Investigaciones

0

El artículo Prioridades de investigación para pérdida auditiva ligera a moderada en adultos, de los autores Helen Henshawemail, Linda Sharkey, David Crowe, Melanie Ferguson, publicado en la revista The Lancet, se plantean las siguientes 10 prioridades de investigación relacionadas con pérdida auditiva ligera a moderada en adultos:

1. ¿Qué efectos adversos estan asociados al no tratamiento de la pérdida auditiva ligera a moderada en adultos?
2. ¿El ajuste precoz de los audífonos puede resultar en el incremento del beneficio del paciente o mejorar el costo-efectividad del servicio, o ambos?
3. ¿El ajuste precoz de los audífonos disminuye el promedio de declive cognitivo?
4. ¿Cuales son las razones de la baja adquisición, uso y adhesión a los audifonos?
5. ¿Pueden las nuevas tecnologías reemplazar los audífonos?
6. ¿La terapia de células madres puede brindar una cura para la pérdida auditiva ligera a moderada en adultos?
7. ¿La identificación, diagnóstico y tratamiento precoz de la hipoacusia ligera a moderada previene el deterioro adicional de la audición?
8. ¿Los nuevos desarrollos de audífonos digitales podrían brindar una mejoria de la percepción del habla en ambientes ruidosos?
9. ¿Cuán objetivas son las pruebas auditivas para valorar las habilidades diarias de los adultos con pérdida auditiva ligera a moderada?
10. ¿Puede el uso de sonidos del mundo real ayudar al programa de audifonos en la clínica (en vez de los tonos o las señales sonoras) a mejorar la efectividad de los audífonos?

0

PJVKCientíficos del Instituto Pasteur, Inserm, el Colegio de Francia, la Universidad Pierre & Marie Curie, trabajando de conjunto con científicos de la Universidad de Auvergne, recientemente descubrieron la función de pejvakin (PJVK), la molécula que juega un rol vital en el sistema auditivo. La ausencia de esta molécula parece ser responsable de la hipoacusia inducida por ruido, una de las causas mas comunes de sordera. El descubrimiento científico fue publicado el 5 de noviembre en la revista Cell, ofreciendo un nuevo prospecto para el tratamiento de esta condición.

En 2006, el equipo dirigido por Christine Petit en el Instituto Pasteur de la unidad de Genética & fisiología de la audición, especialmente Sedigheh Delmaghani, trabajaron en cooperación con el equipo de Paul Avan en el laboratorio de biofísica sensorial de la Universidad de Auvergne’s, identificó un nuevo gen que era responsable de pérdida auditiva sensorineural de inicio precoz. Este gen codifica para una proteina que fue nombrada “Pejvakin” (“Eco” en idioma Persa). Pruebas audiometricas realizadas en individuos con mutaciones de este gen revelaron posteriormente un inusual alto nivel de diversidad de trastornos auditivos, en terminos de severidad y características. Un estudio reciente, realizado por científicos del Instituto Pasteur, Inserm, el Colegio de Francia, la Universidad Pierre & Marie Curie y la universidad de Auvergne, aspiró a aclarar las razones de esta heterogeneidad.

Los científicos, particularmente Sedigheh Delmaghani, estudió a ratones jóvenes cuyo gen de pejvakin había sido desactivado. Sus observaciones revelaron una diferencia asombrosa en los trastornos auditivos de un ratón a otro, desde una pérdida auditiva moderada a profunda. Los ratones jóvenes son muy ruidosos durante las primeras tres semanas después del nacimiento, particularmente cuando comen. Cuanto más ratones hay en la caja, más ruidoso es su entorno acústico. Los científicos observaron eso cuando el número de ratones en la caja aumentó, así como su umbral auditivo – el nivel de sonido mínimo en el que se pueden escuchar sonidos. Usando estímulo acústico controlado directo, los científicos podrían probar que el sistema auditivo de los ratones que no tienen pejvakin es afectado por su entorno acústico.

