentando con un robot bebe, al que están enseñando a hablar, a reconocer los objetos del mundo… Se dan cuenta, un robotico que aprende.

QUIEN LE TEME A LOS ROBOTS
A los científicos les preocupa como será la relación de esas máquinas “superinteligentes” con los humanos de inteligencia normal.

Por ejemplo, Drexler plantea que podremos confinar tales equipos transhumanos para que sus resultados puedan ser usados con seguridad. A lo que Vingen argumenta: “el confinamiento es intrínsecamente impráctico. Imagínese usted mismo encerrado en su casa con un acceso limitado a los datos del exterior, que provienen de su dueño. Si ese dueño piensa a una velocidad ──digamos── un millón de veces más despacio que lo que usted piensa, no me queda la más pequeña duda de que en un período determinado de años (de su tiempo) usted va a encontrar una forma de escapar”.

Una manera de confinar a las maquinas seria insertar reglas en la “mente” de la entidad inteligente, pero como quien hace la ley, hace la trampa, los que leen ciencia ficcion recuerden las tres leyes de la robotica de Asimov, que terminaron siendo una traba innecesaria y en muchos casos fuente de errores. Y, ¡lo peor!, siempre hay algún humano no tan superinteligente, pero sí lo suficientemente pícaro para darle la vuelta y utilizarla en su beneficio. No dudo, que ya algún lector este pensando en una cafetería para robots. ¿Por qué no?

Ahora piensen en esos artefactos metálicos moviéndose por las calles. ¿Asimilaremos a esos monstruos? ¿Llegaremos a aceptar a los androides como seres racionales, o serán confinados a través de leyes (internas o externas)? Una forma de mejorar la imagen de los robots sería dándole forma humana, quizás una humanoide de ojos violeta y de figura escultural no inspire temor…

HOMBRE PROTESICO O CIBORG
Imagínese que usted vaya en su bicicleta y lo atropelle una rastra y en el hospital lo conviertan en un sistema protésico: brazos mecánicos, piernas, etc. Piense que estos brazos y piernas, de material sintético nadie notará que son artificiales, están conectados a su cerebro y pueden ser empleados como si fueran las originales. ¡Que bueno! ¿Verdad? Ah, pero si fue el cerebro el que se le dañó… Le ponemos un cerebro artificial y ya. Se leyeron el cuento de Len “¿Existe verdaderamente Mr. Smith?”. Les aconsejo que lo hagan . Otra cosa sería que los humanos por su propio deseo se cambiaran sus cuerpos o se insertaran pequeñas computadoras, del tamaño de un fríjol en su cerebro acuérdense de Robocop . Entonces, ¿Estará la humanidad dispuesta a dejar de ser humana para convertirse en ciborgs?

Veamos lo que piensa Marvin Minsky, uno de los fundadores de la Inteligencia Artificial: “Cuanto más sepamos sobre el cerebro, más vías descubriremos para perfeccionarlo… Apenas sabemos un poco de lo que hace cada una y cómo lo hace, pero tan pronto averiguemos de que manera funciona una parte cualquiera, los investigadores tratarán de idear procedimientos para ampliar su capacidad. Idearán también facultades enteramente nuevas, que la Biología jamás ha ofrecido. Conforme estos inventos vayan haciéndose habituales, trataremos de conectarlos a nuestros cerebros, quién sabe si a través de millones de electrodos microscópicos insertos en el gran haz de nervios denominado cuerpo calloso, el mayor “bus de datos cerebral”. Tras nuevos progresos ninguna zona encefálica estará excluida del acoplamiento de nuevos accesorios. En ultima instancia encontraremos formas de reemplazar todas las partes del cuerpo y del cerebro y de reparar así todas las deficiencias y lesiones que tan breves hacen nuestras vidas” (¡la inmortalidad!).

Y propone los siguiente pasos para “perfeccionar” a los infelices mortales.
1. Las prótesis de miembros: “Sustituir las partes gastadas de nuestro organismo por elementos de repuesto de nuevo tipo”.
2. La conexión directa dentro del cerebro: “Invención de métodos que potencien nuestro cerebro permitiendo adquirir mayor sabiduría”.
3. La conexión completa: “Mediante nanotecnología, sustitución completa”.

Y agrega: “¿Significa eso que seremos reemplazados por máquinas? No tiene sentido esa distinción. Creo como Moravec, quien propone que consideremos a las maquinas inteligentes del futuro como a nuestros propios hijos mentales”. .

