noviembre 2013 Archives

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Luego de la caída del campo socialista, parecía que ya no habrían mas confrontaciones y que la ideología socialista como alternativa al capitalismo había fracasado, lo cual llevo a uno de los ideólogos más importantes del neoliberalismo a anunciar el fin de la historia, todos saben que me refiero al japonés Francis Fukuyama.

Fukuyama, cae en el optimismo de asumir que la ideología occidental se impuesto al mundo (por lo que se acepta su superioridad sobre las otras, incluyendo a la sabiduría oriental, incomprendida por la mayoría de los occidentales). Y opina que el resto de las alternativas ideológicas se han agotado y considera que el triunfo del liberalismo es inevitable tanto en el plano de la consciencia como en el material. Lo que quiere decir que no existirán mas ideologías, al menos no tendrán fuerza para oponerse a la ideología del mercado por lo que al quedarse la humanidad sin ideologías alternativas, estaremos, entonces, ante el fin de la historia, donde una sola ideología, la neoliberal, predominará por los siglos de los siglos.

Siguiendo a Hegel, Fukuyama, cree que el fin de la historia se produce en un momento absoluto, cuando triunfaba la forma definitiva, racional de la sociedad y del Estado. Estamos hablando de una ideología única o de un mundo único (Los defensores de la poshumanidad también hablan de alcanzar un único mundo).

Para Hegel la consciencia en la causa que mueve a los acontecimientos entendidos como ideologías, las cuales no se limitan solo a la política sino también a la religión, la cultura y el conjunto de valores molares subyacentes a cualquier sociedad. En cambio Marx, relego toda la esfera de la consciencia (religión, arte, cultura, filosofía) a una superestructura que estaba determinada por el modo de producción prevaleciente (ver concepto de superestructura).

Por otra parte, Marx afirmaba que en la sociedad liberal existía una contradicción fundamental que no podía resolverse dentro de su contexto, la que había entre el capital y el trabajo. Cuando en realidad las contradicciones nacen, no del contexto social, que es donde se reflejan, sino dentro de la consciencia o mentalidad que se ha ido conformando y de la que nace la ideología y el accionar en el mundo.

Siguiendo las ideas de Fukuyama las ideologías han pasado por las siguientes fases.
• Tribales
• Esclavistas
• Teocráticas
• Democráticas (capitalistas).

Y las alternativas que han surgido a la ideología del neoliberalismo son:
• Fascismo
• Comunismo
• Nacionalismo (Nacional socialista)
• Estado teocrático (Islam)
Fukuyama considera que las dos primeras ya han fracasado. Y que las religiones solo funcionan a nivel individual con excepción de la musulmana.

Para Fukuyama una vez desaparecidos los grandes desafíos del fascismo y el comunismo como ideologías alternativas, el camino estaba libre para la ideología neoliberal. Y se preguntaba ¿si podían existir otras contradicciones en las sociedades liberales que no pudieran resolverse? O sea. ¿Existen otras contradicciones más allá de las de clases que no puedan resolverse? Fukuyama plantea dos: la religión y el nacionalismo.

Aunque acepta que existe un renacimiento de las religiones cristiana, judía y musulmana, debido al vacío espiritual que produce en nodo de vida consumista, afirma que no se necesita de la perspectiva de la religión. Después de la revolución científico-técnica y con ella, la aceptación de la razón instrumental; todos los pensadores, que se consideran “serios”, tienden a ignorar la dimensión espiritual en el ser humano, un error que también cometió el marxismo; lo cual no sucede con las nuevas tendencias socialistas en América Latina cuya matiz religioso es evidente.

Fukuyama, no puede escapar a su contexto social y como representante de la ideología dominante afirma que la mayoría de los países del tercer mundo (los del sur) seguirán atrapados en la historia y será motivo de conflictos por muchos años. De ahí que os que los ignore y se concentre en los países desarrollados del norte. En su pensamiento está arraigada la idea que las civilizaciones superiores deben dominar a las civilizaciones inferiores, para acabar con la barbarie.