Los científicos empezaron a investigar las causas fisiológicas de este fenómeno. Observaron que en ratones sin pejvakin, las células sensoriales auditivas están dañadas tan pronto como son expuestas incluso a sonidos aparentemente inofensivos – el equivalente a un minuto gastado en un club nocturno por seres humanos. Estas células necesitan dos semanas de silencio para ser nuevamente funcionales. Con la exposición prolongada o repetida, las células eventualmente mueren. Los científicos también identificaron el elemento sensible al ruido en la célula como peroxisoma, un pequeño organelo involucrado en la detoxificación. “Para exponerlo de manera sencilla, descubrimos que un trastorno genético podía ser responsable de la hipoacusia inducida por ruido provocada incluso por niveles de ruido muy bajos”, explicó Christine Petit.

Se observó que las células sensoriales auditivas en personas con pejvakin reducido son sumamente vulnerables al ruido. Cuando una prueba de audición estándar fue realizada a personas con trastornos auditivos, las respuestas de sus células sensoriales auditivas y neuronas, aunque normal en un inicio, empeoraron gradualmente cuando la prueba pasó, como resultado de los sonidos empleados.

La hipoacusia inducida por ruido es cada vez más frecuente. Las aglomeraciones publicas, principalmente en grandes ciudades, las están haciendo más ruidosas, particularmente en países en vías de desarrollo. La OMS predice que antes del 2030, uno mil millones de personas estarán en el riesgo hipoacusia inducida por ruido. “Algunos de nosotros tenemos menos defensas naturales eficaces contra el impacto de la sobreexposición al sonido que otros”, explicán los profesores Avan y Petit. “Cinco millones de personas en Francia terminan sufriendo pérdida auditiva, que tiene un impacto negativo sobre su vida social. Los audífonos son una solución, pero trabajan exponiendo a los desgastantes sonidos amplificados. Sin embargo, no sabemos qué porcentaje de la población que no tiene pejvakin o una forma menos efectiva de la proteina. Nuestras conclusiones indican que en estas personas, los audífonos probablemente son no sólo inefectivos sino también perjudiciales.”

Los científicos investigarán las posibles técnica para restituir la función de pejvakin, usando particularmente terapia de genes ahora, lo cual ya ha provado ser exitoso en conservar la audición en ratones sin pejvakin, incluso cuando están sobre expuestos al ruido. 6/11/2015. Medical News Today

0

En el artículo Putting the ‘Neural’ Back in Sensorineural: Primary Cochlear Neurodegeneration in Noise and Aging. de los autores Kujawa, Sharon G. publicado en la revista Hearing Journal. November 2014; 67(11). doi: 10.1097/01.HJ.0000457006.94307.97 se analiza el proceso de neurodegeneración coclear primaria asociado a la exposición al ruido y el proceso de envejecimiento.

Para muchas formas de pérdida auditiva sensorineural las elevaciones permanentes del umbral se relacionan frecuentemente con daño o pérdida de las células ciliadas. Estas pérdidas han recibido mucha atención experimental y son el enfoque principal de los esfuerzos en la profilaxis y el tratamiento (Rubel et al. 2013, Hear Res. 2013, 297: 42–51). El reciente trabajo sobre el ruido y el envejecimiento, ha revelado un proceso mucho más insidioso que interrumpe de forma progresiva la comunicación entre células ciliadas sensoriales y las neuronas auditivas, resultando en última instancia en la muerte de estas neuronas. Estos cambios neurodegenerativos son probablemente muy comunes, ocurriendo incluso en oídos con una sensibilidad del umbral normal y una dotación de células ciliadas intactas; por lo tanto, esto representa desafíos a nuestros enfoques tradicionales para su diagnóstico y manejo.

La sinapsis de las fibras nerviosas de las células ciliadas de la cóclea, es el conducto principal a través del cual la información sobre el entorno acústico es transmitida al sistema nervioso auditivo. En oídos que envejecen normalmente, por ejemplo, sin exposición al ruido, las sinapsis se pierden gradualmente durante toda la vida y son vistas en toda la cóclea, mucho antes de la edad relacionada con la pérdida de la sensibilidad de umbral o de las células ciliadas (Sergeyenko et al 2013, J Neurosci. 33(34):13686-94). Los cuerpos celulares del nervio coclear (células del ganglio espiral, SGC) muestran una disminución proporcional, con pérdidas reportadas en ratones envejecidos, compatible con lo observado en huesos temporales humanos clasificados según la edad (Makary et al 2011, J Assoc Res Otolaryngol. 12(6):711)

