Futuro del hombre

Futuro del hombre

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¿Cómo podemos saberlo? ¿Qué está sucediendo o que podría suceder?

Si el mayor peligro  para el fin de la humanidad a mediados y finales del siglo XXI, era el de una guerra nuclear, hoy a comienzos del siglo XXI, aparecen otros problemas que se presentan como más posibles y catastróficos.

Hoy son dos los escenarios que pone en peligro a la raza humana: la degradación del planeta y el desarrollo acelerado de las tecnologías, que cada vez responde menos al desarrollo humano, y parece escapar  a todo control. Siendo la aceleración tecnológica representa un mayor peligro que el deterior del planeta.

Afirmación que parece confirmar el equipo de científicos que trabajan en el Instituto del Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford,   quienes están investigando cuál es el mayor peligro para la supervivencia del Hombre como especie. Los mismos han llegado a la conclusión que la supervivencia de la humanidad está en riesgo, y no por la amenaza de una pandemia, un bombardeo nuclear, meteorito u otro tipo de catástrofe natural; el mayor riesgo proviene de nosotros mismo.

El director del instituto, el filósofo sueco Nick Bostrom, en el documento Riesgo existencial como prioridad global, argumenta que los dirigentes internacionales tienen que prestarle mucha atención a una serie de amenazas y advierte: “lo que está en juego no puede ser más importante: si nos equivocamos, éste puede ser el último siglo de la humanidad”. A lo que insiste “Son amenazas sobre las que no tenemos historial de supervivencia”.

¿En qué consiste esa amenaza? Veamos las opiniones de los expertos y del propio Bostrom

Experimentos en áreas como biología sintética, nanotecnología e inteligencia artificial se están precipitando hacia el territorio de lo accidental e imprevisto.

La biología sintética, en la que la biología se encuentra con la ingeniería, promete importantes beneficios médicos. A Bostrom le inquietan las secuelas inesperadas de la manipulación de las fronteras de la biología humana.

La creación de nuevos organismos, por ejemplo, puede tener efectos secundarios ecológicos desconocidos.

 Vivimos en un mundo más interconectado: más noticias y rumores se difunden a la velocidad de la luz. Por ello, las consecuencias de un error o terror son más desmedidas que en el pasado”.

Nos preocupamos por riesgos individuales más inmediatos, como los vuelos aéreos o seguridad alimentaria, tenemos más dificultad en reconocer peligros más serios.

Seán O’Heigeartaigh, un genetista del instituto y experto en evolución molecular, desconfía de las buenas intenciones mal informadas, pues en los experimentos se hacen modificaciones genéticas, desmantelando y reconstruyendo las estructuras genéticas. Siempre existe el peligro de que se dispare una secuencia de eventos no anticipada o de que algo se torne nocivo cuando se transfiera a otro ambiente.

“Estamos desarrollando cosas que pueden resultar profundamente mal”, declara O’Heigeartaigh. Estos no son conceptos abstractos, asegura. “Con cualquier nueva poderosa tecnología –opina O’Heigeartaigh–, debemos pensar detenidamente en qué sabemos, pero quizás es más importante en este momento estar conscientes de lo que no estamos seguros de saber”.

·La nanotecnología, trabaja a nivel molecular o atómico, también podría tornarse en algo altamente destructivo si se usa para la guerra”, apunta Bostrom. “Por ello, escribió que los gobiernos futuros enfrentarán el gran reto de controlar y restringir su mal uso”.

La manera en la que la inteligencia artificial interactuará con el mundo exterior es otro de los temores del grupo de expertos reunidos en Oxford. Esa “inteligencia” informática puede ser una herramienta poderosa para la industria, medicina, agricultura o el manejo de la economía. Pero también es completamente indiferente a cualquier perjuicio fortuito.

Daniel Dewey, quien se enfoca en superinteligencia artificial, habla de una “explosión de inteligencia” en la que el poder acelerado de las computadoras se vuelve menos predecible y controlable. “La inteligencia artificial es una de las tecnologías que pone más y más poder en paquetes más y más pequeños”, dice, quien antes trabajó en Google. “Así como con la biotecnología y la nanotecnología, se pueden hacer cosas que resultan en reacciones en cadena, y con muy pocos recursos se pueden emprender proyectos que pueden afectar a todo el mundo”.

¿Debemos aplicar todo el avance tecnológico? ¿Qué posición asumir?

“Ésta no es una ficción distópica: la brecha entre la velocidad del avance tecnológico y nuestro conocimiento de sus implicaciones es real”, recalca Bostrom.

Ya Van R. Potter, el bioeticista norteamericano, hacía referencia a la necesidad de alcanzar los conocimientos necesarios para poder manejarnos con las tecnologías y de la necesidad de crear un puente entre las humanidades y las ciencias.

Bostrom no parece estar muy seguro de la tecno-utopia de una singularidad tecnológica, donde basta con acelerar a las tecnologías a toda costa y dice: “el avance en la tecnología ha rebasado nuestra capacidad de controlar las posibles consecuencias. Y agrega: “Estamos al nivel de los niños en términos de responsabilidad moral, pero con la capacidad tecnológica de adultos”.