Fukuyama, ve el fin de la historia como algo repetitivo y monótono donde una de las preocupaciones seria el medio ambiente (no ve las consecuencias reales del deterioro del planeta). Lo que quiere decir que llegaremos a un futuro sin contradicciones ni luchas de clase, ni problemas ecológicos y que las tecnologías estarán en función del libre mercado y del crecimiento económico el cual parecería ser infinito y las desigualdades sociales dejarán de ser un problema (al menos en el sentido político) ya que la pobreza se irá reduciendo mientras la riqueza seguiría aumentando. Ni que decir de los países del sur (tercer mundo) los cuales prácticamente no son parte de esta historia. Por suerte hoy son los países del tercer mundo los que están haciendo la historia.

La historia reciente ha demostrado todo lo contrario y muchos de esos países del sur hoy forman parte de las nuevas naciones emergentes, sino piensen en las BRICS.

Sin embargo, diez años después Fukuyama reconoció su error al querer predecir el fin de la historia basándose solamente en la evolución progresiva de las instituciones políticas y en la economía sin tener en cuenta el progreso tecnológico. Y dijo, entonces: la historia no puede terminar, puesto que las ciencias naturales (se refiere a la biotecnología) actuales no tienen fin, y estamos a punto de alcanzar nuevos logros científicos que, en esencia, abolirán a la humanidad como tal (existe una transición del fin de la historia al fin de la humanidad).

Por lo que acepta que el principal defecto del fin de la historia es no reconocer que la ciencia puede no tener fin (el progreso tecnológico es cada vez mas autónomo y acelerado) y su preocupación se centra fundamentalmente en el desarrollo de la biotecnología y su posibilidad de cambiar los límites de la naturaleza humana.

A Fukuyama le preocupa el poder de la biotecnología (ignora el resto de las llamadas tecnologías convergentes, NBIC) y su intervención en la naturaleza humana, a lo que dice: la biotecnología podrá lograr lo que las radicales del pasado, con sus técnicas increíblemente crudas, eran incapaces de conseguir: generar un nuevo tipo de ser humano. Y cree que no será fácil separa las tecnologías de uso terapéuticos de las de mejora

En uno de sus artículos considera al transhumanismo como la idea más peligrosa del mundo y arremete contra él cuando dice: la falta de respeto que enfrentamos, la insatisfacción con nuestra situación actual, que ha sido el sustento de la Historia como tal, de repente desaparecen, no como resultado de la democracia liberal, sino porque súbitamente hemos descubierto como alterar esa pequeña parte de la química cerebral que era desde un primer momento la fuente del problema.

Yo pienso que fueron varios los errores presentes en el fin de la historia:
• Negar la condición espiritual humana y la necesidad de un cambio de mentalidad.
• No tener en cuenta el progreso tecnológico (el único que el acepta actualmente pero refiriéndose a la biotecnología)
• Negar el poder renovador del socialismo y su adaptación a los nuevos tiempos.
• Prácticamente excluir a los países del sur de la historia
• Ignorar no solo lo injusto del modelo capitalista sino también la pérdida de valores espirituales y el afán de llenar ese vacío por medio un consumismo creciente y desmedido
• Subestimar las consecuencias del deterior del planeta y la crisis ambiental en la que estamos abocados.

Una vez aceptado, como su único error, el no haber considerado el progreso tecnológico (muy común en el pensamiento convencional vigente) Fukuyama acepta como inevitable el paso a un futuro poshumano y dice: el carácter abierta de las actuales ciencias naturales indica que la biotecnología nos aportara en las dos generaciones próximas las herramientas que nos van a permitir alcanzar lo que no consiguieron los ingenieros sociales del pasado. En ese punto habremos concluido definitivamente la historia humana porque habremos abolido los seres humanos como tales. Y entonces comenzara una nueva historia poshumana.