El ruido origina pérdidas sinápticas similares, pero de forma inmediata y acelera el envejecimiento, incluso para exposiciones que originan cambios transitorios del umbral y no la pérdida de células ciliadas (Kujawa and Liberman 2006, J Neurosci. 26(7):2115-23; Kujawa and Liberman 2009, J Neurosci. 29(45):14077-85). Las pérdidas producidas por tiempos pos exposición cortos son restringidas a regiones de frecuencia de la cóclea con cambios agudos del umbral máximos y son seguidas por la pérdida de SGC proporcional en las mismas regiones de la cóclea. Cuando los animales envejecen, las pérdidas se extienden a regiones de la cóclea que inicialmente parecían desvinculadas del daño producido por el ruido. El ruido que induce neurodegeneration coclear ha sido observado actualmente en algunas especies mamíferas; no hay razón para suponer que el ser humano sea una excepción en este descubrimiento general.

Esta extendida neurodegeneración primaria ha permanecido oculta por años. Aunque los umbrales son sensibles a la métrica del daño de las células ciliadas, son relativamente insensibles a la pérdida difusa de sinapsis y neuronas cocleares: a) Las DPOAEs no son afectadas porque solamente requieren procesos pre sinápticos para su generación; b) Los umbrales de respuesta neurales (por ejemplo., ABR) no son afectados porque el ruido se centra en las neuronas de la cóclea con umbrales elevados (Furman et al 2013, J Neurophysiol. 110(3):577-86) y c) Los umbrales de la audiometría conductual no se afectan por la misma razón que (b) y porque la detección del estímulo requiere menos información neural que discriminación del estímulo. Aunque los umbrales dejan de captar el error de comunicación, Kujawa y colegas han identificado evidentes indicadores claves en la respuesta neural supraumbral.

Esta neurodegeneración coclear primaria es la principal contribución a la variedad de anomalías perceptuales auditivas, comunes en el envejecimiento y después de la exposición al ruido, incluyendo las dificultades para la comunicación en ambientes ruidosos (Bharadwaj et al 2014, Front Syst Neurosci. 8(26), el tinnitus y la hiperacusia (Gu et al 2010, J Neurophysiol. 104(6): 3361-70 Schaette et al 2011, J Neurosci. 31(38):13452-57).

Estos moderados hallazgos tienen importantes implicaciones para la salud pública. Una vez que el oído ha sido expuesto al ruido, una pregunta que puede ser hecha es si el daño que produce el ruido puede influenciar cambios futuros en el oído y la audición; por ejemplo, los que aumentan con la edad. El enfoque tradicional ha sido sobre los umbrales, y la ausencia de cambios retardados en el umbral después de exposición al ruido, pueden ser tomadas como evidencia de que los efectos retardados del ruido pueden no ocurrir. Trabajos recientes usando nuevas herramientas, proveen claras evidencias de que esto puede ocurrir. ¿Cómo pensamos ahora sobre el ruido como riesgo? Las guías federales de exposición al ruido aspiran a proteger contra los cambios permanentes del umbral, un objetivo de protección que asume que los cambios reversibles del umbral se asocian con la recuperación coclear y una exposición segura. Las evidencias acumuladas indican que esta suposición carece de bases.

0

El artículo publicado en eLife Sciences (doi.org/10.7554/eLife.03564. Oct 20, 2014) de los autores Guoqiang Wan, Maria E Gómez-Casati, Angelica R Gigliello, Charles Liberman, Gabriel Corfas, destaca el trabajo realizado por estos científicos para restaurar la capacidad auditiva en ratones que la habían perdido parcialmente por ruido, usando herramientas avanzadas para estimular la producción de una proteína clave en sus oídos.

Al demostrar la importancia de dicha proteína, llamada NT3, para mantener la comunicación entre los oídos y el cerebro, este nuevo avance, obra del equipo de Gabriel Corfas, de la Universidad de Michigan en la ciudad estadounidense de Ann Arbor, abre la puerta hacia investigaciones en humanos que podrían mejorar el tratamiento de la pérdida auditiva causada por exposición a ruido excesivo y por el envejecimiento normal.

La NT3 es crucial para la capacidad de formar y mantener conexiones entre las células ciliadas y las células nerviosas, como han demostrado los investigadores. Este tipo especial de conexión, conocida como cinta sináptica, hace posible una comunicación ultraveloz de señales que viajan en ambas direcciones a través de separaciones pequeñas entre los dos tipos de células.