Hasta ahora hemos apostado por el progreso tecnológico y se ha ignorado el progreso humano, de ahí las consecuencias que se vislumbran hacia una tecnología fuera de control. Podemos afirma que vamos a ciegas hacia el futuro y significativo, que un pionero de la ideología transhumanista, como Nick Bostrom, comience a preocuparse de las consecuencias imprevista de la aplicación sin control de las tecnologías.

Coincido con Bostrom en que el cambio está próximo y que no se dado la importancia que merece. No podemos ignorar que Bostrom es un defensor del tranhumanismo, del cual hemos estado hablando en artículos anteriores. De ahí sus conclusiones.

 “Hay un cuello de botella en la historia de la humanidad. La condición humana va a cambiar. Puede ser que termine en una catástrofe o que nos transformemos tomando más control de nuestra biología”.

Recomendación:
Inteligencia Artificial, el futuro del hombre

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 La trascendencia del ser humano.

Para Moravec está basada en la descendencia, al igual que en la biológica, los hijos son nuestros herederos, para Moravec los robot serán nuestros descendientes y heredaran el planeta, de lo cual se siente tan orgulloso como un padre de sus hijos. Para Kurzweil es copiar su mente en una computadora, y así ser inmortal, el sueño de su vida.

Inteligencia artificial fuerte

La IA es reduccionista, ya que trata de reducir los procesos de la mente (que son complejos) a programas algorítmicos. Se considera a la mente como  un sistema de procesamiento de la información que cumple con las leyes de la manipulación de símbolos.

Dualismo mente – cuerpo

El dualismo en filosofía supone que el alma es independiente del cuerpo, cuando muere el cuerpo el alma sigue viva. En el caso de la computadora se puede romper la computadora pero los programas se pueden usar en otra, siempre que exista una copia, lo cual nos lleva a considerar que los programas son independiente de la computadora y creer que la mente también puede ser copiada a otro sustrato,

La dificultad radica en que si aceptamos el dualismo filosófico debemos también aceptar el idealismo.  La pregunta sería: ¿si aceptamos el dualismo mente‑cuerpo tendríamos entonces una mente que existe independiente del cerebro o sea el alma? Pero, entonces, los pensamientos se generarían sobre un alma inmaterial, por lo que, no necesitarían de ningún soporte físico, llámese cerebro o llámese computadora. De ahí que la IA tenga que hacer una adaptación y proponer un DUALISMO‑MATERIALISTA y afirmar categóricamente que la inteligencia humana se hace realidad sobre la materia.

Causalidad del cerebro       

La causalidad del cerebro. Si la mente es parte del cerebro y es este quien la genera y si aceptáramos que la mente es propiedad exclusiva del cerebro. Entonces, el gran sueño de la IA de lograr reproducir la mente humana en una computadora no sería posible. Ya que es en el cerebro donde se codifican los procesos mentales, lo cual hace que no se pueda separar la mente del cerebro, no solo por el hecho de que la mente necesita de un soporte físico como ya se dijo al analizar el dualismo mente‑cuerpo, sino porque los procesos mentales tienen que ser producidos por alguien que tenga existencia material: el cerebro, que es la causa de los pensamientos.

Paradigma conexionista

Esto nos lleva a la conclusión, de que si queremos lograr algún tipo de intelecto artificial se debe tratar de reproducir al cerebro y no a la mente, por ser esta última, tan solo, una manifestación abstracta del complejo funcionamiento del cerebro. Por lo que, actualmente, muchos investigadores de la IA han abandonado el paradigma simbolista, el de la mente,  para dedicarse al conexionista, el del cerebro, y a través de los sistemas de redes neuronales, intentan comprender como trabaja el cerebro.

Concepto de persona

Para los transhumanistas lo que identifica a la persona como ser sustancial no es el ser con capacidad subjetiva sino la misma sensibilidad subjetiva independientemente de su soporte. La singularidad  es la propia inteligencia sin soporte corporal que puede encontrarse en un animal, en un humano, en un posthumano o en un soporte no biológico. El deber moral del hombre será permitir a la inteligencia, desencarnada, encontrar un soporte más adecuado para desarrollar plenamente sus posibilidades.

  • Se reduce a su cerebro. Es pura materia y es reducido a sus conexiones neuronales (metáfora cognitiva).
  •  Es parte mente y parte cerebro. Se reduce a un sistema de procesamiento de información donde la mente es el software y el cerebro el hardware (metáfora computacional).

Para los transhumistas, lo que interesa no es la persona como ser sustancial y con capacidad subjetiva sino la reproducción material de la mente como información y que es ejecutada en un sustrato material: el cerebro; el cual es equivalente al hardware de una computadora. Y es que el transhumanismo ha sustituido la metáfora espiritual basada en el alma humana, por las metáforas congnitiva y computacional

Si hemos decidido aceptar los presupuestos tecnológicos como posibles, ¿qué consecuencias tendrá para la forma en la cual nosotros percibimos el mundo? El transhumanismo no es sólo para las mentes acostumbradas al futurismo sino algo que concierne a toda la sociedad. Ya que está en juego el progreso humano.