Al final, Fukuyama pasó del optimismo capitalista a compartir el pesimismo ecologista de que nos encontramos ante el final de la especie humana, solo que la mayoría de los ecologista siguen sin tener en cuenta la dimensión tecnológica y las consecuencias que esta tendrá, mientras que Fukuyama, como ideólogo del neoliberalismo, ha visto las contradicciones propias que están surgiendo y que la única opción viable en el contexto actual (y dada la mentalidad y la cosmovisión impuesta por el capitalismo) es un futuro poshumano, y con ello el fin de la historia de la humanidad, tal como la conocemos hoy.

Pueden ver un enfoque sobre el transhumanismo en mi libro: “Inteligencia artificial, el futuro el hombre”.

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Participación social y nuevas tecnologías en el espacio Letra con Vida es la invitación del Centro Cultural Dulce María Loynaz para reflexionar y dialogar sobre la cultura de la salud, este miércoles 6 de novimbre a las 4:00 pm. En esta ocasión tendrá como invitados al Dr. en Ciencias Yudivian Almeida Cruz, Jefe del Departamento de Inteligencia Artificial y Ciencias Computacionales de la Facultad de Matemática y Computación, y la Lic. Elaine Díaz, periodista digital y profesora de la Facultad de Comunicación, ambos de la Universidad de La Habana, con la conducción habitual de la Dra. Alina Pérez.

Lugar: Centro Cultural Dulce María Loynaz. Calle 19, esq. E, Vedado, La Habana.
Fecha: Miércoles, 6 de noviembre.
Hora: 4:00 pm.
Entrada libre

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Habíamos hablado en el artículo anterior, el fin de la historia del hombre, sobre las ideas de Francis Fukuyama, sobre el futuro del hombre, donde vimos que Fukuyama se hacia la eterna pregunta de todos los grandes pensadores sobre ¿qué futuro nos espera? Y concretamente se preguntaba ¿si podían existir otras contradicciones en las sociedades liberales que no pudieran resolverse?

Fukuyama en ese entonces, hace más de veinte años, asumía que el clásico enfrentamiento entre los ideólogos del liberalismo y los ideólogos del socialismo ya había llegado a su final, con el triunfo rotundo de la ideología del libre mercado, como la única capaz de responder plenamente a los intereses humanos (optimismo con el que cerró el siglo XX), pero veía con cierto temor el surgimiento de nuevas alternativas, el de un nacionalismo social y el posible surgimiento de un estado teocrático refiriéndose a los musulmanes; diez años después comenzó a cuestionarse el impacto de la ideología transhumanista y sus consecuencias (en especifico la biotecnología) sobre el futuro de la humanidad. Ahora la pregunta es: ¿son esas las únicas alternativas?

Ahora, a principios del siglo XXI, nos encontramos con que se ha ido incrementado el deterior del planeta y no parece tener solución, las tecnologías cada vez son más poderosas y omnipresentes mientras la enajenación humana parce tomar nuevas formas. Y es como si todas las crisis comenzaran a unirse y nos acercáramos a una crisis total de alcance global y donde las soluciones locales no parecen funcionar. Y en la opinión de muchos, se necesita, cada vez más, de un enfoque transdisciplinar para poder enfrentar la problemática actual.

Podemos afirmar que en el siglo XXI han ido surgiendo nuevas alternativas, que ya habíamos mencionado en el artículo: las posiciones tecnológicas ante el futuro del hombre. Volveremos sobre las ideologías de este siglo que están surgiendo como alternativa a la ideología neoliberal vigente.

transhumanismo-democratico James Hughes, representante de la alternativa democrática al transhumanismo. Director del Instituo para la ética y las tecnologías emergente. A pesar de su enfoque transhumanista asume posiciones de cierto corte progresista en lo social y lo ambiental.

