Manual para el diagnóstico bacteriológico de la tuberculosis. Parte I y II
La Organización Panamericana de la Salud ha publicado este manual desarrollado especialmente para fortalecer las capacidades de laboratorio en América Latina y que consta de dos partes:
El diagnóstico de certeza de tuberculosis puede hacerse en forma confiable en el laboratorio demostrando la presencia de bacilos en una muestra de la lesión por medio de la baciloscopia (examen microscópico) o el cultivo. Para que la baciloscopia sea positiva es preciso que la muestra tenga como mínimo, entre 5.000 y 10.000 bacilos por mililitro de muestra. Este alto contenido de bacilos se encuentra en los pacientes con tuberculosis pulmonar, especialmente en aquellos con enfermedad avanzada y con lesiones cavitadas. Estos pacientes son los que transmiten los bacilos manteniendo la enfermedad en la comunidad.
La baciloscopia es la técnica de elección para el diagnóstico rápido y el control del tratamiento de la tuberculosis pulmonar del adulto. Es simple, económica y eficiente para detectar los casos infecciosos. Por eso es la herramienta fundamental de un programa de control de la tuberculosis
El cultivo complementa a la baciloscopia, ya que permite poner en evidencia bacilos viables presentes en escasa cantidad en una muestra de lesión, caracterizarlos para certificar que sea el bacilo de la tuberculosis y conocer si es sensible o resistente a las drogas antituberculosas.El cultivo produce resultados tardíamente pero es más sensible que la baciloscopia.Puede evidenciar un mínimo de 10 a 100 bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR) presentes en una muestra, si es realizado en forma adecuada.Permite detectar los casos antes de que lleguen a ser infecciosos.
El cultivo puede ser aplicado en laboratorios con medianos recursos y mantiene su posición como método de referencia por su precisión. Considerando la situación epidemiológica prevalente Latinoamérica, la experiencia desarrollada en la Región y los recursos existentes, es oportuno promover la valoración del cultivo como la herramienta del Programa de Control de Tuberculosis