La esencia del problema radica en que el ser humano no puede dejar de creer en sí mismo y abandonar su propio progreso en aras de otro que le es ajeno y que inexorablemente lo irá deshumanizando y poco a poco, ira alejando de su propio contexto humano, hasta convertirlo en un artefacto, en un producto más de la tecnología.

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Definición de transhumanismo

El Transhumanismo es una ideología de trasfondo filosófico que se presenta como el nuevo paradigma para el futuro de la humanidad. En este paradigma los filósofos y los científicos, procedentes de diversas áreas, cooperarán en un único objetivo: alterar, mejorar la naturaleza humana y prolongar su existencia. En este camino hacia el futuro es necesaria una etapa intermedia que corresponde al transhumano (ahora llamado humano+). El transhumano será el ser humano en fase de transición hacia el posthumano (que será el humano++). El transhumano tendrá unas capacidades físicas, intelectuales psicológicas mejores que las de un ser humano normal, pero todavía no habrá alcanzado la realización del posthumano que será un ser, no se sabe bien si natural o artificial, con una esperanza de vida superior a 500 años, sus capacidades cognitivas duplicarán las capacidades máximas de un ser humano actual, tendrá el control de todos los estímulos sensoriales y no sufrirá a nivel psicológico. El posthumano será alguien totalmente distinto del humano: podrá gozar de una vida más larga sin deteriorarse, con mayores capacidades intelectuales, un cuerpo fabricado a medida, del que podrá hacerse copias, y sobre el que ejercerá un control emocional total.

El movimiento transhumanista ha recogido sus bases ideológicas en la Declaración de los principios transhumanistas que comienza diciendo: “En el futuro, la humanidad cambiará de forma radical por causa de la tecnología. Prevemos la viabilidad de rediseñar la condición humana, incluyendo parámetros tales como lo inevitable del envejecimiento, las limitaciones de los intelectos humanos y artificiales, la psicología indeseable, el sufrimiento y nuestro confinamiento al planeta Tierra”. A partir de este primer principio plantean la necesidad de desarrollar al máximo la investigación en nuevas tecnologías e invocan una apertura mental que permita adoptar estas tecnologías sin limitar ni prohibir su uso o desarrollo. Sostienen el derecho moral de utilizar los métodos tecnológicos, por parte de aquellos que los deseen, para potenciar las capacidades físicas e intelectuales y para aumentar el nivel de control sobre su propia vida. Aspiran a un crecimiento personal más allá de las limitaciones biológicas. Consideran que sería una tragedia para el ser humano la pérdida de los potenciales beneficios a causa de una cultura tecnofóbica y por ello pretenden crear foros de encuentro que permitan discutir los pasos a dar y la creación de estructuras sociales y políticas que tomen las decisiones de manera responsable. La pretensión es llevar este bienestar a todos los seres conscientes, ya sean humanos, inteligencias artificiales (IA), animales conscientes  o potenciales extraterrestres. A través de la Asociación Mundial Transhumanista (W.T.A.) se ha concretado esta declaración en tres grandes proyectos: Campaña por los derechos de las personas, Campaña por vidas mejores y más longevas y la Campaña por una cultura más amistosa con el futuro.

 

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Los orígenes remotos del transhumanismo, se pueden localizar en la exaltacion del hombre y la técnica, mediante un saber traducido en hacer. Los transhumanistas se sienten en sintonía con el optimismo de filósofos y científicos ante las posibilidades ofrecidas al hombre por los conocimientos científicos y tecnológicos, y se remiten por ello a Francis Bacon, a David Hume, a Isaac Newton y Augusto Comte, del mismo modo que a los pragmatistas americanos Charles Pierce y William James.

Ellos, aún sin hacer profesión explícita de materialismo, de facto, manejan en realidad una visión reduccionista del hombre pues sólo a partir de esta visión es posible pensar que se puede modificar la realidad profunda del hombre, actuando sobre su dimensión corporal. En este sentido las premisas antropológicas del transhumanismo se pueden encontrar en la comprensión de la naturaleza humana propia del empirismo de D. Hume y en el materialismo de J. O. de la Mettrie, aunque no podemos ignorar que el fuerte dualismo cartesiano ha deja-do su contribución en el delinear de tal visión antropológica. En esta línea reduccionista no se puede dejar de mencionar la influencia que proviene del evolucionismo de Ch. Darwin, que constituye no sólo una brillante hipótesis interpretativa de la historia viva sobre nuestro planeta, sino que ha llegado a constituirse como horizonte de sentido compartido y trasfondo ideológico y que ofrece una solución de acuerdo a la cultura moderna.

