Para mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor
- Mantenga una nutrición apropiada: se debe aumentar el consumo de calcio y vitaminas A, C y D. Puede ser a través de suplementos o mediante la dieta. Para ello debemos de ingerir alimentos saludables como los cítricos, la zanahoria, el apio y los frutos secos. También son recomendables los pescados y los lácteos. Es importante incrementar el consumo de vegetales frescos o al vapor y evitar el consumo de azúcar y harinas refinadas. Estos últimos desmineralizan el cuerpo y “le roban” el calcio a los huesos. Por ejemplo, la artrosis puede deberse a una deficiencia de nutrientes
- Evite el consumo en exceso de café y alcohol, así como el tabaquismo
- Vigile su peso: la obesidad es un gran enemigo del dolor de huesos, fundamentalmente en las rodillas y la columna, y aumenta el riesgo de padecer de bursitis.
- Realice actividad física sistemáticamente: los ejercicios ayudan a fortalecer la musculatura y a prevenir que enfermedades como la artrosis se agraven.
- Controle el estreñimiento: los esfuerzos producidos por el estreñimiento también pueden incrementar el dolor. Adopte hábitos alimenticios dirigidos a evitarlo. Se recomienda consumir alimentos ricos en fibra, beber al menos dos litros de agua al día y no ingerir comidas procesadas
- Duerma al menos 8 horas al día y asegure un sueño de calidad, tenga en cuenta que las técnicas de relajación como el yoga o la meditación ayudan a que el descanso sea más profundo
- Mantenga una actitud positiva, utilice terapias de relajación y tenga buen humor
- Utilice el frío y el calor como tratamiento no farmacológico para aliviar el dolor
- Valerse de medios de asistencia, como el bastón, le ayudan a tener un punto de apoyo
- Acuda a una consulta con su médico para evaluar la causa del dolor
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