La experiencia que quiero compartir en esta oportunidad está en relación con el hallazgo de fasciolas hepáticas en el conducto biliar durante la realización de una CPRE.
El tema no es novedoso y lo que voy a exponer aquí no tiene las características de una presentación de caso como artículo científico. Expondré las experiencias que tuve con este caso en particular que me han dejado una muy buena enseñanza.
Se trata de una mujer adulta, sana, hermana de una enfermera que había trabajado conmigo años atrás y que tuvo a bien traérmela a consulta por un dolor abdominal y transaminasas ligeramente elevadas. De los resultados de la primera entrevista señalar la presencia de un dolor de tipo biliar, con su semiología característica. Las transaminasas, ligeramente elevadas (no sobrepasaban el doble de su valor normal), bilirrubina normal y fosfatasa alcalina elevada (en el orden de los 300). Nada de interés al examen físico. Sigue leyendo