El texto de “Las verdaderas claves del éxito” fué tomado del libro: Tus semillas de grandeza
Autor: John de Abate
Con frecuencia se piensa que el éxito es cuestión de buena suerte. La verdad es que, como decía Pasteur: «La buena suerte acompaña a los que se esfuerzan». No podría concluir este libro, dedicado en especial a los jóvenes, sin comentar sobre lo que firmemente creo son los deberes esenciales del hombre y la mujer de éxito.
PRIMER DEBER: ADMINISTRARSE INTELIGENTEMENTE
Antes que nada pienso que el hombre de éxito es el que trabaja sobre su triple naturaleza. Es decir sobre su cuerpo, sobre sus emociones y sobre su mente. El éxito no es cuestión de cursos y diplomas. Hay un trabajo que el hombre de éxito no puede abandonar nunca: el trabajo sobre sí mismo.
El cuerpo debe ser motivo de cuidado para el hombre de éxito. No solamente por su aspecto, sino por su salud. El hombre que desea el éxito debe preguntarse cosas fundamentales como las siguientes: « ¿Puedo controlar mis hábitos?»; « ¿Puedo controlar mis impulsos y apetitos?». Es indudable que si usted no puede dejar de fumar o de comer ciertos alimentos que le son nocivos, tiene que revisar el control que ejerce sobre sí mismo. Recordemos que una persona que no se gobierna, difícilmente podrá gobernar a otros: carece de autoridad moral para hacerlo.
El segundo trabajo es dominar las emociones. Impulsos incontrolados como la ira, los celos, la envidia, la depresión o la frustración, son malos compañeros para quien anhela el éxito. Pero no se trata solamente de controlar, de reprimir las emociones nocivas. Se trata de aprender, poco a poco, a ir transmutando emociones negativas en emociones positivas. Muchas veces la práctica de la compasión nos permite mirar a los que nos molestan, ofenden o perturban, de forma diferente.
El tercer trabajo es el de dominar la mente. Si podemos controlar los millones de pensamientos que acuden a nuestra mente, habremos encontrado una poderosa fuente de energía. Las preocupaciones, la ansiedad y los temores, drenan nuestro organismo debilitándolo e impidiendo las acciones correctas.
El gobierno de las emociones denota madurez y es el comienzo de la sabiduría.
SEGUNDO DEBER: TENER UN IDEAL NOBLE Y REALISTA
Todo hombre que quiera alcanzar el triunfo debe tener un ideal. El éxito significa pasar de un nivel bajo a un nivel superior. Significa ascenso. Por lo tanto, quien quiera alcanzar mayores alturas debe tener un ideal. Pero todo ideal que lleve al triunfo debe ser realista y noble; debe engrandecemos como personas, al mismo tiempo que nos hace más prósperos y capaces. Por eso, el dinero por sí solo no es lo más importante. Es necesario que, junto con la riqueza, adquiramos la experiencia para administrarla sabiamente. Así crecerá y nos beneficiará a nosotros siendo, también, una proyección hacia el bien común.
TERCER DEBER: UNA ACTITUD CREADORA
La persona de éxito es una dínamo llena de energía. Esa energía debe canalizarse creativamente. El hombre de éxito es un revolvedor de situaciones. El mundo necesita nuevas soluciones para los viejos problemas. Por lo tanto, hay que empezar por enfrentar todo pequeño problema de una manera creativa. Quienes recurren a las soluciones rutinarias, viejas y repetitivas están condenados a los éxitos de menos monta.
CUARTO DEBER: LA PUNTUALIDAD
La puntualidad revela seriedad de propósito. Es el resultado de la más elemental disciplina. Es una forma de respeto y de cortesía hacia los demás. La puntualidad refleja una personalidad organizada y armoniosa.
El hombre puntual es tomado en cuenta para los puestos más importantes.
QUINTO DEBER: EVITAR LOS IMPULSOS MALIGNOS DE LA MENTE
Es indispensable evitar los cinco grandes enemigos de la dignidad humana: la calumnia, la mala fe, la traición, el chisme y la crítica destructiva. El hombre de éxito no se verá envuelto en procesos bajos e innobles. Estos procesos, indignos de un alma grande, están presentes en los peores defectos del ser humano.
SEXTO DEBER: LA ESPERANZA
Tener esperanza es alentar las expectativas. La esperanza es el resultado de una actitud positiva y optimista; es producto del que piensa en un futuro mejor, del que sabe que la fe y la constancia pueden realizar milagros.
SÉPTIMO DEBER: NO USURPAR EL DERECHO DE LOS DEMÁS
El hombre de éxito sabe que sólo respetando el derecho de los demás tendrá la autoridad moral para exigir que se respeten los suyos. El respeto no solamente es un acto de nobleza, también es un acto de dignidad y de inteligencia. El hombre sensato trabaja dentro de lo justo, lo inteligente y lo necesario. Esto es lo que llamamos el recto pensar.
OCTAVO DEBER: CUMPLIR LO QUE PROMETE
No es asunto solamente de cumplir con la palabra empeñada, sino, además, la disciplina de medir inteligentemente el nivel de nuestros compromisos. Es saber cuánto podemos y nunca sobrecomprometernos. Es vivir dentro de la tranquilidad y del prestigio de ser una persona cumplida.
NOVENO DEBER: ELEGIR A LOS AMIGOS
Es un asunto de cuidado. Muchos de los problemas que sufrimos se derivan de escoger a la gente equivocada. Debemos saber qué tipo de gente frecuentamos. ¿Son personas que nos hacen crecer? Debemos pensar con quién nos asociamos. Con quiénes hacemos negocios. Cómo gastamos o invertimos el tiempo. Cómo gastamos o invertimos el dinero. Eso dependerá, en muy buena parte, de los amigos que frecuentamos.
DÉCIMO DEBER: SABER INVERTIR EL TIEMPO
Es importante que la vida se divida entre las obligaciones del trabajo, los períodos de aprendizaje o estudio, las relaciones afectivas, y la diversión y el descanso. Cada cosa es importante en su momento. Pero es preciso que la distribución de todas esas actividades sea sensata, armoniosa. El desbalance entre ellas puede ser un serio factor que entorpezca la evolución hacia el éxito.
“No se puede enseñar nada a un hombre, sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo.” Galileo Galilei.
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