¡SOY INMORTAL!
Para Rudy Rucker, en el futuro será posible desmembrar por completo la mente del cuerpo en las computadoras y cree que las computadoras podrán permitir la inmortalidad del intelecto de los humanos. Si fuera posible aislar la mente del cuerpo tema demasiado complicado para intentar tocarlo , podemos, entonces, aceptar tranquilamente la reproducción magnética de la mente, los programas que la conforman, y su posible reutilización. Esto es aceptando el criterio de “ellos” de que el pensamiento es una forma de procesamiento de la información y que en la computadora no solo se pueden incluir “conocimientos” sino también los sentimientos humanos. Rucker sueña con un mundo en el que los humanos dejen grabadas sus memorias, ideas y sentimientos en una computadora y que cuando lo deseen puedan reactivar esa “mente programa” en un ciborg. Es evidente que si confiamos en algún tipo de soporte, sea el cerebro, un microprocesador o un compuesto bioelectronico, siempre estaremos a expensas de su envejecimiento o rotura. En cambio si la mente se puede extraer de un medio y cambiar de soporte, por supuesto un soporte cada vez más perfeccionado. Para entonces, estaremos, sin dudas, en presencia de la inmortalidad.

¡BAH!, EL HOMBRE.
Marvin Minsky, quien tiene una opinión bastante pesimista del hombre, afirma que no hemos progresado gran cosa: “Seguimos ignorando como resolver los conflictos entre las ambiciones individuales y los intereses colectivos. Somos tan ineptos para tomar decisiones importantes que siempre que podemos dejamos al azar aquello de lo que no estamos seguros”.

Y se pregunta: ¿Por qué es tan limitada nuestra sabiduría? ¿Servirá de algo una enseñanza de mejor calidad? Es obvio que sí, pero sólo hasta cierto punto. Ni siquiera nuestros mejores prodigios pasan de aprender a doble velocidad que los demás. Tardamos demasiado en aprender cualquier cosa porque nuestros cerebros son “tremendamente lentos”.

Y agrega: Hasta ahora hemos tendido a vernos como producto final de la evolución, pero la evolución no ha cesado. La verdad es que ahora estamos evolucionando más rápidamente, aunque por el lento procedimiento darvinista. Ya es hora de que empecemos a pensar en nuestras nuevas identidades, que están aflorando. Podemos comenzar a diseñar sistemas fundados en un tipo ingenioso de “selección innatural”, dirigido al cumplimiento de planes y objetivos específicos y capaces de sacar partido de características adquiridas…

Por su parte Hans Moravec, quien trabaja en la construcción de robots, siempre ha sentido una simpatía por las maquinas que va mas allá de toda lógica, manifiesta: “Nosotros evolucionamos con un tranquilo intervalo de cien millones de años entre cada cambio significativo. Las máquinas están dando pasos semejantes, pero lo cubren en pocas décadas…”. Moravec vislumbra un futuro donde los programadores y los constructores de robots serán las propias maquinas, las cuales serán cada vez mas baratas. No nos conduciría esto a la sustitución de todos los trabajadores del planeta: obreros, profesionales, investigadores, etc. Y la pregunta seria: ¿que pasará con los humanos? Los más radicales, creen que la humanidad tal como la conocemos hoy desaparecerá y en su lugar surgirá una nueva especie, no humana: los posthumanos.

POSHUMANOS O EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD HUMANO

Para estos autores entidad superhumana es lo mismo que entidad posthumana y si no es lo mismo es algo muy parecido a una máquina superinteligente. Llama la atención como se aferran al término de máquina superinteligente y en cambio no incluyen en su terminología el de humano superinteligente, en su lugar utilizan un término más ambiguo el de inteligencia superhumana, la cual puede surgir producto de la fusión de los humanos con las máquinas superinteligentes, pero jamás del progreso de los humanos por si solos.

¿Acaso es la electrónica la única ciencia que puede llevarnos al “mejoramiento” humano? (entiéndase robotización). Cabe preguntar: Por que nuestros herederos no pueden ser una replica nuestra, como los replicantes del filme Blade Runner, o un individuo mejorado a través de una selección genética. ¿Por que se ignoran los progresos de la Biología y la Psicología? ¿Somos los humanos tan ineptos? Piensen en Eistein, Bethoven, Gandhi, Bequer, Da Vincy, Sócrates, Wiener, Maria Curie, Pascal, Shakespeare, Marti, Cervantes, Los Beatles, Chaplin, Pasteur… ¿Y por que no?, en el propio Minsky.

Vingen considera que una inteligencia superhumana fuerte podría parecerse a una Sociedad de la Mente con varios componentes muy calificados, donde algunos de esos “equivalentes humanos” podrían ser usados nada más que para procesamiento digital de señales.

Y dice: “Para aquellos que no hayan cambiado (los que decidan seguir siendo humanos), el logro será un trato benigno, quizá dándoles la apariencia de ser los dueños de unos semidioses esclavos”.

