“La humanidad necesita urgentemente una nueva sabiduría que le proporcione el conocimiento de cómo usar el conocimiento”. Van R. Potter
En los últimos años, todos repiten la frase que somos criaturas bio-psico-social, lo cual es verdad, solo que esto es incompleto, ya que se ignora la dimensión tecnológica, y es que en realidad somos criaturas tecno-bio-psico-social. Omisión que nos ha llevado a ver a la tecnología como algo ajeno al verdadero progreso humano, lo que ha conducido a posiciones encontradas entre los defensores del progreso tecnológico a toda costa y a todo riesgo y los defensores de un progreso humano independiente de las tecnologías.
Cuando en realidad por los siglos de los siglos, el hombre y las tecnologías han estado sufriendo una simbiosis cada vez más estrecha según las tecnologías han ido pasando de ser una infraestructura, herramientas manuales; a ser una estructura que facilita la comunicación, el transporte, la organización empresarial, entre otras tantas implicaciones sociales y económicas, y es que, según el hombre avanzar en su progreso humano, las tecnologías son parte inseparable de ese progreso. Lo cual siempre ha traído riesgos.
En nuestros días, la situación se hace más compleja, la razón; nos acercamos a un punto en que la tecnología dejará de ser una estructura (tecno-socio-económica) para pasar a ser una superestructura, capaz de participar en las decisiones del planeta y este es uno de los problemas más importante que enfrentaremos en el transcurso de este siglo: ¿Cómo relacionarnos con las tecnologías según estas se vayan haciendo cada vez más independientes, mientras, paradójicamente, el hombre se hará más dependiente?
Por lo que es necesario aprender desde hoy a manejarnos con las tecnologías del futuro: con el impacto de las tecnologías convergentes (NBIC), de las inteligencias artificiales, hay que estar preparados para enfrentar una ideología tecnologista que propone el paraíso en la tierra, saber que no basta con prohibir tal o cual investigación hay que buscar alternativas viables al desarrollo humano.
Por suerte hasta hoy el hombre siempre ha sabido manejarse con las tecnologías como estructura, con más o menos éxito (siempre han surgido uno que otro desastre tecnológico). Un ejemplo exitoso ha sido el uso del automóvil, lo cual obligó a profundos cambios en la estructura de los países, tales como carreteras, código de transito, semáforos, policías de tránsito, etc., y con ello garantizar la circulación de los vehículos con el mínimo de accidentes. Con gran despliegue de conocimientos (no digo sabiduría), el hombre ha sabido sortear las dificultades que han ido surgiendo a lo largo de su historia teniendo siempre a la tecnologías como un medio para sus fines, hayan sido estos para el beneficio de la humanidad o para su destrucción.
Hoy se hace necesaria una sostenibilidad tecnológica que permita que las tecnologías se integren al progreso humano y sea capaz de cumplir con los siguientes requerimientos:
1.-Aprender a manejarse con los nuevos conocimientos que están surgiendo del acelerado crecimiento de las tecnologías (progreso tecnológico) que amenaza con descalificar al progreso humano, al que consideran que ya se agotó y que debe dar paso al progreso tecnológico por su carácter de progreso infinito (que trasciende en el tiempo) y ven como única solución una fusión entre humanos y tecnología.
2.-Alcanzar la colaboración humano-tecnología, la cual nos puede llevar a un cambio de mentalidad (consciencia social) basado en el desarrollo de tecnologías colaborativas que fomenten la cooperación en lugar de la competencia, lo cual lleva a un cambio en la estructura social de una competitiva a una colaborativa.
3.-Lograr una sinergia entre humanos y tecnologías por medio de la cooperación y la complementación, como especies diferentes con sus características, su propio espacio vital y donde cada cual mantiene su propia condición (en lo que cada cual es mejor)
Se necesita de una estrategia de cómo manejarnos con los nuevos conocimientos tecnológicos para evitar ir a ciegas al futuro y el riesgo de una crisis total donde los problemas alcancen una magnitud que nos arrastren a soluciones desesperadas. Todavía estamos a tiempo.
Comentarios recientes