El artículo publicado en eLife Sciences (doi.org/10.7554/eLife.03564. Oct 20, 2014) de los autores Guoqiang Wan, Maria E Gómez-Casati, Angelica R Gigliello, Charles Liberman, Gabriel Corfas, destaca el trabajo realizado por estos científicos para restaurar la capacidad auditiva en ratones que la habían perdido parcialmente por ruido, usando herramientas avanzadas para estimular la producción de una proteína clave en sus oídos.
Al demostrar la importancia de dicha proteína, llamada NT3, para mantener la comunicación entre los oídos y el cerebro, este nuevo avance, obra del equipo de Gabriel Corfas, de la Universidad de Michigan en la ciudad estadounidense de Ann Arbor, abre la puerta hacia investigaciones en humanos que podrían mejorar el tratamiento de la pérdida auditiva causada por exposición a ruido excesivo y por el envejecimiento normal.
La NT3 es crucial para la capacidad de formar y mantener conexiones entre las células ciliadas y las células nerviosas, como han demostrado los investigadores. Este tipo especial de conexión, conocida como cinta sináptica, hace posible una comunicación ultraveloz de señales que viajan en ambas direcciones a través de separaciones pequeñas entre los dos tipos de células.
La pérdida de capacidad auditiva debido a daños en las cintas sinápticas, ocasionados por el ruido excesivo o el envejecimiento normal, es un problema muy común y hasta ahora difícil de resolver de forma satisfactoria. El equipo de Corfas comenzó este trabajo hace 15 años para aclarar aspectos críticos del oído interno, y ahora estos científicos comienzan a obtener los frutos de esa larga labor.
Usando una técnica genética especial, los investigadores lograron que algunos ratones produjeran una cantidad extra de proteína NT3 en células de áreas específicas del oído interno, después de haber sufrido una pérdida auditiva como consecuencia de la exposición a un nivel de ruido muy fuerte. Los ratones que tenían una carga extra de NT3 recuperaron su capacidad auditiva mucho mejor que los ratones que no recibieron este tratamiento.
El equipo de Corfas planea ahora explorar el papel exacto de la NT3 en el oído humano, y buscará fármacos que puedan estimular la producción de NT3 o su acción. Aunque pueden pasar años antes de que dichos fármacos puedan ser usados en las personas, el nuevo hallazgo es el primer paso hacia esa meta.
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