Algunos van más lejos y plantean la posibilidad de la extinción física de la raza humana respecto a la nanotecnología, dado todo lo que tal tecnología puede hacer y afirman que en el futuro tendremos que tratar sólo con computadoras biológicas, sistemas de Inteligencia Artificial y robots con apariencia humana.

Tal visión del futuro sólo será posible, si despreciamos la esencia humana y la vemos como a una criatura carente de posibilidades espirituales y de confianza en si mismo, o como a un ser enajenado que crea ídolos las máquinas para luego adorarlos. Y si aceptamos desde ahora la pequeñez del ser humano ante la colosal perfección de la máquina la máquina nunca se equivoca , ya desde hoy nos estamos preparando para la debacle y seremos nosotros mismos los responsables de la extinción de la raza humana.

No quería concluir sin citar este párrafo en tono profético de Vernor Vingen:
“Pero en este brillante y benévolo mundo, los problemas filosóficos se vuelven intimidatorios. Una mente que se mantiene en una misma capacidad no puede vivir para siempre, después de unos pocos miles de años se parecerá más a un lazo de cinta que se repite constantemente que a una persona. Para vivir indefinidamente, la mente misma deberá crecer… y cuando se vuelva suficientemente grande y mire hacia atrás… ¿qué sentimiento de simpatía puede sentir hacia el alma que fue originalmente? (parece que se refiere a nosotros). El ser último será todo lo que fue el original, pero bastamente superior” ahora se refiere a esa entidad post, ultra y superinteligente que nos va a relevar .

Por qué no pensar que el hombre en su relación con la máquina, basada en una sociedad cooperativa, pueda desarrollar habilidades suprahumanas. Puede ser que estimulado por los progresos de la máquina, como “socia”, se vea obligado a esfuerzos supremos veámoslo como un complejo de inferioridad para no ser tratado como un marginado social.

¿Que piensan ustedes? Ante ese futuro tan complejo, nosotros podemos decir: “Allá ellos si se quieren convertir en robots, pero… Pensándolo bien, si yo pudiera tener un automóvil robot, que se arreglara el mismo, que se cogiera el ponche, tú ves. ¡Eso si sería bueno!”.

GLOSARIO:

Robot: cualquier aparato mecánico, capaz de ejecutar ciertas tareas sencillas y repetitivas que antes sólo el hombre podía realizar. Término acuñado por Karel Capec en su obra Robots Universales de Rossum.

Androides: robots en los que se trata de reproducir total o parcialmente la forma antropomorfismo y el comportamiento automático del ser humano. Todavía no tienen utilidad práctica. En fase experimental. Locomoción bípeda.

Humanoide: robot (androide) sintético, creado artificialmente que no se puede distinguir de los seres humanos. Término utilizado por Asimov en sus novelas y cuentos.

Ciborg: acrónimo de organismo cibernético, que integra al hombre dentro de la máquina, al otorgar órganos cuya función es genuinamente humana a un todo de naturaleza artificial. La parte cibernética pudo haber sido creada junto con el organismo al nacer o tenerla como implante.

Sistemas protésicos (Prosthetic System): cuando se utilizan dispositivos electromecánicos para extender las funciones humanas. Es posible utilizar el término hombre protésico cuando la persona ha generalizado el uso de prótesis.

Replicante: una criatura construída genéticamente, compuesta totalmente de materia orgánica.

Nanotecnologia: Tecnología que en lugar de conformar los materiales en bruto, aspira a construir los materiales y la maquinaria colocando cada átomo y cada molécula en el lugar adecuado.

Sociedad de la mente: nuevo paradigma de la Inteligencia Artificial en el cual la mente es enfocada como una sociedad de agentes donde el comportamiento inteligente surge de la interacción de centenares de pequeños procesos no inteligentes (agentes) que trabajan de forma cooperativa o competitiva formando una sociedad.

Agentes inteligentes: Se trata de asistentes computarizados que nos ayudarán en nuestro trabajo. Nos referimos a agentes inteligentes potentes que cambien de una manera dramática nuestra manera de trabajar y lo suficientemente comunes como para que la mayoría de la gente sofisticada técnicamente los use.

Sistemas cooperativos: sistemas soportados por computadora para trabajo cooperativo (en ingles CSCW): son sistemas que participan activamente en la coordinación de actividades. Toma “conciencia” de la estructura del problema a resolver y participa en su resolución. Los primeros sistemas eran pasivos, sólo permitían la compartición de recursos computacionales: bases de datos, textos, impresora, etc.

Humanidad: especie que se extinguió a finales del siglo XXI (?).