La pérdida de capacidad auditiva debido a daños en las cintas sinápticas, ocasionados por el ruido excesivo o el envejecimiento normal, es un problema muy común y hasta ahora difícil de resolver de forma satisfactoria. El equipo de Corfas comenzó este trabajo hace 15 años para aclarar aspectos críticos del oído interno, y ahora estos científicos comienzan a obtener los frutos de esa larga labor.

Usando una técnica genética especial, los investigadores lograron que algunos ratones produjeran una cantidad extra de proteína NT3 en células de áreas específicas del oído interno, después de haber sufrido una pérdida auditiva como consecuencia de la exposición a un nivel de ruido muy fuerte. Los ratones que tenían una carga extra de NT3 recuperaron su capacidad auditiva mucho mejor que los ratones que no recibieron este tratamiento.

El equipo de Corfas planea ahora explorar el papel exacto de la NT3 en el oído humano, y buscará fármacos que puedan estimular la producción de NT3 o su acción. Aunque pueden pasar años antes de que dichos fármacos puedan ser usados en las personas, el nuevo hallazgo es el primer paso hacia esa meta.

0

El artículo The potential of stem cells for the restoration of auditory function in humans de los autores Zhengqing Hu, and Mats Ulfendahl publicado en la revista Regenerative Medicine. 2013 May; 8(3): 309–318.doi:  10.2217/rme.13.32 destaca que la pérdida auditiva es una de las discapacidades más comunes, afectando a aproximadamente al 10 % de la población. Las células ciliadas y las neuronas del ganglio  espiral están generalmente dañadas en la mayoría de los casos con pérdida auditiva. Actualmente, prácticamente no hay ningún enfoque biológico para reemplazar las células auditivas dañadas. Los desarrollos recientes en la tecnología de células madres suministran nuevas oportunidades para el tratamiento de la sordera. Dos estrategias muy importantes han sido investigadas: la diferenciación de células madres endógenas en nuevas células ciliada y la introducción de células exógenas dentro del oído interno para sustituir la neuronas auditivas dañadas. Aunque todavía hay una curva de aprendizaje en la sustitución de la célula madre base, existe la probabilidad de utilizar células madres personalizadas para eventualmente proporcionar una nueva intervención para pacientes con la sordera en futuros ensayos clínicos.

0

El artículo The Effect of Low-Level Laser Therapy on Hearing de los autores Shawn S. Goodman, Ruth A. Bentler, Andrew Dittberner, and Ian B. Mertes publicado en la revista digital ISRN Otolaryngology del año 2013 destaca que uno de los propósitos de la terapia láser de baja frecuencia (LLLT) es fomentar la reparación de las células dañadas. Los efectos de la LLLT sobre la pérdida auditiva y el tinnitus han recibido poco estudio, pero los resultados han sido equívocos. El propósito de este estudio fue determinar si la LLLT mejoró la audición, el reconocimiento del habla y/o la función cóclear en adultos con pérdida auditiva. Empleando un estudio randomizado, doble ciego, placebo-control, los pacientes fueron asignados a tratamiento, placebo, o grupo control. El grupo de tratamiento recibió LLLT, que consistía en rayos láser de bajo nivel en el oído externo, la cabeza y cuello. Cada tratamiento de rayo láser duró aproximadamente cinco minutos. Tres sesiones de tratamientos fueron aplicados en el curso de una semana. Una batería de pruebas auditivas fue realizada inmediatamente antes del primer tratamiento e inmediatamente después del tercer tratamiento. La batería constaba de audiometría de sonidos puros, logoaudiometría y emisiones otoacústicas evocadas transientes. Los datos fueron analizados comparando los resultados pre y postest. Ninguna diferencia estadísticamente significativa fue encontrada entre los grupos para ningunas de las pruebas auditivas. Adicionalmente, ninguna diferencia clínicamente importante fue encontrada en ninguno de los sujetos estudiados.