Los inicios del Transhumanismo se reconocen en el pensamiento del filósofo Max More, fundador en los años 80 del siglo pasado del Extropy Institute.  La expresión Extropy se utiliza como opuesto a entropía. Dentro de este contexto futurista surge la idea de una singularidad tecnológica, propuesta por Vernor Vinge, cuando en 1993 escribo el ensayo: ‘The coming Technological Singularity,’ en el que pronosticaba el surgimiento de una superinteligencia que superaría a la humana y proponia cuatro tipos de superinteligencias. A diferencia del transhumanismo inicial, Vinge, alertaba sobre la problemática de dichas superinteligencias al de estar fuera del control humano y lo veía como algo inevitable dada las relaciones socio-económicas actuales basadas en la ley del mercado.

Las consecuencias de una posible singularidad tecnológica, es un tema poco estudiado objetivamente, o se rechaza de plano o se acepta religiosamente. John Holland,  cree que mientras más personas conozcan sobre las tecnologías que supuestamente provocarán la singularidad,  más conscientes estarán sobre las limitaciones de esas tecnologías. Es obvio, que mientras no tengamos claro cómo será la relación futura entre humanos y máquinas cualquier tecnología relacionada con la inteligencia llegará a estar fuera de control.

Actualmente, el movimiento está representado en el mundo de una manera más significativa por la World Transhumanist Association, fundada en 1998 por Nick Bostrom y David Pearce, con el objetivo de proporcionar una base organizacional general para todos los grupos que se identifican con la idea transhumanista, y para dar al mismo transhumanismo una fisonomía académica más rigurosa. En este ámbito se unen, con ensayos y con obras de alta divulgación del credo transhumanista, autores de varios ámbitos disciplinarios como J. Harris, J. Hughes, R. Naan y G. Stock.

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Antes cuando se hablaba del perfeccionamiento humano solo se pensaba en la trascendencia espiritual del ser humano, esta idea ha ido variando a lo largo de los últimos tiempos, hoy cuando se habla de perfeccionamiento, son muchos los que creen que las tecnologías son el único medio de alcanzar este fin y una nueva ideología con el nombre de transhumanismo, ha venido a ocupar, en muchos aspectos, el lugar que antes le correspondía a la religión.

Orígenes del transhumanismo

El concepto “transhumar” es utilizado por primera vez por Dante Alighieri en su Divina Comedia. la meta última del hombre y representa la experiencia, imposible de explicar con palabras, de ser elevado por la gracia, más allá de lo humano, hacia nuestra realización total y transcendente en Dios. Como concepto contemporáneo la palabra “transhumanismo” fue introducida por Julian Huxley en 1927: “la especie humana puede, si lo desea, trascenderse —no sólo esporádicamente, un individuo aquí de una manera, otro allí de otra forma— sino en su totalidad, como humanidad. Necesitamos un nombre para esta nueva creencia. Quizás Transhumanismo pueda servir: el hombre sigue siendo hombre pero transcendiéndose, a través de la realización de las nuevas posibilidades de y para su naturaleza humana”.  Huxley, por tanto, mantiene el concepto pero cambia el significado. Transhumanarse se ha convertido en una tarea propia del hombre: conseguir con las nuevas ciencias, como la psicología y la biología, una humanidad superior a la actual.  El concepto pasaba así de significar la superación de la humanidad en virtud de la gracia y la acción de Dios, a la superación de la humanidad en virtud de la tecnología como obra puramente humana.

Uno de los exponentes más importantes del movimiento transhumanista contemporáneo, Nick Bostrom, ha definido el transhumanismo como “el movimiento intelectual y cultural que afirma la posibilidad y el deseo de mejorar, en modo fundamental, la condición humana a través de la razón aplicada, especialmente por medio del desarrollo y la larga puesta a disposición de tecnologías para eliminar el envejecimiento y potenciar grandemente las capacidades humanas intelectuales, físicas y psicológicas”.

Bostrom define el Transhumanismo como “un movimiento cultural, intelectual y científico, que afirma el deber moral de mejorar la capacidad física y cognitiva de la especie humana y de aplicar las nuevas tecnologías al hombre, de manera que se puedan eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento e incluso, el ser mortales”. El Transhumanismo se convierte así en un movimiento, una ideología, que tiene como credo filosófico “la superación de las limitaciones humanas a través de la razón, la ciencia y la tecnología”

 

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TRANSHUMANISMO

“Movimiento cultural, intelectual y científico, de corte futurista que propone aplicar las nuevas tecnologías al hombre, de manera que se puedan eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento e incluso, el ser inmortales”.

Principios transhumanistas: “En el futuro, la humanidad cambiará de forma radical por causa de la tecnología. Se prevee la viabilidad de rediseñar la condición humana.

PRESUPUESTOS TECNOLOGICOS

La viabilidad propuesta para alcanzar sus propósitos se basa en ciertos presupuestos tecnológicos que parten de realizaciones en el campo de la inteligencia artificial y de las tecnologías convergentes o emergentes.

Podemos decir que mientras más se conozca sobre las tecnologías que supuestamente provocarán la poshumanidad más consciente se estará sobre sus posibilidades y sus consecuencias.