Nuevas alternativas a la ideología neoliberal (capitalismo actual)
1. Tecnologismo. Parte de la aceptación de que las máquinas superaran a los humanos y esto llevará a una nueva era poshumana (singularidad tecnológica). La cual nos lleva a un poshumanismo acelerado y a una superestructura que se monta por encima del capitalismo y que incluso puede desplazarlo, ya que lo único importante sería el progreso tecnológico (super-optimismo tecnológico).
2. Capitalismo posmoderno. Parte de la idea de que el ser humano posee limitaciones que solo pueden ser superadas por medio de la tecnología. Se parte de la ideología transhumanista liberal, donde el camino hacia un futuro poshumano se sucederá de forma espontánea como consecuencia de la necesidad de crecimiento económico del capitalismo. Es la continuidad del capitalismo actual (preservar al capitalismo).
3. Capitalismo progresista. Es consecuencia del anterior, pero con un enfoque más humano o democrático y sigue las ideas de un transhumanismo democrático expuestas por James Hughes, un poco como oposición a la ideología del transhumanismo liberal. Aunque se plantea dentro del capitalismo se proponen realizar ciertas reformas en lo social, lo ecológico y lo económico (democratización del capitalismo)
4. Ecologismo. Parte de que la especie humana está en peligro de extinción y es necesario tomar medidas ecológicas para su protección, y propone una ideología ecologista donde el ser humano no es el centro del universo sino otro integrante más como el resto de los seres vivientes. Se necesita de una cambio de mentalidad que vaya del egocentrismo actual hacia un biocentrismo, algunas posiciones más radicales, proponen un crecimiento cero y hasta de un retorno a la naturaleza (pesimismo ecologista)
5. Socialismo ecológico. Aquí se unen las ideas del socialismo con las del ecologismo pero menos radicales. Se asumen las ideas del desarrollo sostenible y aspira a un crecimiento económico sin degradar al planeta y cono mejoras sociales. Todo indica que los esfuerzos del socialismo moderno, además de las mejoras sociales, deben estar encaminados a tratar de resolver la crisis ecológica actual (ecologismo social)
6. Socialismo progresista. Parte del concepto de que el ser humano no ha alcanzado todo su potencial evolutivo y por medio de su propia fuerza interior y la formación de una consciencia social que acepte la responsabilidad sobre el planeta, sobre las especies y sobre sí mismo, en aras de su propio progreso humano; que incluya relaciones profundas, que sustituyan las relaciones superficiales actuales basadas en la competencia, y que se establezca no solo entre humanos sino, también, entre humanos y tecnologías colaborativas (sostenibilidad tecnológica), siguiendo un enfoque transdisciplinar (colaboración transdisciplinar).

Las posiciones 1, 2 y 3 defienden la idea de un futuro poshumano, mientras las posiciones 4, 5 y 6, la de un futuro sostenible.

Si antes las únicas formas de transformar al mundo, a la sociedad, al individuo, etc. Eran: o los cambios en la estructura social (ej. El socialismo), o los cambios en la mentalidad (ej. El cristianismo). Hoy tenemos un nuevo competidor, que promete cambiar tanto a la sociedad, al individuo, como al mundo: las tecnologías (de esto hemos hablado artículos anteriores y por su puesto en mi libro: “Inteligencia artificial, el futuro del hombre”). En estos momentos, estamos ante el surgimiento de una nueva superestructura tecnológica donde el progreso parece imponerse, con o sin los humanos. La elección nos pertenece a todos.

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El hombre es capaz de trascender a la naturaleza, a la religión, a la sociedad y a la tecnología, de elevarse por encima de las superestructuras para alcanzar la espiritualidad pero esta no es una elevación individual sino una consciencia que se conecta a las demás consciencia es una unión espiritual que se convierte en un todo.

Al trascender a la naturaleza (los limites naturales) el hombre adquiría consciencia (autoconciencia) de si mismo como individuo pero su consciencia era demasiado solitaria y necesito de la religión para compartir su soledad y su angustia ante el poder que había adquirido. Con la religión el hombre compartía su fuerza interior con otra fuerza externa. Hoy el hombre ha creado otra forma de dependencia: la social y se sometió a la ley del mercado, del éxito, del consumismo, de la competencia, del placer, del individualismo y de la ganancia a toda costa. El hombre necesita nuevamente trascender su condición social y alcanzar una consciencia colectiva (transconsciencia).

