Apenas escribo para el blog y es debido a que estoy trabajando en mi próximo libro y les confieso que estoy algo atascado. Pero, para que vean que no me olvido de los amigos, aquí les van algunas ideas de lo que estoy haciendo. Espero me disculpen cualquier incoherencia.
Siempre he pensado que el verdadero enfrentamiento será entre los defensores de un futuro sostenible y los que defienden un futuro poshumano. Y si me preguntan, los segundos llevan la delantera. Ahora, la pregunta es, ¿Por qué el futuro poshumano es tan atrayente? ¿Son posibles todas sus promesas? Y la pregunta más importante. ¿Qué dejaremos de ser?
Ya, el fundador de la bioética, Van R. Potter, había hecho una definición sobre el concepto de progreso humano. Lo que nos lleva a que tenemos que repensar el concepto de progreso humano y lo que entendemos por progreso humano, a la luz de la contaminación ambiental y del acelerado progreso tecnológico.
Hoy, aunque muchos no lo quieran aceptar, estamos bajo el predominio de la ideología tecnológica, incluso el economicismo imperante cada vez se subordina más a las tecnologías, incluso, me atrevería a decir que el neoliberalismo actual, de seguir como vamos, será sustituido por un tecnoliberalismo.
Un error muy frecuente actualmente, a veces inconsciente o porque no se pensado lo suficiente sobre el tema, es creer que l progreso humano va en una dirección y el progreso tecnológico va en otra, debido a que se ven como dos procesos diferentes. Los humanistas puros defienden un progreso humano al margen de las tecnologías, en el mejor de los casos estas siguen subordinadas a los deseos humanos y se niega el surgimiento de toda inteligencia no humana.
En cambio, el tecnologismo cree que todos los problemas se van a resolver con las tecnologías emergentes: nanotecnología, biotecnología, infotecnología y cognotecnología (NBIC), y sueñan con la construcción de dispositivos que permitan mejorar la vida y la sustitución de los recursos naturales por componentes artificiales. De esta forma ellos piensan superar todas las limitaciones biológicas como enfermedades, vejez (incluso la muerte); superar las facultades actuales, más inteligente, más fuerte, más hermoso; sustituir los recursos energéticos, por otros que no se agoten como el combustible y hasta con construir planetas artificiales.
Y es que, en realidad, seguimos ignorando que ya estamos viviendo una simbiosis entre humanos y tecnologías y la clave está en saber qué tipo de simbiosis queremos alcanzar. Estoy de acuerdo con los que asumen que vamos a ciegas al futuro; el cual está motivado por intereses egoístas, competitivos y hegemónicos, ya que vivimos dentro de un contexto social basado en la competencia y el éxito a toda costa. Entonces, ¿Qué pasara cuando las máquinas alcancen una inteligencia superior a la humana? Sin dudas, entrarán en competencia con los humanos y usarán esa inteligencia, que los humanos le han dado, para ir asumiendo roles cada vez más importante en la sociedad, posiblemente sin mucha violencia, como dice Moravec, será un proceso indoloro. Este es el punto que defino como crisis tecnológica.
Crisis tecnológica: Sera el momento en que el progreso tecnológico supere al progreso humano lo cual será posible cuando las tecnologías sean más inteligentes que los humanos y que el progreso humano se haga totalmente dependiente del progreso tecnológico.
El progreso tecnológico está muy bien definido en los trabajos de Kurzweil (sobre todo con respecto al futuro) sobre la singularidad tecnológica en cambio a pesar de las corrientes filosóficas, que han existido durante siglos y de las investigaciones en psicología y sociología; el concepto de progreso humano esta desactualizado y desfasado con respecto a los acontecimientos del mundo actual y su creciente complejidad, y demás está decir que el futuro a penas se toca y siempre se le ha dejado a la ciencia ficción, y esto se debe a que se pensaba que el mundo siempre seria igual, hoy sabemos que el planeta se está deteriorando y cada vez son más las especies que desaparecen y de seguir así, la extinción de la especie humana es cuestión de tiempo, tampoco se conocía el poder que alcanzarían las tecnologías y que hoy se ven como la sucesora de la raza humana. En este nuevo contexto hay que repensar, urgentemente, el concepto de progreso humano, se necesita de un nuevo enfoque que nos diga hacia qué futuro vamos, que no necesariamente es el de una singularidad tecnológica. Lo primero que tenemos que analizar entre las posibles simbiosis entre humanos y tecnologías, ¿Cuál es la que es la que queremos para nuestros hijos?
Como decía, el problema es, que históricamente se ha vista separado el progreso humano del progreso tecnológico, al igual que ha visto separado el desarrollo social (crecimiento económico) de la evolución natural (ecosistema). Hoy comenzamos a entender la relación que existe entre ambos y la simbiosis que se está produciendo entre humanos y tecnologías, por lo que es necesario, desde el presente, establecer relaciones profundas con las tecnologías como un igual. Establecer desde hoy formas de cooperación con las tecnologías, pero para ello, primero los humanos tienen que aprender a colaborar entre si y dejar atrás su contexto competitivo actual, basado en el poder. Este cambio de mentalidad es imprescindible si queremos seguir existiendo como especie.
Foto: Periodista digital
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