0

El artículo DPOAE Intensity Increase at Individual Dominant Frequency after Short-Term Auditory Exposure de los autores Judit Bakk, Tamás Karosi, Tamás József Batta, István Sziklai, publicado en la revista digital ISRN Otolaryngology del año 2013, destaca que experimentos previos indicaban la posibilidad de un estimulo sonoro evocado de corta duración y un incremento transitorio en las amplitudes de las Emisiones Otoacústicas Producto de Distorción (DPOAE). Este fenómeno posiblemente es atribuible a la complejidad de las células ciliadas externas y su sistema de control de eferente y las escalas de tiempo diferentes de los procesos reguladores. Un total de 100 sujetos sanos en el rango comprendido de 18 a 40 años de edad con audición normal y valores de DPOAE normales en el rango de  781-4000 Hz fueron seleccionados para el estudio. Las mediciones de DPOAE diagnósticas fueron llevadas a cabo después la exposición a sonidos de corta duración. Se propone 10 msegundos, 50 mdecibeles de sonido de impulso como el estímulo más eficaz en la práctica clínica, 40 y 60 segundos posterior al estimulo para detectar el incremento transitorio de las DPOAE mencionado anteriormente. Se desarrolla un procedimiento para la detección del aumento transitorio de las DPOAE por la aplicación de un estimulo sonoro de corta duración. El fenómeno fue consecuente y bien detectable. Sobre la base de los resultados de la investigación, un nuevo aspecto de la adaptación cóclear puede ser establecido y presentado como una herramienta diagnóstica clínica de rutina. Fue suministrado un modelo matemático para resumir varios factores que determinan la electromotilidad de OHCs y sirve como una posible aplicación clínica usando este fenómeno para el pronóstico de la susceptibilidad individual al ruido.

0

El artículo New strategies for the restoration of hearing loss: challenges and opportunities del autor Marcelo N. Rivolta publicado en la revista British Medical Bulletin. 2013; 105 (1): 69-84 doi:10.1093/bmb/lds035 destaca que para la mayoría de los tipos de trastornos auditivos, una terapia definitiva se basaría en la capacidad de restituir las células ciliadas y las neuronas del ganglio espiral. La única técnica establecida para tratar la sordera está basada en la sustitución funcional de las células ciliadas con un implante coclear, lo cual aún presenta limitaciones importantes. Nuevas estrategias curativas, que se extienden desde la terapia de células madres a la terapia génica y molecular, están en desarrollo. El aislamiento de células auditivas humanas, la generación de protocolos para controlar su diferenciación en linajes sensoriales, su aplicación prometedora in vivo y la identificación de genes claves como objetivos a nivel molecular, brindan un paisaje excitante. Se analizan los últimos avances en este campo y como comienzan a traducirse en su aplicación clínica.

0

En el artículo The Relationship between Personality Type and Acceptable Noise Levels: A Pilot Study de los autores Cliff Franklin, Laura V. Johnson, Letitia White, Clay Franklin, Laura Smith-Olinde publicado en la revista digital ISRN Otolaryngology del año 2013, se examina la relación entre nivel de ruido aceptable (NRA) y el tipo de personalidad. El nivel de ruido aceptable (NRA) es la diferencia entre el nivel más cómodo para el habla de una persona y el nivel más fuerte del ruido de fondo que es deseado mientras se escucha una conversación. En el estudio participaron 40 adultos jóvenes con audición normal. Fueron medidos los niveles de ruido aceptables (NRAs) y se realizaron 2 pruebas de la personalidad (Big Five Inventory, Myers-Briggs Type Indicator). los resultados revelan una correlación entre nivel de ruido aceptable (NRA), el tipo de personalidad franca y el tipo de personalidad concienzuda, dadas por la prueba Big Five Inventory; no apareciendo ninguna correlación entre nivel de ruido aceptable (NRA)  y la prueba de Myers-Briggs Type Indicator. Se concluye que niveles de ruido aceptables (NRAs) más bajos se correlacionan con el uso de la prótesis auditiva de forma permanente y el tipo de personalidad franca; niveles de ruido aceptables (NRAs) más altos se correlacionan con el uso de la prótesis auditiva de forma temporal o el no empleo de la misma y el tipo de personalidad concienzuda. Los datos actuales indican que aquellos más abiertos a las nuevas experiencias pueden aceptar más ruido y ser buenos candidatos al empleo de prótesis auditivas, mientras que aquellos más concienzudos pueden aceptar menos ruido y rechazar la prótesis auditiva, sobre la base de su predisposición a aceptar el ruido de fondo. Se concluye que el conocimiento del tipo de personalidad de una persona puede ayudar a los audiólogos a determinar si sus pacientes serán buenos candidatos para el uso de prótesis auditivas.