La puesta en práctica del Transhumanismo se apoya en el desarrollo de las llamadas tecnologías convergentes: NBIC

El término Tecnologías Convergentes, NBIC, se refiere al estudio interdisciplinario de las interacciones entre sistemas vivos y sistemas artificiales para el diseño de nuevos dispositivos que permitan suplir defectos o mejorar las capacidades cognitivas y comunicativas del ser humano.

Inteligencia Artificial (IA) Fuerte

En general la idea de la inteligencia artificial es construir programas que emulen el comportamiento inteligente de los humanos como el pensamiento, el aprendizaje, la visión, la resolución de problemas, la creatividad, etc. Cuando hablamos de IA fuerte nos referimos a la aceptación de que esos programas pueden llegar a ser una representacion fiel de los estados mentales Y ven como equivalente a los algoritmos computacionales (el software) con los estados de la mente y a la máquina (el hardware) con el funcionamiento del cerebro.

La IA es reduccionista, ya que trata de reducir los procesos de la mente (que son complejos) a programas algorítmicos. Se considera a la mente como  un sistema de procesamiento de la información que cumple con las leyes de la manipulación de símbolos.

Otro presupuesto tecnológico es el advenimiento de una singularidad tecnológica y las posibles vías para alcanzarla.

La singularidad y el surgimiento de superinteligencias

1) Superinteligencia artificial: Construir una inteligencia artificial que iguale y después supere a la inteligencia humana.

2) Superinteligencia hibrida: El poder que alcanzará la interconexión entre humanos y sistemas cibernéticos, tales como, prótesis, implantes.

3) Superinteligencia colectiva: Se pronostica el surgimiento de una superinteligencia donde estén conectados en redes los humanos y las máquinas, como esta sucediendo en Internet.

4) Superinteligencia biológica: El mejoramiento humano por biotecnología, sobre todo modificaciones genéticas.

Ahora veamos dos de las tecnólogias que mas expectativas despiertan

La Nanotecnología

La nanotecnología promete brindarnos las herramientas más poderosas y pequeñas (nanoescala) que permitan reproducir la materia. Se aspira, en un futuro construir nanomáquinas, que se puedan introducir en diferentes partes del cuerpo con el fin de eliminar patologías o discapacidades o incrementar alguna de las facultades humanas.

La biotecnología

1) Bebes hechos a la medida.

  • La eugenesia negativa es la eliminación de los bebés defectuosos,
  • La eugenesia positiva, tener al bebe perfecto

2) La eterna juventud

  • Reducir de las causas de mortalidad entre los jóvenes
  • Combatir la enfermedad entre los ancianos
  • Detener el proceso de envejecimiento

3) Clonación

  • El duplicado exacto de una persona
  • La duplicación mejorada de la persona

Lo cuestión radica en si hemos decidido aceptar los presupuestos tecnológicos como posibles. ¿Qué consecuencias tendrá para la forma en la cual nosotros percibimos el mundo? Estan en un error los que creen que el transhumanismo es sólo para las mentes acostumbradas al futurismo sino algo que concierne a toda la sociedad, ya que está en juego el futuro de toda la humanidad, transhumanistas o no.

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Las vias para alcanzar la singularidad

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La característica central de este siglo ha sido la aceleración del progreso tecnológico. Estamos al borde de un cambio comparable a la aparición de la vida humana sobre la Tierra. Para Vernor Vinge, la causa exacta de este cambio es la creación inminente de entidades de inteligencia mayor que la humana. La ciencia puede lograr esta revolución de diferentes modos (y esta es otra razón para tener confianza en que el evento va a ocurrir):

  1. Pueden desarrollarse computadoras “conscientes” con una inteligencia equivalente a la humana o superior. (Hoy existe mucha controversia sobre si podremos crear el equivalente a un humano en una máquina, pero si la respuesta es “sí”, entonces quedan pocas dudas de que en seguida podremos construir entidades aún más inteligentes.).
  2. Las grandes redes de computadoras con sus usuarios asociados, pueden despertar como entidades superinteligentes.
  3. Las interconexiones entre humanos y computadoras pueden llegar a tal nivel de profundidad que los que la usen actúen como superinteligencias.
  4. La ciencia biológica puede lograr métodos que mejore el intelecto humano natural.

Vinge afirma que las tres primeras posibilidades dependen de mejoras en el soporte físico (hardware) de las computadoras. Y que los progresos del hardware han seguido una curva de crecimiento increíble en las últimas décadas. Basándome en esto, creo que la creación de inteligencia más que humana ocurrirá dentro de los próximos treinta años. (Charles Platt ha puntualizado que los entusiastas de la inteligencia artificial (IA) han estado haciendo anuncios como este desde hace treinta años. Justamente por esto no me siento culpable de poner una relativa ambigüedad en el tiempo que calculo. Para ser más específico, digamos que me sentiría sorprendido si este evento ocurriera antes del 2005 o después del 2030.)