Y es que el hombre en su evolución paso de animal a humano y ahora debe pasar de humano a SER humano, todo intento en esa evolución ha sido abortado por su condición animal aun latente que lo ha llevado al predominio de su instintos de dominio y poder. Mientras no evolucione y cambie su mentalidad siempre terminará abandonando su perfeccionamiento espiritual y su empatía social, y sustituyéndola por leyes (fuerzas externas) que lo llevarán a la competencia y la conquista de sus semejantes, de la naturaleza y de su propia condición humana.

Históricamente todos los intentos del hombre de transcenderse a si mismo espiritualmente y de alcanzar una consciencia colectiva han sido truncados por alguna fuerza externa, creada por el mismo, que ha terminado por someterlo.

Al igual que en las guerras donde el hombre ha ido pasando por diferentes etapas, desde la cuerpo a cuerpo hasta la no participación directa al ser sustituido por robots, en la producción también el hombre ha ido alejándose de su propia producción dejando atrás la manufactura de su producto para pasar por líneas de producción donde él es solo un engranaje hasta llegar, en un futuro, a ser totalmente sustituido por las máquinas.

Fromm

Erick Fromm, uno de los psicólogos más importantes del siglo XX, creador del psicoanálisis social y padre de la psicología humanista

Lo cual lo lleva a la enajenación, (siguiendo el pensamiento de Erick Fromm) a no sentirse como creador de sus propios actos, sino que sus actos y las consecuencias de ellos se han convertido en amo suyo. Se siente a sí mismo como un extraño. Esto tiene que ver con la aceptación de fuerzas externas que lo controlan y lo dominan en lugar de ser guiado por su propia fuerza interior.

Marx llama enajenación al estado del hombre en que sus propios actos se convirtieron para él en una fuerza extraña, situada sobre él y contra él, en vez de ser gobernada por él.

El humanismo debe convertirse en amor a la humanidad, en buscar desarrollar la fuerza interior y dejar de depender de fuerzas externas, en aceptar que creer en sí mismo lleva inevitablemente a creer en la humanidad, en sustituir la ideología individualista por una colaborativa, en buscar la cooperación no solo entre humanos sino, también, entre humanos y tecnología, y en desarrollar tecnología colaborativas que no faciliten relaciones sociales profundas que permitan crecer espiritualmente.

Es necesario alcanzar un perfeccionamiento espiritual, luchar por desarrollar todo el potencial del SER y liberar las mejores cualidades humanas e ir hacia una evolución verdaderamente humana. En lugar de poner las mejores cualidades humanas en un Dios, en el ser amado o en un líder, se deben colocar las mejores valores humanos en la humanidad como un todo (consciencia social), Es más; se deben colocar en nosotros mismo como individuos que tenemos una herencia biológica (instintos), que poseemos una espiritualidad, que vivimos en sociedad y nos manifestamos a través de nuestras relaciones (hoy superficiales) y que nuestro progreso humano depende de cómo seamos capaces de encarar los desafíos que encierra un progreso tecnológico cada vez más distante de nuestro propio progreso humano.

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Si antes las dos fuerzas transformadoras provenían de la estructura social o de la mentalidad del individuo. Por ejemplo si una empresa realiza cambios en su estructura y cambia sus departamentos y las funciones, esto traerá como consecuencias un cambio en las personas en su forma de actuar y de relacionarse, de igual forma cuando alguien se convierte a algún tipo de religión, también cambiara su actitud ante la vida (si interioriza la creencia) y su relación con sus semejantes.

También se sabe que los cambios en la estructura social son más fáciles de alcanzar, aunque también son menos profundo, no alcanza el nivel de consciencia que una creencia religiosa, pero esta última también es más difícil de lograr, se necesitaría de un nuevo mesías. Poro otra parte las transformaciones sociales solo actúan sobre el contexto social y como el ser humano es dependiente del contexto hace que este asuma el papel que le corresponda dentro de esa estructura, lo cual no quiere decir que cambie su mentalidad, los cambios solo se producen a nivel superficial, lo que permite que ante un nuevo cambio de estructura, un nuevo director de empresa, un nuevo presidente, un nuevo maestro, etc., pueda ajustarse fácilmente al nuevo contexto.

