A propósito de la construcción de los objetivos para el 2007 que estamos haciendo en la wiki de Infomed, me parece útil hacer algunas reflexiones para ayudar a consolidar este proceso que resulta vital para el ordenamiento de nuestro trabajo.
Una primera cuestión sería entender que la planificación es un sistema compuesto por un grupo de elementos componentes cada uno de los cuales tiene una función que cumplir y un concepto asociado. Los elementos básicos que no pueden dejar de incluirse son: los objetivos, los criterios de medida y las acciones.
El objetivo es el propósito, lo que se desea y parece probable obtener en el período de tiempo que se planifica; el criterio de medida es el indicador, la forma en que mediremos que el objetivo ha sido cumplido y las acciones son las actividades que debemos desarrollar para garantizar el criterio de medida, o sea, el indicador que nos hemos propuesto. Se hace evidente que estas acciones deberán tener un responsable, participantes y fecha de cumplimiento, para poder ser controladas.
Ahora bien, este sistema funciona de una manera particularmente efectiva si se integra en lo que se ha dado en llamar el Área de Resultados Clave (ARC), entendida como una agrupación estratégica para un propósito clave de la organización. Un buen funcionamiento de un ARC estaría caracterizado porque su responsable sea considerado por todos como el Director de la organización para ese propósito. Lo anterior presupone la posibilidad de que existan acciones dentro de un ARC, cuyos participantes y responsables pertenezcan a diferentes áreas de la estructura formal, es decir, a diferentes vicedirecciones, departamentos o grupos. De esta manera es que se concreta en la práctica la idea integradora que está asociada al concepto de ARC.
En Infomed hemos decidido centrarnos en un objetivo para el 2007 por cada ARC, lo cual me parece una buena estrategia para evitar la dispersión de los esfuerzos; sin embargo, en la práctica no se aprecia todavía que la planificación sea el instrumento por excelencia sobre el que montamos toda nuestra actividad o por lo menos la más esencial. Da la impresión que para algunos pudiera ser algo adicional que absorbe parte de su valioso y escaso tiempo. Si así fuera, sería imperdonable que nos esforzáramos en introducirla cada vez con más fuerza, pero resulta que una vez que la hayamos asimilado correctamente, la planificación será el gran facilitador de todo el proceso, incluyendo la importantísima fase del control.
Sin llegar a ponernos una camisa de fuerza, porque no se trata de actuar con rigidez excesiva, deberíamos montar todo nuestro quehacer sobre esta base, incluyendo las principales reuniones de trabajo, comenzando por el Consejo de Dirección. Si bien para la etapa en que nos encontramos es loable que la planificación sea abordada en uno de los puntos del Consejo, debemos proponernos que en el futuro próximo, este instrumento sea la guía y la base de todos los puntos de su orden del día, así como de las Reuniones de Trabajo, el Consejo Económico, etc
Considero que hemos avanzado lo suficiente para proponernos esta visión como algo a lo que podríamos llegar en breve, pero debemos actuar de una manera consciente y estable, para conseguirlo. Si algún directivo tuviese alguna duda al respecto, que le impidiese comprender este proceso en su esencia, puede contar con nuestra ayuda.