Vinge postuló sus ideas en 1993, desde entonces ha llovido bastante, y se hace necesario revisar algunos conceptos sobre la singularidad tecnológica

La primera opción para que este evento ocurra, supone el surgimiento de una superinteligencia artificial basada en la idea de que las máquinas cada vez tienen más capacidad de memoria y más velocidad de procesamiento de la información, llegará un momento en que igualará y luego superará la velocidad del cerebro, esta es la idea básica de una singularidad tecnológica. Estamos hablando de que los humanos sean capaces de construir una inteligencia artificial que los iguale y que después, esta inteligencia no humana, sea capaz de superarse a si misma, basada en el crecimiento veloz que tiene el hardware (ley de Moore) y no en el desarrollo de programas que emularán la inteligencia humana como se pretendía en los primeros años de la Inteligencia artificial (fuerte) que asume que la consciencia es codificable (consideran que los estados mentales son algoritmos altamente complejos) y puede ser descargada del cerebro y copiada en un soporte digital. Se maneja el concepto de una inteligencia que emerge de forma espontánea y adquiere consciencia de si misma.

En segundo lugar la que más se aplica actualmente, y la menos divulgada como posible superinteligencia, muchos la conocen como cerebro global, yo prefiero llamarle superinteligencia colectiva, siguiendo las ideas de Pierre Levy de una inteligencia colectiva, que irá surgiendo de las redes cada vez más complejas que se irán conformando debido a la relación entre humanos, y entre humanos y máquinas. Se plantea el surgimiento de una superinteligencia donde estén conectados en redes los humanos y las máquinas, en la que Internet esta jugando un papel importante. Ya algunos hablan  de un cerebro global que se está conformando desde ahora en el contexto de la Web 2.0 y de la naciente Web 3.0. No se puede ignorar el impacto que está teniendo la Web social y la gran cantidad de conocimiento que se está compartiendo en las Wikis, redes sociales y blogs, que se podrían ir auto organizando por medio de la Web semántica, conduciéndonos a una superestructura tecnológica  de la cual emergerá una superinteligencia, como consecuencia de las complejas conexiones lógicas (y no física) que será producto de la cooperación entre humanos y máquinas.

La tercera inteligencia suprahumana definida por Vinge, plantea el surgimiento de una superinteligencia donde estén conectados físicamente los humanos y las máquinas, yo la clasifico como superinteligencia híbrida (inicialmente le llame mixta), y es, la que aspira a la fusión entre humanos y tecnologías; y da pie a las ideas más fantasiosas sobre seres parte humanos y parte máquina (el ciborg) y se producirá por medio de la interconexión entre humanos y computadoras, a través de prótesis, implantes de chip, etc. Estamos ante la idea de una transhumanidad que transcienda a la condición humana y con ello, superar todos los límites de la especie humana y dar surgimiento a una nueva especie posthumana.

Mientras las tres anteriores están relacionadas con las tecnologías conexas, aquellas que no se fundamentan en las ciencias de la vida, pero que tienen una incidencia importante sobre esta (Nanotecnología, Robótica, Inteligencia Artificial, etc.); en cambio, esta última, surge producto del desarrollo de la biotecnología, yo la nombro superinteligencia biológica, y su esperanza se cifra en la ingeniería genética. Aquí se manejan conceptos, muy debatidos en la actualidad,  como el de eugenesia negativa o positiva o el de la clonación. En general se aspira al humano mejorado (humano+) por medio de la bioingeniería, la misma,  ira conduciendo a la humanidad a una fusión progresiva y menos radical que la anterior.

La idea principal de una singularidad, se sustenta sobre la ley de Moore que dice que la capacidad de los microchips de un circuito integrado se duplicara cada dos años, lo cual traerá un crecimiento exponencial de la potencia del hardware de las computadoras y de mantenerse este crecimiento acelerado lo cual conducirá inevitablemente a que las máquinas le den alcance y luego superen la capacidad del cerebro para procesar la información y según un gráfico elaborado por Hans Moravec la paridad entre el hardware y el cerebro se alcanzara alrededor del 2020 lo cual dará lugar a las máquinas superinteligentes.

A diferencia de los investigadores de la Inteligencia Artificial, que pensaban que la mente podía se representada por medio de algoritmos y que esta podía ser programada totalmente en una computadora. Cree que las maquinas dado el progreso acelerado de la potencia de su hardware despertarán en algún momento como una inteligencia, esto nos lleva al concepto de emergencia basado en que las máquinas serán cada vez mas veloces, tendrán mas memoria y que esto emergerá en una nueva inteligencia. El mismo concepto aplica para Internet, donde las conexiones entre humanos y maquinas que se comportaran como neuronas dentro de una gran red, por lo que en cualquier momento de ellas emergerá una inteligencia (cerebro global).

