octubre 2011 Archives

Los genomas de 17 líneas diferentes de ratones han sido secuenciados y publicados en dos artículos, lo que incluye 13 de las más empleadas en experimentos de laboratorio y cuatro cepas salvajes. Estos resultados promoverán estudios sobre la variabilidad genética, la susceptibilidad a enfermedades y la evolución de las especies, entre muchas otras aplicaciones. Lea los reportes de Keane et al. y Yalcin et al. Las secuencias pueden ser revisadas en el Instituto Sanger.

A partir del genoma de individuos de  Asia, Europa y África, investigadores de la Universidad de Cornell han descubierto que los San, una tribu de cazadores del sur de África, divergieron de otras poblaciones humanas hace 130 000 años, mucho antes de lo estimado, mientras que los ancestros de los actuales euroasiáticos migraron de África hace solo 50 000 años. El estudio está disponible en Nature Genetics.

Las bacterias que no pueden ser cultivadas serán secuenciadas a partir de un nuevo método que permite ensamblar virtualmente un genoma completo a partir de secuencias de ADN de una sola célula bacteriana. Los programas computacionales tradicionales permiten recuperar el 70 % de los genes de una muestra, mientras que el nuevo algoritmo captura el 90 % de los genes de una célula, una mejoría notable. Acceda al trabajo en Nature Biotechnology.

A partir de una muestra de cabello de un aborigen australiano, donada a inicios del siglo XX, se obtuvieron secuencias genómicas sin presencia de genes europeos. El estudio constató que los habitantes originarios de Australia descienden de una dispersión humana temprana en el este asiático hace unos 62000 o 75000 años, lo que hace a esta población una de las más antiguas comunidades fuera de África. El trabajo aparece en Science.

La aplicación de las tecnologías ómicas ha dejado de ser potencial y son ya una realidad en el campo de las vacunas para la tuberculosis y el cáncer. La vaccinómica, que integra la inmunogenética, la inmunogenómica, la inmunoproteómica y la inmunología básica con la transcriptómica y otras tecnologías, permite además la individualización de las terapias, el desarrollo de nuevos marcadores diagnósticos y la definición de indicadores de respuesta. Lea una revisión sobre el tema en OMICS y otra en Enferm Infecc Microbiol Clin.

La predicción computacional de epítopes de la proteína TSOL18, de Taenia solium, condujo a la construcción de un péptido sintético con epítopes lineales B y T localizados en la superficie de la molécula. Aunque la protección inducida por el candidato vacunal administrado por vía oral no fue completa, generó anticuerpos IgG en cerdos y redujo el número de quistes en cerdos. El ensayo es publicado en Bioinformation.

Un reciente artículo revisa los enfoques computacionales para la predicción de epítopes que puedan ser útiles en la inmunoterapia del cáncer. Las herramientas disponibles asisten en el diseño de minigenes sintéticos y permiten la modificación de la secuencia para potenciar la inmunogenicidad de los candidatos vacunales. El trabajo ejemplifica tales posibilidades en las vacunas para el linfoma de células B y está disponible en Biotechnol Adv.

Por métodos inmunoinformáticos se ha caracterizado la estructura antigénica del sapovirus humano, uno de los principales agentes etiológicos de gastroentiritis viral. La proteína VP1 de la cápside contiene al menos cinco epítopes T en una región que comparte epítopes B, conservados en todos los serotipos existentes y generados por fragmentación proteasómica. Estos segmentos podrían ser útiles en el diseño de una vacuna de subunidades basada en péptidos para generar una inmunidad tanto humoral como celular. Acceda al resumen en Int J Bioinform Res Appl.

Un microarray de ADN de alta definición de parte del genoma de la cepa 3D7 de Plasmodium falciparum ha permitido identificar una nueva familia de ARN largos no codificadores (lncRNA, por sus siglas en inglés) asociados a los telómeros en al menos 15 extremos de cromosomas diferentes. Los loci de estas moléculas se expresan de manera coordinada durante la replicación del ADN del parásito y se supone jueguen un papel importante en el mantenimiento de los telómeros, la regulación de los genes de virulencia y otros procesos. El descubrimiento ha sido publicado en Genome Biology.