Actualmente nos movemos dentro de una lenta evolución natural donde nuestras características humanas se van pasando de padres a hijos, también le trasmitimos nuestras posibles enfermedades (las hereditarias), además podemos de enfermedades, hoy incurables y tenemos la esperanza de que la ciencia algún día descubra como curarlas o como prevenirlas. Pero queremos aun mas de la ciencia y la tecnología; queremos no enfermarnos nunca, y aun mas, no morirnos.

Hoy las tecnociencias se han convertido en la gran esperanza de la humanidad y la esperanza que despierta es cada vez mayor, los ciegos aspiran a ver, los inválidos a caminar, los sordos a oír, los locos (es mejor que sigan locos) y algunos aspiran a ser inmortales, ya muchos se han congelado, los que pueden pagan criogenizar su cuerpo a otros solo les ha alcanzado para criogenizar su cabeza. A esto se une las posibilidades de la ingeniería genética de poder en un futuro escoger las características de los hijos, sin dudas el avance de la tecnología parece indetenible.

Lo cual nos conduce a una nueva fuerza transformadora: la tecnología y su poder para convertirnos en superhumanos: más inteligentes, mas fuertes, más altos, más bellos… Su alcance va más allá del simple individuo y alcanza la vida social, al planeta y a la propia especie humana, y al nacimiento de una nueva evolución artificial y al surgimiento de una poshumanidad.

En artículos anteriores hemos hablado sobre la relación entre humanos y tecnologías así como de las posiciones a sumir ante el progreso tecnológico. Ahora volvemos sobre las posiciones que se asumirán dadas las ideologías que están surgiendo como alternativa a la ideología neoliberal.

Posiciones ante el progreso de las tecnologías

  1. Tecnologismo. Solo las tecnologías nos pueden salvar, las que se convertirán en una superinteligencia: robots y programas, que serán capaces de reconstruir a los humanos y al planeta.
  2. Transhumanismo liberal. Las tecnologías se fusionarán con los humanos en aras de una economía y de un humano eficiente. Las maquinas se irán integrando a la economía capitalista y responderán a los intereses del mercado y según se hagan más inteligente se convertirán en otro competidor. La fusión será con el fin de ser más competitivo, poderoso y eficiente, ya que estará sujeta a la ley del mercado.
  3. Transhumanismo democrático. El humano se irá mejorando por medio de las tecnologías, mejoras moderadas: mejorar la salud, la inteligencia, la belleza, etc. Sin deteriorar el planeta, ni aumentar las desigualdades. Las intenciones son buenas pero que sucede con el deterioro del planeta y lo que proponen sustituir las recursos naturales antes de que se agoten por artificiales o los desesperados por alcanzar la inmortalidad antes de morirse. Podrá el transhumanismo democrático aguantar estos embates sin dejarse arrastrar por una poshumanidad a ciegas.
  4. Ecologismo. El progreso humano es independiente de las tecnologías, estas más bien lo que hace es alejarlo de su espiritualidad. Las tecnologías deben ser limitadas o prohibidas, el ser humano debe retornar a la religión, a la naturaleza o a una sociedad más simple y abandonar su modo de vida actual consumista, hedonista e irresponsable.
  5. Social. El progreso tecnológico está subordinado al progreso humano y debe mantenerse bajo su control. Las tecnologías siempre deben estar en función de los intereses humanos y regulados por estos. Son hijos que siempre deberán depender de los padres. Deben priorizarse las tecnologías renovables y prohibirse aquellas que representan algún tipo de riesgo (precaución).
  6. Transdisciplinar. Es necesario manejarse con los nuevos conocimientos para no ir a ciegas al futuro y donde las tecnologías vayan alcanzando su propio progreso. Estas deben ser desarrolladas, desde sus inicios, con fines colaborativos para que se integren a un verdadero progreso humano donde se mejore la evolución humana en toda su dimensión (tecno-bio-psico-social) desde una sostenibilidad tecnológica que permita la supervivencia de la especie humana. Es necesario trabajar en el desarrollo de una superestructura tecnológica sostenible y colaborativa donde, por el camino, no se pierda la condición de ser humano.