Vemos que esta idea sigue la tendencia de priorizar el hard sobre el soft y se apoya sobre los siguientes conceptos:

  • La evolución de las máquinas es más rápida que la de los humanos, mientras las máquinas sufren un crecimiento acelerado, la evolución natural de los humanos esta prácticamente detenida.
  • La aceleración de las tecnologías se seguirá incrementando hasta llegar a un punto que escapa a las capacidades de los humanos (singularidad tecnológica).
  • La maquinas que se irán auto construyéndose a si misma cada vez más perfeccionadas, más veloces, más memorias, dotadas de mejores algoritmos podrán llegar a convertirse en maquinas superinteligentes que superen a los humanos.
  • La inteligencia de las máquinas dada la complejidad que irán adquiriendo y las conexiones internas (circuitos) o externas (redes) podrá despertar como una entidad auto consciente.

Veamos la definición de Superinteligencia dada por Nick Bostron, uno de los padres de la ideología transhumanista: “Tendrá superinteligencia cualquier intelecto que se comporta de manera bastamente superior en comparación con los mejores cerebro humanos en prácticamente todos los aspectos y en especial estos tres: creatividad científica, sabiduría en general y desempeño científico”.

Esta definición deja abierta la forma como se implementa esa superinteligencia

  • Artificial: una computadora digital
  • Colectiva: una red de computadoras
  • Biológica: cultivo de tejidos corticales
  • Hibrida: fusión entre computadoras y humanos

Para muchos es preocupante que los aciertos de la IA surjan de métodos tan simples como búsqueda por fuerza bruta, y que la contribución mas importante para el avance de la IA haya sido la Ley de Moore y los aumentos implacables en la velocidad de la computadora,

¿Hay alguna razón que nos pueda llevar a pensar que será así? Hoy la máquina supera al campeón del mundo en ajedrez, no sería esto razón suficiente. Sin embargo la máquina no utiliza la misma forma de pensar que el humano, su fuerza se basa en su velocidad de cálculo que le permite explorar de forma casi exhaustiva todas las variantes además, por supuesto, de contar con valoraciones estratégicas, pero lo que la hace invencible es su velocidad para calcular las variantes, lo que se llama algoritmo de fuerza bruta. Pero, esto apoya la tesis que según las máquinas mejoren su hardware obtendrán resultados mejores así, hasta superar a los humanos en todas sus facetas.

Comencemos por la artificial. ¿Estará el hombre dispuesto a construir una inteligencia no humana que lo supere? “Si no trabajamos en las tecnologías inteligentes alguien lo hará”. O sea que las necesidades del mercado y la competencia que esta genera, nos llevará inevitablemente a el desarrollo de inteligencias artificiales (IAs) superior a la humana. Y no hemos mencionado la carrera armamentista, que tampoco se detendrá.

La única preocupación, radica,  en que estas ideas no se lleven a cabo, con la prontitud requerida, debido a las acciones que puedan desplegar los llamados “luditas” o “bioluditas”. Que son aquellos que proponen la prohibición de aquellas tecnologías que puedan significar un riesgo para la humanidad. Sin dudas una IA superior a la humana es un peligro para los humanos, si aceptamos que vivimos en una sociedad basada en la competencia y en la lucha por el poder. Otros afirman que las ventajas son tantas que vale la pena correr los riesgos, pero algunos piensan que nos adentraremos en una aventura cuyas consecuencias son impredecibles.

Una de las ventajas, que traería el surgimiento de una superinteligencia artificial, seria la copia de la mente (recargar la mente en una computadora). De la que Hans Moravec es un defensor. Y destaca las siguientes:

  • Aumentar la velocidad de cálculo
  • Extender la vida
  • Vivir en un espacio reducido; en una computadora
  • Viajar a la velocidad de la luz
  • Incrementar los conocimientos; podrían aumentar su memoria, agregar nuevos sentidos, etc.
  • Aprender y comunicarse directamente; comunicación directa mente a mente.

Aquí hay cierta confusión. ¿De qué estamos hablando? De un artefacto que se conecta al cerebro y es capaz de extraerle la mente al individuo o de reproducir la mente desarrollando sus programas (programar todos los estados mentales), por supuesto estos programas se irán introduciendo directamente en una computadora, lo que han estado haciendo durante años los investigadores de la IA, sin mucho éxito (al menos, no han cumplido con las expectativas). En este segundo caso estamos hablando de una copia de la mente (codificada en forma de algoritmos) que se ejecutaría en una computadora. En opinión de muchos, no estamos hablando de la mente humana, en todo caso de un sistema inteligente que simula aspectos de la mente. El primer caso sigue, aun, perteneciendo a la ciencia ficción.

A la euforia de Moravec, se une a la predicción, algo preocupante, de Nick Bostrom quien afirma: “La superinteligencia (SI) será quizás el último invento que la raza humana necesita hacer, ya que esta (luego) se ocupará de la civilización en todos sus aspectos”. Tema cuestionado por Bill Joy en su artículo, “Porque el futuro no nos necesita”.

Entre las críticas al surgimiento de una inteligencia artificial, está la de Roger Penrose quien establece diferencias entre el funcionamiento de un ordenador, que es capaz solamente de un razonamiento algorítmico basado en secuencias lógicas, y el funcionamiento del cerebro humano, que es capaz de estar abierto a la improvisación y a lo inesperado, a lo caótico, es decir, a lo creativo.

