El opio se conoce desde la antigüedad. Se obtiene de la planta Papaver Sommniferum. En 1806, el boticario Frederich Wilhem Serturner aisló el componente activo del opio y lo denominó Morfina, en honor a Morfeo, dios del sueño de la Mitología Griega.
Los opioides naturales son: Morfina, Codeína y Heroína.
Los opioides sintéticos son: Meperidina (Demerol), fentanilo, metadona, tramadol y dextropropoxifeno. La heroína es 3 veces más potente que la morfina y el fentanilo es 80-100 veces más potente que la morfina.
El fentanilo se usa en parches transdermales para tratar el dolor en pacientes que padecen cáncer. Es la droga más letal y potente del mundo y la causante de miles de muertes por sobredosis de opioides.
El dolor agudo se trata mejor con medicamentos de acción corta en la dosis más baja posible y por un corto tiempo (se recomiendan de 3 a 7 días).
El dolor crónico, cuando se trata con opioides, debe tratarse con aquellos de acción prolongada, tienen un menor riesgo de efectos adversos graves.
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