A partir de una muestra de cabello de un aborigen australiano, donada a inicios del siglo XX, se obtuvieron secuencias genómicas sin presencia de genes europeos. El estudio constató que los habitantes originarios de Australia descienden de una dispersión humana temprana en el este asiático hace unos 62000 o 75000 años, lo que hace a esta población una de las más antiguas comunidades fuera de África. El trabajo aparece en Science.