Los investigadores de IA, siguen creyendo que, aunque pueda tomar décadas para aclarar todos los detalles, no hay nada adicional subyacente en el pensamiento: es solo tratamiento de la información. Y siguen aferrados a la metáfora de que el cerebro es equivalente al hardware de una computadora, por lo que es totalmente factible transferir la mente de un soporte (el cerebro) a otro (la máquina).

En cambio, los expertos en computación tradicional no pueden creer que las computadoras relativamente simples, en las que se ejecutan sus programas, se almacenan sus bases de datos, sus gráficos; que requiere de un sistema operativo y opera sobre algoritmos numéricos; puedan ser también el sustrato donde se puedan ejecutar los complejos procesos de la mente humana.

La idea de crear una inteligencia artificial partiendo de cero, para muchos resulta una tarea casi imposible, en cambio, parece más lógico aprovechar la creación de la naturaleza y trabajar sobre ella. Resulta obvio. ¿Por qué no aprovechar el camino recorrido por la inteligencia humana en lugar de crear una nueva? Son muchos los que piensan así y prefieren trabajar en aras de una superinteligencia híbrida donde se combine lo mejor de los humanos con lo mejor de las máquinas.

Con respecto a la superinteligencia híbrida esta se puede alcanzar de dos formas, a través del hombre con prótesis (hombre protésico) o del, ya mencionado, ciborg. Al hombre protésico se llegaría de forma más natural, incluso ya está sucediendo, piensen en los implantes cloquear, en los marcapasos, o el caso más significativo, el del corredor Oscar Pistorius, atleta paralímpico sudafricano. Aparentemente cualquier persona podría convertirse de forma natural en un hombre protésico; ante un accidente o una anomalía, utiliza una prótesis para suplirla. El  ciborg es quien de forma consciente aspira a la fusión con las máquinas con la idea de aprovechar lo mejor de cada cual. El problema, ahora, radica en que las prótesis se han perfeccionado tanto que están comenzando a superar al órgano humano que trata de suplir, y podría darse el caso de que alguien, quiera amputarse las piernas para sustituirla por piernas mecánicas, y así podría ir sustituyendo parte de su cuerpo, lo haría difícil distinguir a una hombre con prótesis, de un ciborg o de un robot (un humano que ya está totalmente compuesto por prótesis)

Si analizamos las ideas de los ideólogos de la fusión humano-máquina, da la impresión que los humanos tienen muy poco que aportar a dicha unión.

Para Kevin Warwick, uno de los defensores de la fusión entre humanos y máquinas, hasta el extremo de haber sido considerado el primer Ciborg, debido a los implantes que tenia: afirma que los humanos pueden y deben ser actualizados. Las máquinas son superiores porque tienen, al menos, cinco cualidades de las que carecemos:

  • Poseen una memoria casi ilimitada,
  • Una capacidad de cálculo extraordinaria,
  • La posibilidad de comprender más de tres dimensiones
  • Más de cinco sentidos –pueden captar ultrasonidos o emitir infrarrojos–
  • Finalmente, pueden comunicarse sin hablar.

Por otra parte Marvin Minsky, uno de los padres de la Inteligencia Artificial (IA), considera que es imprescindible mejorar a los humanos  y propone los siguientes pasos:

  • Las prótesis de miembros: “Sustituir las partes gastadas de nuestro organismo por elementos de repuesto de nuevo tipo”.
  • La conexión directa dentro del cerebro: “Invención de métodos que potencien nuestro cerebro permitiendo adquirir mayor sabiduría”.
  • La conexión completa: “Mediante nanotecnología, sustitución completa”.

La idea de la fusión responde al sueño de los transhumanistas de lograr un humano mejorado. El transhumanismo es un movimiento tecnológico, que, según Nick Bostrom, afirma la posibilidad y el deseo de mejorar, en modo fundamental, la condición humana a través de la razón aplicada, especialmente por medio del desarrollo y la puesta a disposición de tecnologías para eliminar el envejecimiento y potenciar grandemente las capacidades humanas, intelectuales, físicas y psicológicas.

La definición de una superinteligencia colectiva nos lleva  a tomar la posición de los que creen que podrá surgir una supeinteligencia no humana  y, de alguna forma, a estar de acuerdo con los presupuestos transhumanistas. Y surge de la idea del cerebro global, que además de tener como soporte la metáfora del cerebro, también parte la creencia de una inteligencia colectiva. Tal como la define Pierre Levy, una forma de inteligencia universalmente distribuida, constantemente realizada, coordinada en tiempo real, y resultando en la movilización efectiva de habilidades que de forma cooperada pueden conformar una inteligencia; como sucede con las sociedades de las hormigas.

Pienso que el surgimiento de una superinteligencia superior al humano, fíjense que digo superior al humano y no a la humanidad, será un proceso inevitable, el problema radica en tomar las decisiones correcta y en aprender a manejarnos con una inteligencia; capaz de integrarse y colaborar con los humanos, en lugar de ser una amenaza que inevitablemente nos irá desplazando.